“Las empresas sin IA no podrán competir en costos ni calidad de servicio”

Especialistas advierten que será indispensable para una logística eficiente y sostenible.

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1 agosto, 2025

En medio de una revolución tecnológica sin precedentes, la inteligencia artificial (IA) en logística emerge como una herramienta clave para mejorar la eficiencia, la sostenibilidad y la capacidad de respuesta de las cadenas de suministro.

En Argentina, esta transformación avanza a ritmos desiguales según el tamaño y la madurez de las empresas, pero el consenso entre los expertos es claro: quien no se suba a esta ola, quedará atrás.

Para entender el panorama actual y futuro de la inteligencia artificial aplicada a la logística, serindustria.com.ar consultó a Diego Baglietto, CEO de DIBAG Supply Chain Management y Claudio Crescentini, fundador de LOGIA.

La aplicación de la IA en la cadena de suministro aún se encuentra en una etapa inicial para muchas organizaciones. Según Baglietto, “las empresas están dando sus primeros pasos en la adopción de soluciones basadas en IA”.

La mayoría de los esfuerzos se concentran en mejorar la atención al cliente a través de asistentes inteligentes basados en IA generativa y conversacional. Un segundo eje prioritario es la automatización de procesos internos para reducir costos y liberar recursos.

Sin embargo, el profesor del curso “Inteligencia Artificial aplicada a la Cadena de Suministro” organizado por ARLOG, advierte que el uso de IA para pronósticos de demanda -una de las aplicaciones más sofisticadas y con mayor potencial-, aún es poco explorado porque “este tipo de iniciativas requiere recursos altamente especializados, volúmenes significativos de datos confiables y mayor tiempo de implementación. Por ello, su adopción suele postergarse frente a soluciones más inmediatas”.

Áreas con impacto tangible

En cuanto a las áreas del proceso logístico donde ya se observan beneficios concretos, Baglietto señala que “donde más se ve impacto real (a nivel internacional) es en inventarios, compras, transporte y servicio al cliente”. La lógica es sencilla, si existe un dato y ese dato afecta al costo o al nivel de servicio, la IA puede marcar una diferencia significativa. Estos resultados tangibles están motivando a las empresas a profundizar su transformación digital en logística.

Pero no todo es entusiasmo. La adopción de IA en logística argentina enfrenta importantes desafíos, especialmente entre las pequeñas y medianas empresas. Claudio Crescentini lo resume: “en medio del bombardeo mediático sobre la inteligencia artificial, muchas empresas no saben por dónde empezar”. Esta sobreinformación, combinada con la saturación de tareas de los equipos, impide visualizar beneficios a corto plazo.

Además, hay una dificultad más profunda y persistente como la falta de cultura empresarial orientada a la eficiencia. Crescentini recuerda que durante años, la inflación y la inestabilidad macroeconómica hicieron que muchas PyMEs relegaran las inversiones en tecnología. Hoy, esas prioridades aún brillan por su ausencia en los presupuestos. “No se visualiza una inversión clara para hacer más competitiva a la organización”, sentencia.

Automatización, una evolución en fases

En relación al grado de automatización de decisiones que están alcanzando las empresas, Crescentini sostiene que la IA ya está resolviendo tareas operativas y eliminando cuellos de botella en procesos rutinarios. Pero aclara que, en general, se trata de procesos administrativos satelitales, no del núcleo del negocio: “llegar al core todavía está lejos para muchas empresas y sobre todo las PyMEs”.

De todos modos, el componente humano sigue siendo esencial. “El humano debe estar en el bucle”, recuerda, aludiendo a un principio básico de la implementación tecnológica escalonada. La automatización ocurre por fases y cada una requiere una validación humana antes de pasar a la siguiente. Esta lógica garantiza el control y la adaptabilidad de los procesos.

La diferencia entre grandes empresas y PyMEs se nota cada vez más. “Las grandes ya tienen equipos, datos y presupuesto. Las PyMEs, en cambio, apenas están empezando a entender ‘por dónde empezar’”, explica Baglietto. La brecha se evidencia en la madurez de los procesos y en la cultura de adopción tecnológica. Aunque muchas personas ya usan herramientas de IA para tareas individuales, integrar estas soluciones en los procesos de negocio sigue siendo una cuenta pendiente.

