Un relevamiento realizado por el departamento de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) en el que se encuestó a 283 pequeños y medianos productores de todo el país, reflejó que un 11% que no pudo cosechar o producir y otro 48% que lo hizo parcialmente. Ante esta situación, las pymes necesitan US$ 812 millones en capital de trabajo, para mantener la subsistencia de la explotación agroalimentaria. 

El documento de CAME reflejó el impacto del coronavirus en el sector. “En abril, los productores de las economías regionales tuvieron serios problemas para trabajar con normalidad, comprar insumos, consensuar el valor del dólar, cobrar cheques, exportar, vender, pagar salarios y acceder a los programas oficiales”, dice el texto. 

En ese sentido, desde la organización empresaria indicaron que “el 63% de las explotaciones agropecuarias nacionales corresponden a economías regionales, las que anualmente invierten alrededor de US$ 4200 millones en concepto de capital de trabajo, sin considerar amortización. Se trata de un complejo que emplea, aproximadamente, a entre 900 mil y 1 millón de trabajadores, lo que representa el 70% de la mano de obra rural. En 2019 exportó más de US$ 7200 millones y diariamente abastece a la mesa de los argentinos con frutas, verduras, carnes, leche y arroz, entre otros alimentos”.

Según la encuesta, hay un 11% de productores que no pudo cosechar o producir y otro 48% que lo hizo parcialmente. También, el 82% de los pequeños y medianos productores tuvo dificultades para comprar materias primas o insumos, ya sea por dificultades en sí o por retrasos en la entrega.

Asimismo, los problemas para fijar el valor del dólar aparecen también como un conflicto para el 29% de los productores, que debió comprar a valor blue, mixto, CCL o MEP. El 56% compró insumos y materia prima al dólar oficial.

Las medidas anunciadas por el Gobierno nacional en el marco del Covid-19, presentaron inconvenientes para los exportadore. Solo el 26% de los consultados dijo no tener problemas para enviar sus productos al exterior, mientras que el 74% planteó dificultades, principalmente por las demoras en la logística, las complicaciones en la tramitación de autorizaciones y registros, y la volatilidad del tipo de cambio que hace difícil fijar el precio. La mayoría de los consultados consideró la caída de la demanda como una dificultad adicional.

Otro problema fue la cadena de pagos pero de menor magnitud que en sectores como el comercio o la industria. En abril, el 60% de los productores no tuvo cheques rechazados, mientras que el resto, ya sea en mayor o menor magnitud, sí.

En el caso de los cheques cubiertos, el 83% de los productores no tuvo problemas para afrontar sus obligaciones contraídas. El 17% sí, pero sólo el 8% tuvo más de 50% de no coberturas. 

Además, el 55% de los productores pudo afrontar el pago de impuestos, mientras que el 45% restante no. Entre quienes no pudieron, los mayores inconvenientes son en el pago de IVA (23%), contribuciones patronales (19%), impuesto a las ganancias (18%) e impuestos provinciales (18%).

Por último, el 40% de los productores no pudo abonar salarios el mes pasado. Sólo 60% lo hizo. Entre quienes los abonaron, el 38,9% lo hizo con las ventas realizadas entre marzo y abril, y un 37,4% con fondos propios.