El Índice de Precios al Consumir de la Fundación Libertad y Progreso (IPC- LyP), marcó un aumento del 3,1% en abril, desacelerándose 0,6 puntos porcentuales con respecto al dato oficial de marzo (3,7%). De esta manera, en el primer cuatrimestre del año, la inflación acumulada es del 11,9%.
Por su parte, la variación anual del IPC fue de 47,7%, anotando su 12º desaceleración consecutiva y siendo la más baja desde mayo de 2021. Esta tendencia refleja que las variaciones mensuales de precios han sido persistentemente menores a las de un año atrás.
“La unificación cambiaria se realizó en línea con lo que veníamos pronosticando, con el tipo de cambio único convergiendo a un valor entre el oficial y los paralelos e incluso más cercano a la banda baja fijada por el BCRA. Esto tuvo un impacto menor al que muchos esperaban sobre el IPC, lo que quedó reflejado en nuestra medición”, señalaron los especialistas.
Análisis
Eugenio Marí, Economista Jefe de la Fundación LyP, menciona que “si bien en marzo el IPC dio una sorpresa negativa, hay varios factores que nos mueven a pensar en una desaceleración. Por un lado, la unificación cambiaria se hizo sin trauma y con un salto cambiario relativamente bajo”.
Señala que, por otro, “varias subas de precios que impactaron significativamente en marzo, como Verduras y Educación, no verificamos que se repitan e incluso hay algunas señales de que se revirtieron parcialmente. No hay que perder de vista que marzo es un mes en que la estacionalidad juega en contra, algo que se revierte en abril.”
“Hacia adelante vemos que la inflación seguirá bajando. En mayo se acercará al 2,5% y para junio podría estar en el rango 1,5%-2,0%. Este pronóstico se sustenta en que el gobierno tiene los mecanismos para mantener controlada la oferta de pesos en el mercado, a la par que la suba estacional y tendencial de la demanda de dinero ayudará a sostener el valor del peso”, agregó Marí.