Uno de los errores más frecuentes al abordar la IA en logística empresarial es pensar que existen soluciones universales. “No existe tal cosa como la ‘IA enlatada’ que resuelve cualquier problema”, afirma tajante Crescentini. Cada empresa tiene su propio ecosistema de sistemas, procesos, bases de datos y prioridades. Por eso, cualquier implementación de IA debe ser diseñada a medida.

Si bien existen plataformas, modelos y servicios en el mercado, enfatiza que “una solución de IA a nivel empresa debe ser robusta, escalable, sustentable y segura”. Y para ello, se requiere un equipo interno competente en IA o un socio tecnológico especializado. No basta con usar ChatGPT para una presentación, se trata de orquestar tecnología, datos, ciberseguridad y cumplimiento normativo.

Desafíos locales para escalar proyectos de IA

A la hora de identificar los principales desafíos para escalar proyectos de IA en logística en Argentina, Crescentini enumera tres: cultura, procesos internos y transformación digital. “Muchas organizaciones aún no comprenden que su activo más valioso son los datos”, explica en relación al primer punto.

Respecto a los procesos, muchas empresas -sobre todo las PyMEs-, arrastran falencias estructurales que dificultan el avance. Y sobre la transformación digital, advierte que “digitalizar el caos solo genera un caos digitalizado”. La IA será el cerebro optimizador de la logística moderna, “más eficiente, más limpia, más inteligente”, pero necesita una base ordenada sobre la cual operar.

¿Y qué tan efectivos son estos sistemas? Baglietto asegura que el impacto de la IA en la gestión de inventario, almacenes y previsión de la demanda es contundente. “En estos casos, la IA interactúa directamente con los sistemas de gestión de la empresa… añadiendo un análisis transversal que considera múltiples variables conectadas”.

El resultado: ajustes automáticos en los parámetros de gestión que mejoran la eficiencia sin intervención manual. Si bien los efectos varían según la industria y la región, Baglietto destaca que “los beneficios suelen expresarse en porcentajes de dos dígitos. Es decir, las mejoras rara vez bajan de dos dígitos, lo que representa un cambio significativo en la operación”.

La transformación digital en logística no se logra solo con tecnología. También requiere nuevos liderazgos. Según Crescentini, las empresas están buscando profesionales que combinen conocimientos tecnológicos con habilidades de gestión del cambio. “No se trata solo de implementar tecnología, sino de integrar soluciones de manera estratégica y gestionar el impacto en las personas y los procesos”, explica.

Este nuevo perfil profesional debe poder conectar áreas, traducir necesidades operativas en soluciones digitales y acompañar culturalmente a los equipos durante el proceso.

IA para una logística más sostenible

Por último, ¿qué papel jugará la IA en una logística sostenible? Baglietto es contundente ya que “el rol principal de la IA en logística es optimizar y anticiparse proactivamente”. En los próximos años, este enfoque será determinante porque “las empresas sin IA no podrán competir ni en costos ni en calidad de servicio”.

La IA optimizará el transporte mediante rutas dinámicas, esquemas multimodales, y maximización de carga, reduciendo los kilómetros recorridos y las emisiones. Además, permitirá anticipar necesidades de mantenimiento, mejorar la gestión energética e impulsar la trazabilidad ambiental, un eje cada vez más valorado por clientes e inversores.

Lejos de ser una moda, la IA aplicada a la logística es una herramienta estratégica que redefine la competitividad de las empresas. Los desafíos son falta de datos de calidad, culturas resistentes al cambio, presupuestos acotados. Pero las oportunidades también lo son, van desde mejoras operativas cuantificables, reducción de emisiones, agilidad en el servicio y nuevas capacidades organizacionales.

Para quienes lideran el cambio, la clave será encontrar el equilibrio entre lo que la tecnología puede ofrecer y lo que la organización está preparada para absorber. Como bien dicen los expertos, la transformación digital no es digital, es transformación.

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