Los datos relevados por el Inversión Bruta Interna Mensual del Centro de Estudios Económicos Orlando J, Ferreres permiten estimar para julio una caída de la inversión de 12,1% anual, medido en términos de volumen físico, descontando el efecto precios.
Por su parte, en la medición a precios constantes, la inversión representó el 20,9% del PIB, mientras que, medido en dólares, se invirtieron US$ 5.523 millones. De esta manera, el primer semestre del año acumula una caída interanual de 15,4%.
El apartado que mide la evolución de la inversión en equipo durable de producción registró una caída interanual de 11,2%, cifra apenas superior a la observada para el mes pasado. En esta oportunidad, los equipos nacionales mostraron una contracción en el margen de 0,2% anual, mientras que los importados cayeron 17,7%. El acumulado de los primeros siete meses del año muestra así una baja de 13,7%.
Por otra parte, se midió para la construcción una caída de 13% en su nivel de inversión respecto del mismo mes del año pasado, lo que significa un retroceso respecto del resultado de junio, cuando cediera 10,8%. De esta manera, el sector acumula una merma de 17,2% para los meses transcurridos del corriente año.
El análisis señala que “la débil recuperación de los niveles de inversión que vimos en los meses posteriores al desplome de abril se detuvo. Así, la variación anual exhibida en julio fue más negativa que la de junio, mientras que la medición desestacionalizada se mantuvo en el mismo nivel para los dos meses”.
Agrega que “el freno a la lenta recuperación puede explicarse por un lado por el buen resultado que exhibió la venta de vehículos comerciales durante junio, por la reapertura de las concesionarias, situación que se trasladó solo parcialmente al mes de análisis, y por otro lado por la baja de la construcción, asociada a las mayores restricciones a la circulación que se dictaminaron en los primeros días de julio”.
Concluye señalando que “hacia el futuro, si bien las condiciones macroeconómicas no permiten anticipar un rebrote de la inversión privada, vale mencionar como un buen primer paso el acuerdo del gobierno nacional con los acreedores de deuda, y el comienzo de las negociaciones con el FMI, que tiene la potencialidad de servir para sentar las bases para un reordenamiento financiero y económico del país”.