La Unión Industrial Argentina (UIA) emitió un amplio informe donde analiza la situación de las empresas en la pandemia del coronavirus. Estima que la crisis económica será la peor desde 1929 y una caída del comercio hasta 30%. Llamó al esfuerzo privado- público y propuso medidas laborales, de financiamiento y tributarias.
El documento, producto de una dedicada elaboración, se denomina “Nuevo esquema integral de medidas para a extensión de la cuarentana” y consta de cinco capítulos, abarcando desde medidas integrales hasta el impacto económico internacional y local.
Incluye una exhortación al esfuerzo privado y del estado y un apartado donde destaca las claves para compatibilizar el plan sanitario con la economía productiva. Entre ellas enumera un protocolo de actuación, seguridad e higiene en planta y en empresa; transporte público (evitar congestiones); planificación zona metropolitana, Córdoba y Rosario; grupo de trabajo Nación, Provincia, Ciudad, empresarios y trabajadores; movilidad propia en zonas alejadas a los centros urbanos y donde no son centros de contagio.
Entre sus primeros conceptos indica que “se espera que la crisis económica internacional de 2020 sea la peor desde 1929; 170 países estarán en recesión, la actividad mundial caerá 5% y el comercio, hasta 30%” y advierta que esta crisis sin precedentes “requiere medidas integrales y extraordinarias”.
El texto, que vio la luz hace pocas horas refiere además que, por la extensión de la cuarentena, hay un costo de $50.000 millones por día hábil ($9.000 millones sólo en la industria), $1,6 billones entre marzo y abril; un 8,5% del PIB. “Los países del mundo están encarando ambiciosos planes fiscales y monetarios con magnitudes sin precedentes y que en algunos casos superan el 20% del PIB entre créditos, recompra de activos y estímulos fiscales. En esta segunda etapa, las medidas deben ampliarse y generalizarse asistiendo al entramado productivo, que a nivel local arrastra años de estancamiento y recesión”. ∙
En su enunciado propone “un programa integral de mayor volumen, duración (horizonte abril, mayo y junio), alcance y de automática implementación”. Señala que “los montos que actualmente se asignan son bajos, no están implementados para todas las empresas afectadas y no resuelven el pago de salarios” y detalla que “hasta ahora el programa anunciado en materia económica no llega a representar 1% ($120.000 M) del PIB, se requiere incrementarlo sustancialmente a mínimo 4,5% del PBI ($800.000 M) con asistencia e intervención directa del BCRA para poder sostener el empleo y las empresas”.
Seguidamente propone un esquema con 3 ejes: medidas laborales, financiamiento y tributarias.
Medidas laborales: orientadas a asistir a todas las empresas en el pago de la nómina salarial del personal (post 223 bis), particularmente de aquel licenciado/ suspendido. Se requiere un programa de mayor amplitud y alcance.
Financiamiento:
a. Bancario tradicional con topes de tasas (reglamentado por BCRA y vía desarme de Leliq) para sectores esenciales de forma que puedan seguir abasteciendo, operando e incluso exportando.
b. Triplicación de garantías y fondeo del FONDEP para prestar en forma generalizada a sectores que no están operando para darles capital de trabajo y completar el pago de salarios.
c. Modificar la Carta Orgánica del BCRA para que pueda girar redescuentos y contabilice activos no monetarios de forma de generar liquidez inmediata para las empresas.
Tributarias: establecer un cronograma previsible para las empresas que no pueden pagar impuestos y dar incentivos (premios) a aquellas que lo hagan además de llevar la moratoria PyME hasta deudas al 31 de marzo y generar un nuevo plan de pagos/moratoria que incluya a todas las empresas de sectores afectados. ∙
“Esto se complementa con medidas vinculadas al comercio exterior, la logística y energética que habiliten la producción a corto plazo y eviten caída de ingresos de divisas, desabastecimiento y pérdida de mercados externos”, agrega. ∙
Asimismo, plantea “permitir operar de manera gradual en actividades conexas a las esenciales y a industrias exportadores y/o con falta de stocks que deban producir para abastecer al comercio digital y los comercios de cercanía que comiencen a reabrir. Las dotaciones se ajustarán a la planificación del transporte y las necesidades de abastecimiento”.
Sobre el impacto local, refiere que continuará el resto del año por la fuerte caída de ingresos, la incertidumbre y la lenta recuperación de la producción. En la relación al canal externo describe un duro panorama por la caída de exportaciones, la irrupción de las cadenas globales de valor, la caída de precios internacionales y del turismo receptivo.