Lejos de ser una promesa futurista, la inteligencia artificial (IA) ya está redefiniendo la vida cotidiana de miles de millones de personas alrededor del mundo y la Argentina no es una excepción. Según el Índice Global de IA, que califica 83 países en función a su implementación, innovación e inversión, el país solo es superado por Brasil en la región, demostrando una buena actualidad y potencial de crecimiento.
Con aplicaciones que van desde la atención ciudadana hasta el e-commerce y la salud, la IA en la Argentina deja de ser un concepto técnico para convertirse en una herramienta concreta que optimiza servicios, agiliza procesos y mejora la experiencia de millones de usuarios. Tanto, que la consultora internacional Statista proyecta que el tamaño del mercado local de IA alcance los US$ 1.600 millones en 2025 y supere los US$ 6.470 millones en 2031.
“Estas tendencias están impulsando una nueva ola de innovación en el ecosistema tecnológico argentino, abriendo oportunidades para desarrollar soluciones locales con proyección global”, explica Fernando Fariña, COO en Streambe, software factory software factory con más de 15 años de experiencia en el sector.

“Ya hay aplicaciones de IA que llegan al público de forma directa y rápida. Entre ellas, los asistentes virtuales en servicios de atención al cliente, la recomendación inteligente en plataformas de e-commerce, las soluciones para gestión de turnos y atención médica y apps de apoyo emocional o seguimiento del bienestar”, agregó.
Aplicaciones en uso
Los especialistas destacan que, a corto plazo, varios sectores clave de la economía argentina tienen un alto potencial para aprovechar la IA. “El agronegocio, con el monitoreo de cultivos, las finanzas, con la detección de fraude y análisis de riesgo, el retail/e-commerce, mejorando la personalización y logística, la salud, con mejores gestiones de turnos y apoyo al diagnóstico y la manufactura, permitiendo avances en el control de calidad inteligente, son solo algunos ejemplos de esto”, afirma Augusto Chesini, presidente de la Cámara de Empresas Tecnológicas (CEBATEC).

En ese marco, algunas aplicaciones logran cotidianidad entre los usuarios y ganan adopción a medida que suman funciones y servicios que facilitan actividades del día a día.
Servicios que escuchan y responden
El chatbot “Boti” del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y “Tina” del Gobierno Nacional son ejemplos de cómo la IA puede mejorar la relación entre el Estado y los ciudadanos. Estas herramientas permiten, vía WhatsApp o web, acceder a información sobre servicios, turnos y gestiones, con respuestas inmediatas y disponibles 24/7.
Empresas como BotMaker y Keepcon lideran en el uso de IA para la atención automatizada. BotMaker permite escalar respuestas en canales como WhatsApp y Messenger, mientras que Keepcon aplica IA para moderar contenido y extraer insights de conversaciones.
En el sector salud, Osana integra IA para gestionar turnos, predecir demandas y mejorar la eficiencia de clínicas y hospitales. En paralelo, herramientas como CUX, ofrecen asistencia para la salud mental y LARA ayuda a los equipos de Recursos Humanos a mejorar su bienestar laboral.
La personalización de la experiencia de compra es otro terreno donde la IA está haciendo la diferencia. Plataformas como Atento utilizan datos e interacciones para anticipar necesidades, recomendar productos y optimizar recorridos.
La IA generativa, los agentes inteligentes y los modelos multimodales están acelerando su adopción a gran escala. “La IA no es solo una tendencia global: es una oportunidad concreta para transformar sectores clave de la economía argentina y posicionarnos con soluciones propias en el escenario internacional”, reflexiona Fariña.
“Argentina tiene creatividad, resiliencia y capacidad técnica. Lo que necesitamos ahora es articular visión, acción y colaboración. Si logramos construir un ecosistema donde el conocimiento fluya entre el sector privado, el Estado y la Educación, el potencial es enorme. El futuro no se espera, se construye”, concluye el COO de Streambe .