En el Día de la Industria Naval, quiero compartir una reflexión que considero urgente: nuestro sector enfrenta un momento decisivo. El futuro no dependerá solo de la cantidad de buques construidos, sino de la capacidad de innovar y adaptarnos a un mundo que exige eficiencia energética y sostenibilidad real.
La industria naval necesita un cambio profundo. Es indispensable desarrollar una política activa que impulse la construcción de nuevos buques, pero no cualquier buque: deben estar diseñados desde su origen bajo los parámetros que marcan las regulaciones internacionales. El mundo ya no admite improvisación. Cada proyecto que no contemple eficiencia y reducción de emisiones será un proyecto obsoleto antes de nacer.
Creo firmemente que la innovación debe ocupar el centro de la agenda. Innovar no significa únicamente aplicar nuevas tecnologías, sino también transformar la forma en que concebimos la operación, los procesos de gestión y la cultura organizacional de nuestros astilleros y empresas navieras. Primero debemos optimizar la operación, luego incorporar la tecnología adecuada para sostenerla y multiplicar su impacto.
El desarrollo de la industria naval también debe ser visto como una oportunidad de crecimiento económico y social. Invertir en la modernización de nuestra flota significa generar empleo calificado, abrir nuevos mercados y proyectar al país dentro de las rutas globales de transporte que ya se están reconfigurando bajo criterios de sostenibilidad.
De cara al futuro, visualizo una industria naval que sea parte activa de la transición energética mundial. Una industria que no espere a que las regulaciones la obliguen, sino que lidere los cambios, que entienda que la eficiencia y la responsabilidad ambiental son condiciones básicas para competir y crecer.
Hoy, más que nunca, necesitamos visión, decisión y compromiso. El rumbo está marcado: innovación, desarrollo y cumplimiento normativo internacional. Lo que está en juego no es solo el futuro de nuestros astilleros o de nuestras navieras, sino la posibilidad de que nuestra industria se convierta en motor de sostenibilidad y progreso.