El Astillero Río Santiago (ARS) transita una etapa de transición marcada por desafíos económicos, laborales y normativos. En un contexto que desde el orden nacional impulsa cambios en la que afectan a la industria naval, los trabajadores del ARS activan una agenda de movilización y elevan propuestas para garantizar la continuidad operativa y preservar los empleos.
Francisco “Pancho” Banegas, secretario general de ATE Ensenada y trabajador del astillero desde hace cuatro décadas, señaló en Ser Industria Radio que la planta industrial tiene todas las capacidades para construir y reveló que el buque petrolero Eva Perón “está terminado, puede ser botado, pero cuestiones geopolíticas no permiten que Venezuela pueda llevárselo”.
Ese barco, junto al Juana Azurduy -que está construido en un 50%-, representa uno de los mayores desafíos de los últimos años para el astillero público. “Se está trabajando para ver si se puede rescindir el contrato con Venezuela en forma consensuada y buscar otra empresa que esté interesada en la compra de estos buques. Son alrededor de 34 millones de dólares, entregando a los dos terminados”, explicó el dirigente sindical, al tiempo que confirmó que “están buscando compradores, tanto en el país como en el extranjero”.
La situación del ARS forma parte de un entramado mayor que atenta contra toda la industria naval argentina y la Marina Mercante, golpeadas por los decretos 273/2025 y 340/2025, que, resume Banegas, “desregulan completamente el sector, permitiendo la compra de buques usados en el exterior y habilitando la contratación de trabajadores extranjeros”.
“No puede ser que, en un país con tanta desocupación y pobreza, tengan que venir trabajadores de afuera. Nosotros estamos esperando con ansiedad poder reactivar la industria naval”, indicó con énfasis. Asimismo, sostuvo que estas medidas no son novedosas: “Ya las conocemos. Lo vivimos con Martínez de Hoz, con el golpe del ‘76 y en los 90. La historia se repite”.
En esa línea, recuerda que el objetivo de fondo siempre ha sido el mismo: cerrar el astillero estatal. “Tiene muchísimos enemigos. El objetivo fue, es y será cerrarlo. Lo quisieron hacer durante la dictadura, en los 90 con las privatizaciones y después Macri directamente quiso dinamitarnos”.

Resistir con propuestas
Lejos de limitarse a la denuncia, Banegas destaca el rol propositivo del movimiento obrero del ARS. Desde que asumió como secretario general en 2015, la estrategia fue clara generar trabajo y producción. “Trabajo que entra, se hace. A pesar de los bajos salarios, de que no tenemos tareas para todos, se hace. Es la única manera de lavar la imagen del astillero, que ha sido muy atacado”, afirmó.
Actualmente, el ARS está construyendo un dique flotante financiado por la provincia de Buenos Aires y realiza trabajos para plantas potabilizadoras en Tapalqué y Berisso, además de tareas para Copetro. Pero el horizonte más prometedor está en las patrulleras OPV (Offshore Patrol Vessel) para la Prefectura Naval Argentina (PNA).
“Está visitando un astillero francés para avanzar en un posible contrato. Serían tres barcos y si se firma ese contrato son cinco años de trabajo”, detalló. Recordó que “las OPV que se compraron en el gobierno de Mauricio Macri costaron 374 millones de euros. Eso fue trabajo para los franceses. Después Patricia Bullrich compró cinco patrulleras por 50 millones de dólares, cuando se podrían haber hecho diez acá. Lo dijo la FINA, no nosotros”.
Frente a los discursos que hablan de “sobrante de personal”, Banegas fue tajante y afirmó que “no sobra gente, falta trabajo en el ARS. Nos han dicho que el astillero se arregla con 500 trabajadores”. Actualmente trabajan en el astillero 2.800 personas, pero hubo épocas en las que la planta ocupó a 8.500 obreros.
“La mano de obra naval no se forma de un día para otro. Por eso pedimos que se repongan los compañeros que se jubilan. Es una planta que, con trabajo, genera mucho empleo y dinamiza a las PyMEs de la región”, dijo el titular de ATE Ensenada.
Un nuevo modelo de gestión
Uno de los principales obstáculos que enfrenta el ARS es la estructura burocrática que le impide firmar contratos con agilidad. “Actualmente el astillero funciona como un ministerio. Firmás un contrato y puede llevar ocho meses de recorrido por los organismos de control. Eso retrasa todo. Y nadie te va a contratar si el trabajo empieza dos años después”, sostuvo.
Por eso, desde el gremio están trabajando en un proyecto para convertir al ARS en una empresa productiva estatal con capacidad de gestión directa. “No somos solo protesta, también tenemos propuestas para reactivar el astillero. Vamos a llevar esta iniciativa a una asamblea general de trabajadores”, anticipó.
La propuesta de transformar al ARS en una sociedad del Estado quedó caída tras la vigencia del DNU del gobierno nacional. “El proyecto nuevo busca que podamos agilizar compras, firmar contratos directamente y evitar las trabas burocráticas que nos están asfixiando”, remarcó.

La defensa del trabajo argentino y la soberanía nacional son ejes constantes en el discurso de Banegas. “El Canal Magdalena, el petróleo offshore, el GNL son desarrollos estratégicos que requieren una flota propia, barcos que nosotros podemos construir”, manifestó.
Recordó que en 2017 se logró articular a trabajadores, astilleros públicos y privados y cámaras empresarias para impulsar una ley de Industria Naval que incluía el artículo 15, el cual prohibía a organismos del Estado comprar buques en el exterior si podían hacerse en el país.
“Con los decretos 273 y 340, ese artículo fue eliminado. Hoy se puede comprar afuera sin restricciones. Es una destrucción total de la industria naval argentina”, advierte. “Se nos van 7.000 u 8.000 millones de dólares anuales en fletes, más lo que se paga por dragado a empresas extranjeras. Es dinero que podría quedar en el país, generando empleo local”, sostuvo.
Pese al panorama adverso, Banegas insiste en la necesidad de consolidar la organización sindical y la unidad del movimiento obrero. “Esto se puede revertir del lado de los trabajadores, pero tenemos que unificarnos. Nadie se salva solo. Si no se construyen barcos, no habrá astilleros públicos ni privados”.
En esa línea, cuestiona el modelo de trabajo precarizado por plataformas digitales que promueve el individualismo. “Hoy se trabaja desde una App y no importa lo que le pasa al otro. La juventud lo vive así y eso nos resta puestos de trabajo. Lo ves en los peajes, en los bancos, donde te atiende una máquina”.
Recuerdó haber participado en un Congreso Mundial sobre Empleo y Tecnología donde representantes de países como Alemania y Estados Unidos debatían sobre el avance tecnológico y su impacto en la pérdida de empleo. “Ahí también está la pelea: cómo preservar los puestos de trabajo en un mundo que se automatiza”, concluyó el dirigente gremial.