Jorge Lapeña, quien se desempeñó como secretario de Energía de la Nación durante la presidencia de Raúl Alfonsín, cuestionó el proyecto de Vaca Muerta del cual aseguró que no es viable ya que requiere demasiada inversión. En ese sentido, manifestó que sucesivos gobiernos “se encargaron de generar falsas expectativas”.

Lapeña se refirió a la situación de YPF, empresa de la que presidió su directorio entre los años 1987 y 1988. “La situación, que hoy está más cerca de la bancarrota o del default que de una situación normal, se la debemos en gran parte a Vaca Muerta”, afirmó en diálogo con Ser Industria Radio.

Para el titular del Instituto Argentino de la Energía “General Mosconi”, “el sector energético pasa por uno de los peores momentos de su historia”. Asimismo, señaló que el congelamiento de tarifas más la inflación llevan a que las empresas no cuenten con los recursos necesarios para asegurar el suministro.

¿El abastecimiento energético enfrente una situación crítica?

Estamos con algunos problemas fundamentalmente en la economía de las empresas que prestan los servicios. En el sector eléctrico, se focalizan en un congelamiento tarifario muy largo que va en paralelo con una alta inflación, en una Argentina que tiene un gran desequilibrio macroeconómico en toda su economía. Esta inflación en pesos y el congelamiento de las tarifas hacen que las empresas no tengan todos los recursos suficientes como para asegurar un normal suministro y esto produce algunos efectos indeseables, como es el hecho de que el Estado tiene que socorrerlas transfiriendo subsidios del Tesoro, de un tamaño gigantesco en comparación con las posibilidades de Argentina. Otro problema se radica en la situación financiera de YPF que tiene una deuda estimada en unos 8 mil millones de dólares, mientras su valor de mercado, de acuerdo a la cotización de las acciones, está en 1500 millones de dólares.

Pasamos de un periodo donde se aumentaban continuamente las tarifas y ahora están congeladas, pero la solución no llega…

Evidentemente no se encuentra la solución al problema económico en Argentina. Las tarifas están congeladas desde antes de la asunción del gobierno del Presidente Alberto Fernández y han continuado congeladas durante el 2020. Esto trae un problema al funcionamiento de las compañías y se traduce en una situación en la que puede haber cortes de suministro u otros inconvenientes que impactan en la calidad de vida de la población, porque no se puede vivir sin energía y un corte de suministro significa un problema para la vida diaria de cualquier ciudadano.

Los aumentos de los combustibles van a seguir y esto traslada a toda la economía y sigue teniendo un efecto inflacionario importante. ¿Hay forma de evitarlos?

No hay una fórmula mágica para evitar ese problema. Argentina, desde el punto de vista de la energía, ha perdido el rumbo hace mucho tiempo. El país estuvo durante años produciendo energía de bajo costo, que se comercializaba también a bajo precio, esto no está mal. Ahora cada vez el gas tiene un costo de extracción más alto, estamos produciendo yacimientos cada más complicados como los de Vaca Muerta que tienen alto costo, requieren mucha inversión de capital en dólares y las empresas tienen dificultades para acceder a esos dólares. Esto genera un problema que se traslada de las empresas a toda la comunidad.

La pandemia ha generado un gran endeudamiento de consumidores en los servicios de gas y electricidad, ¿Esto empieza a sentirse en el sector?

El sector energético pasa por uno de los peores momentos de su historia. Cada empresa productora o prestadora del servicio público de energía en sus diversas formas, está en una situación muy complicada.  En el sector de los biocombustibles la producción ha caído, lo mismo la demanda y los precios están prácticamente congelados. Las empresas advirtieron que están a punto de cerrar. Este es un sector polifacético porque la energía incluye desde los combustibles líquidos, el carbón, la energía nuclear, eléctrica, el gas. Estamos ante una situación de mal funcionamiento de todo el sector y la energía es un servicio de primera necesidad sin el cual la sociedad no funciona. Ya no es el problema de una empresa que está por quebrar o una que no puede pagar una deuda. Tenemos un sector cuyo funcionamiento es vital e imprescindible para cualquier Nación. El Presidente Fernández tiene un problema no resuelto. Tomó el gobierno sin un programa concreto y se le sumó la pandemia que trastoca toda la economía. Entonces tenemos una situación de una gravedad inusitada y un gobierno que parece impotente para resolverlo.

