Según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) la producción de la industria PyME creció por segundo mes consecutivo al ubicarse 0,3% arriba del mismo mes de 2020.
Desde la entidad empresaria manifestaron que “si bien la recuperación viene siendo muy lenta, es positivo que al menos en el promedio general, haya dejado de caer”.
Los datos que surgen de la Encuesta Mensual Industrial de CAME refleja que persiste mucha divergencia entre la situación de cada empresa, incluso dentro de un mismo sector, si se tiene en cuenta que el leve repunte se produjo con solo el 39,7% de las industrias en alza.
Las industrias trabajaron en enero con una capacidad instalada de 67,5%, casi 4 puntos arriba de enero 2020.
El rubro de mayor progreso anual fue Equipos Eléctricos, aparatos e instrumentos, con un incremento de 10,7%. Es una de las ramas donde más se siente el menor ingreso de productos importados y cierto efecto incipiente de sustitución importaciones.
Mientras que la mayor caída anual fue en Calzado y Marroquinería (-10,9%), un sector que le está costando mucho despegar por la baja demanda escolar, y el menor uso de calzado durante el año pasado, cuando la cuarentena redujo tanto la circulación de gente en las calles como los eventos. Eso está demorando el recambio habitual por desgaste.
Por su parte, los rubros vinculados al agro vienen mostrando un mejor desarrollo. Es el caso de carrocerías, acoplados y semiacoplados. También viene creciendo significativamente la fabricación de motos, un ramo donde aumentó mucho la demanda con la cuarentena. En promedio el bloque que las agrupa, Material de Transporte, tuvo un alza anual de 3,8%. “Si bien algunas industrias relevadas observaron que la demanda en ese sector está siendo algo impredecible, otras destacaron que los empresarios con ahorros decidieron invertir en esos bienes, especialmente en aquellos vinculados al transporte de alimentos”, afirmaron desde CAME.
En el caso del bloque Minerales no metálicos (+2,0% anual), el rubro que más subió fue el vinculado a materiales para la construcción, que viene moviéndose firmemente como buen refugio para dolarizar ahorros y la reactivación de la obra pública.
Asimismo, el documento señala algunos de los factores que preocupan a los industriales. Entre ellos puntualizaron en los incrementos de precios de los insumos y las dificultades para trasladarlos luego al precio de venta; la debilidad financiera en la cual quedaron tras el difícil 2020 que obliga a vender cheques anticipadamente o liquidar stocks con la pérdida que eso implica; y la complicación para pagar salarios sin ayuda del Estado; o la extensión de los plazos de entrega de insumos entre otros.
Por último, el informe señala que en enero, el 47% de las industrias PyMEs consultadas tuvieron rentabilidad positiva, retrocediendo 5 puntos esa proporción frente a diciembre (52%) y el 32% de las firmas tuvo rentabilidad nula y 17% negativa. “Son muchas las empresas que quedaron debilitadas después del difícil 2020 y están tratando de recuperarse, aún en un contexto económico que lentamente va mejorando”, concluye CAME.
