“El Valle de Uco tiene un gran futuro”, afirmó Andrés Vignoni, el mejor enólogo joven a nivel internacional

27 mayo, 2020

Luego de obtener los 100 puntos de James Suckling con su “Viña Cobos Malbec 2017” y ser nombrado como el Enólogo Joven del año por Tim Atkin, Andrés Vignoni dialogó con Diario NDI sobre sus perspectivas y el poder del malbec.

Mendocino, de abuelo italiano y familia viñatera, supo andar desde niño entre las piletas, uvas y barricas. Tras culminar sus estudios universitarios, comenzó a viajar.  Graduado como licenciado en Enología, estuvo dos temporadas en Nueva Zelanda, Italia y Estados Unidos. Hace dos años regresó a su tierra para integrar el cuerpo de profesionales enólogos.

“Fue un mes intenso, muy cargado. Al principio, una mezcla de sentimientos. La sensación de la tarea cumplida y la felicidad de que todo el trabajo en equipo sea bien ponderado; también está la responsabilidad, que es ver lo que viene”, expresó Andrés al referirse a los reconocimientos de los que fue objeto.

Sin apartarse del tema agregó que “fueron momentos fuertes. Por un lado, tenía mucha exposición y por otro estaba muy metido en la intimidad de mi casa. Tratando de hablar mucho con mi pareja, dilucidar lo que significaba ser premiado sin subirse a ningún podio y mirar con optimismo lo que viene”.

¿Quiénes son tus referentes en la profesión?

AV: Mis abuelos, que fueron enólogos sin título y tuvieron sus bodeguitas. Hicieron vino toda su vida. Mis viejos, los primeros enólogos universitarios de la familia, quienes trajeron esto a mi vida y por supuesto a Paul Hobbs, quien me dio la oportunidad de trabajar en Viña Cobos. Realmente formó mi cabeza para entender al vino desde lo puntual, que es justamente el amor al detalle. Desde estar en el viñedo, hasta lo global, que es tener la consciencia de que cuando hacemos un vino de este calibre competimos con todos, no solamente con los argentinos. La búsqueda de la perfección es algo que Paul nos ha inculcado a todos y a él, le debemos muchos de nuestros conocimientos.

El puntaje perfecto de Suckilng para el Cobos Malbec 2017, sin dudas está enlazado con el reconocimiento como enólogo joven. Describinos su identidad.

AV: Es un vino que viene a revolucionar lo que venía haciendo Cobos Malbec en sí mismo, que siempre fue el vino de un bloque en particular. A partir del 2017 evoluciona al mejor malbec de la bodega, así que hay distintos viñedos en él.  La base es viñedo Chañares, se encuentra en Los Árboles Tunuyán. Pero además tiene parte del viñedo Marchiori en Perdriel y un poco del viñedo Rebon La Consulta. La búsqueda de la identidad del mejor malbec del año se ve bien reflejada en este vino que es muy puro en el aspecto olfativo y bastante complejo. Tiene algunas notas de hierbas secas andinas, mucha fruta negra, fruta azul, algunas notas de grafito y aromas terciarios como chocolate amargo y caja de tabaco, en la nariz muy expresivo. En la boca es jugoso fluido dinámico. Tiene muy buena acidez muy buen centro de boca y lo más lindo lo tiene al final, queda esa sensación agradable, concentrado, elegante y extremadamente disfrutable.

¿Crees que hay otro varietal que Mendoza puede llegar a posicionar de forma exponencial en el mundo? 

AV: Es muy difícil pensar que otro varietal puede llegar a donde llegó el malbec. Sin embargo, hoy estamos teniendo excelentes resultados con Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Pinot Noir, Chardonnay…Eso habla también de la versatilidad de Argentina y de Mendoza en particular, pero creo que ninguno puede alcanzar el esplendor del malbec. Su lugar en el mundo es Mendoza, tenemos excelentes exponentes.

Este tipo de “elogios” en el mundo del vino, te posicionan y también te ponen en el núcleo de atención. ¿Cuáles son tus perspectivas y proyectos?

AV: Los elogios están bien sobre todo a nivel de vino, porque es de celebrar que el vino siga llamando tanto la atención. Mis perspectivas son seguir trabajando; los vinos que soñamos hoy recién los podemos probar en tres cuatro años. Los festejos de un vino de 100 puntos tenemos que atribuírselos a las personas que fuimos hace tres años. La perspectiva es la evolución constante, siempre pensando en los detalles y en cómo mejorar los vinos, no solamente para lo que pensamos nosotros en el momento de la vida en el que estamos, también en el que están los consumidores que son quienes realmente lo disfrutan.

¿Cómo llega la “nueva normalidad” al mundo del vino? 

AV: Realmente afecta al mundo del vino. Tenemos que hacer un replanteo enorme porque parte del éxito reside en la cantidad de turistas y consumidores sobre todo de América Latina y Estados Unidos que venían y llevaban los vinos más caros.

Hace muy poco hablé en una nota de como las cadenas intermedias, los distribuidores se han visto muy amenazados porque la venta directa ha crecido mucho y las personas están buscando llegar a la fuente de producción para informarse, tener contacto con el productor y ahorrar dinero. Veremos cómo queda el nuevo paradigma. A nivel personal ha sido fuerte porque nos tocó trabajar. No pudimos hacer la cuarentena en casa, como se debía y el desafío es justamente optimizar todos los recursos, todo el tiempo que uno está en la bodega, en el viñedo, porque quizás puede venir algo mucho más fuerte. Se plantean nuevos paradigmas tecnológicos, nuevos paradigmas de trabajo, hay que conducir al equipo para que entienda que esta nueva realidad no es mala, sino diferente.

¿Crees que aún hay mucho suelo apto para la vid? ¿Cuáles son los cambios necesarios para la industria?

AV: El agua escasea cada vez más. Es muy difícil predecir lo que va a venir. Desde mi punto de vista hay mucho suelo apto, la vid se adapta casi a cualquier cosa y por el calentamiento global vamos a tener que ir más arriba de la montaña o más al sur. El gran problema es que no tenemos agua para regar todos los suelos. Sería un despropósito ir más arriba y dejar que se seque lo que está más abajo

¿Cuál ha sido tu experiencia como enólogo en el Valle de Uco?

AV: Este Valle representa casi el 60% de la Viña Cobos y elaboramos vinos desde Pareditas hasta Villa Bastías, pasando por Altamira, La Consulta, Vista Flores, Chacayes, Los Árboles, Gualtallary, Los Sauces, Villa Bastías, El Peral, San Pablo. Conozco muy bien el Valle y la experiencia es increíble. Agradecido a la diversidad que encontramos y sobre todo a como se ve reflejada en los vinos y la cantidad de estilos que podemos obtener. Privilegio mucho la frescura de sus vinos, la intensidad y vivacidad de los colores y en la boca me gustan mucho los taninos que normalmente son firmes pero elegantes. Es un lugar inmenso, todavía nos queda descubrir mucho y hemos empezado a interpretar de buena manera. Vislumbro un gran futuro para el Valle de Uco.

Por Daiana Collovati, de Diario NDI para Ser Industria.

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