En los últimos años se generó una expectativa muy grande sobre Vaca Muerta. Sin embargo, parece que no da los resultados que se esperaban…

Vaca Muerta es un proyecto equivocado de Argentina. Es una iniciativa en la cual el país y sus empresas han invertido miles de millones de dólares y el proyecto no ha demostrado ser viable. Hoy en día, la producción de petróleo de Vaca Muerta no podría ser colocada en el mundo como una exportación que nos produzca a su vez los dólares que el país necesita, y lo mismo ocurre con el gas. Esto constituye un error político de todos los que han gobernado en los últimos 10 o 15 años, que han creído y así lo han expresado en discursos y en artículos, que el proyecto de Vaca Muerta era una especie de salvación para Argentina. Incluso algunos, imprudentemente, han comparado Vaca Muerta con el propio Campo, que es nuestra fuente más confiable de divisas con las exportaciones agrícolas. Para algunos, el entusiasmo fue tan grande que los llevó a pensar que el yacimiento de Vaca Muerta era lo mismo que el inmenso campo argentino. Confundieron un fiasco con una realidad concreta como es el campo, en esto han caído todos los Gobiernos y ninguno se puede sacar esa responsabilidad. En este punto lamentablemente no ha habido grieta, los dos en este caso se han equivocado con Vaca Muerta.

¿Entonces Vaca Muerta se exageró con las expectativas o directamente es un proyecto que no es viable?

Creo que se generó una expectativa exagerada y todo estuvo montado en una gran propaganda de la cual han participado los gobiernos, los ministros, las provincias, los sindicatos y las empresas productoras. Como dije, termina siendo un fiasco y en gran parte es responsable de la penosa situación en la cual está YPF que es la columna vertebral del sistema petrolero y energético argentino. La situación de la empresa YPF, que hoy está más cerca de la bancarrota o del default que de una situación normal, se la debemos en gran parte a un proyecto que no es viable como Vaca Muerta. La Argentina ha demostrado que no es un país de estrategas, pensadores y de estadistas políticos sino más bien todo lo contrario.

¿Se puede ser optimista respeto de las explotaciones offshore en el Mar Argentino?

Creo que sí, porque evidentemente lo que se está haciendo, la política que se ha lanzado, es exploratoria no de producción. Se están haciendo estudios que después continuarán con la perforación de pozos para determinar si hay estructuras productivas de petróleo y de gas que puedan ser puestas en producción. Eso sí podría ser una política positiva y de largo plazo. Brasil por ejemplo se ha convertido en una potencia petrolera mundial gracias a los descubrimientos que ha hecho en el offshore donde ha encontrado yacimientos del presal que le han permitido incrementar su producción petrolera, exportar y ser hoy un actor importante, no del nivel de los países árabes, pero sí relevante en el concierto mundial. En este sentido, la política de exploración offshore la comparto y de hecho mucho gas que nosotros consumimos proviene justamente de la zona de Malvinas, lo produce la empresa Total con un contrato como el que están haciendo ahora, que se firmó en el año 1978 y empezó a producir y a enviar gas desde aproximadamente el año 1985, 1986 y es uno de los grandes productores de gas de la Argentina. Por eso creo que es una línea correcta que debe ser profundizada.

¿En cuanto a las energías renovables, cree que vamos en buen camino?

Las energías renovables han tenido un impulso importante en los últimos cinco años. Hoy, el aporte de las energías renovables tanto eólica, solar y algunas otras, ya supera el aporte de la nuclear en nuestro sistema energético. El avance de las renovables es una realidad cuyo efecto todavía no se puede ver en el total de la energía general, es un 7% u 8%. Todavía no tiene una magnitud como para que la gente la note, pero si es importante saber que ya superó el aporte de las propias centrales nucleares en lo que hace a la energía general y esto es muy importante. Argentina está haciendo lo que hacen los países serios del mundo, está embarcada en una política de largo plazo y de lucha contra el cambio climático cosa que en los últimos años el mundo estuvo paralizado en este tema por la posición fundamentalmente del ex presidente Donald Trump que afortunadamente ya no dirige más los destinos de los Estados Unidos.

¿Los dos próximos años en materia energética van a ser complicados para Argentina?

En principio vamos a tener un par de años o más difíciles. Solamente tendríamos la posibilidad de no tener años complicados si desde la política se implementa un programa con acuerdo de los partidos políticos que están representados en la Cámara de Diputados, no sólo del Ejecutivo, si esa política logra la adhesión y es bien explicada a los ciudadanos para que la apoyen. En ese sentido, la Argentina puede volver a tener un futuro energético como fue su pasado que fue muy bueno. Pero por este camino en el que estamos, no diría dos años, pueden ser muchos más años malos. Mientras no se cambie el rumbo vamos a seguir navegando en estas aguas de gran incertidumbre que nos van a poner cada vez peor. 

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