Durante la “4ta Jornada del Hub Logístico Puerto La Plata”, Ana Basco, directora del Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (INTAL), organismo perteneciente al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se refirió a la participación de las mujeres en el Comercio Exterior.

En el marco del evento organizado por Ser Industria y la Universidad Tecnológica Nacional Facultad Regional La Plata (UTN- FRLP), la experta dijo, en primer término, que desde el INTAL promueven la integración y el comercio de los países de América Latina y el Caribe.

En ese sentido, explicó que el organismo estudia las desigualdades que existen en cuanto a la mujer como trabajadora, para de esa forma poder construir políticas públicas que contribuyan a disminuir las inequidades. También dio detalles de Mujeres ConnectAméricas, red social para empresarias o emprendedoras de América Latina a partir del cual se hacen ruedas de negocio, capacitaciones y préstamos vinculados a comercio de integración.

Basco subrayó la importancia de entender el impacto que tiene el comercio en las mujeres. “Partimos de una situación de desigualdad. Sabemos que las mujeres tenemos mayores tasas de desempleo que los hombres, mayores niveles de informalidad. La pandemia nos afectó muchísimos más y creemos que tenemos el derecho a vernos beneficiadas de todos los aspectos positivos que trae el comercio exterior”.

Además, indicó que en el INTAL analizan el rol de la mujer como trabajadora, empresaria y consumidora. Con respecto al primer caso, según un estudio que realizaron recientemente, la tasa de feminización de las mujeres en Argentina, Colombia, México y Perú muestra que en las cuatro economías la participación del género femenino es menor en el empleo en general y disminuye en el segmento de comercio exterior.

“En el caso Argentina esto responde a que gran parte del sector exportador es agrícola y agroindustrial, la mujer no participa tanto en esa área”, dijo y agregó que “también proyectamos al 2026, qué va a pasar con el incremento de las exportaciones producto del crecimiento económico que se estima. Lo que se ve es que el crecimiento de las exportaciones va a contribuir a generar más empleos, pero se va a replicar la desigualdad de género”.

Otro dato que se desprende del estudio realizado por el INTAL es que la tasa de pobreza va a disminuir producto del incremento en los niveles de empleo, pero se va a ensanchar la desigualdad entre los hombres y las mujeres.

Por otro lado, las investigaciones demuestran que cuando una mujer lidera una empresa que exporta, esa compañía es más competitiva que una que no comercializa sus productos al exterior. “El gran problema es que solo el 15% de las empresas exportadoras en América Latina son lideradas por mujeres y esto tiene que ver con que las mujeres enfrentamos muchísimas más trabas y dificultades. Por ejemplo, tenemos menos acceso a redes de contacto, redes de negocios, más desajustes educativos. Es importante pensar en la redistribución de tareas en el hogar para que las mujeres puedan insertarse en su rol como trabajadoras o empresarias”.  

La directora del INTAL planteó si el comercio electrónico significa una oportunidad para las mujeres. En ese sentido, expresó que, si bien es verdad que contribuye a que haya más mujeres empresarias o emprendedoras porque les permite conciliar la vida en el hogar con la empresaria, “hay estudios que muestran que el comercio electrónico, al evitar el cara a cara entre el comprador y el vendedor, evade cualquier tipo de discriminación que pueda tener un comprador mujer u hombre hacia una vendedora mujer”.

Sin embargo, manifestó que “hay estudios que muestran que detrás de estas plataformas hay algoritmos que son creados por personas que tienen sesgos. Muchas veces estas plataformas terminan replicando los mismos sesgos de desigualdad que existen entre hombres y mujeres”.

En contrario, sostuvo que hay clara evidencia que muestra que las mujeres pueden verse favorecidas por el comercio. “Cuando hay una apertura comercial disminuyen los precios de los bienes importados y si están dentro de nuestra canasta de consumo vamos a ser beneficiadas”.

Asimismo, alertó que “muchas veces sucede que los Estados, al ver disminuidos sus ingresos producto de la reducción de aranceles, tienden a compensar achicando gastos sociales que beneficiaban a las mujeres”.

Para cerrar, Basco consideró que es importante que en los acuerdos de comercio entre países se contemplen capítulos con perspectiva de género y concluyó que “el comercio no va a impactar de manera igual a hombres y mujeres, va a depender del rol que ocupemos en la sociedad, si somos solamente consumidoras, empresarias, emprendedoras, trabajadoras. Va a depender de la estructura productiva cuán feminizado o masculinizada esté y de los sectores que estén afectados por la liberalización comercial”.