Luego de que el río Paraná registra la peor bajante en 50 años con 1.01 metros de profundidad, las cancillerías de la Argentina y de Brasil, acordaron el crecimiento de 1.400 metros cúbicos por segundo. La decisión es clave para que el sector agroexportador argentino pueda subir más carga a los barcos.
A través de un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores argentino informó que funcionarios de ambos países realizaron una videoconferencia para “atender la situación de déficit hídrico de los ríos Paraná e Iguazú”.
En dicho encuentro, Brasil confirmó que ya programó erogaciones de la represa de Itaipú para que la media de 5350 metros cúbicos por segundo de la semana anterior se aumente en 850 mc/s.
Además acordaron un nuevo aumento de las erogaciones en 550 metro cúbico por segundo, para que el incremento total sea de 1400 mc/s y el caudal ascienda a un promedio final cercano a los 7.000 mc/s.
Respecto a la baja en el Río Iguazú se acordó que la central hidroeléctrica de Baixo Iguaçú preservará las reservas de agua que puedan posteriormente ser utilizadas en caso de que se agrave la situación de déficit hídrico de la ciudad de Puerto Iguazú, y para atenuar así los efectos del estiaje en las Cataratas del Iguazú.
En ese sentido, se programarán las salidas de agua para alcanzar un promedio de 290 mc/s planos, con un pico de 350 mc/s de 8 a 17 horas en la represa.
Argentina y Brasil acordaron un mecanismo de diálogo semanal, en relación a los ríos compartidos, para encontrar soluciones que atiendan a la sequía extraordinaria que afecta a toda la región.
Durante la videoconferencia los representantes de los organismos pactaron intercambiar información, darle seguimiento al fenómeno regional de estiaje y adoptar nuevas medidas conjuntas de manera oportuna en caso de que sea necesario.
Participaron de la delegación argentina presidida por autoridades de la Cancillería, representantes del Ministerio de Obras Públicas, la Secretaría de Energía, y del Instituto Nacional del Agua.
Por su parte, la delegación brasileña estuvo integrada por funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores, del Operador Nacional de Energía Eléctrica y de la Agencia Nacional de Aguas.