El director ejecutivo del Grupo Argentino de Proveedores Petroleros (GAPP), Leonardo Brkusic, realizó un análisis detallado de la participación de las empresas argentinas en la AOG Expo 2025, organizada por el Instituto Argentino de Petróleo y Gas (IAPG).
En diálogo con serindustria.com.ar, Brkusic señaló que la exposición, visitada por más de 30 mil personas, fue una muestra concreta del potencial de la industria. “El evento refleja la expectativa de lo que va a suceder en los próximos años. Muchas operadoras y un universo de proveedores mostraron la tecnología argentina para dar soporte e impulsar el desarrollo energético”, afirmó.
El GAPP tuvo una fuerte presencia en la feria, con la participación de 90 empresas. De ellas, 37 lo hicieron dentro del espacio institucional y otras 54 con stands y actividades propias. Para el directivo, esa amplitud demuestra la capacidad de la red de proveedores argentinos para integrarse a la cadena de valor de proyectos en Vaca Muerta y en otras cuencas del país.
Uno de los puntos más relevantes del encuentro fueron las rondas de negocios, que generaron espacios de vinculación directa entre proveedores y operadoras. “Las rondas permitieron el acercamiento y el compromiso de las empresas. Estuve sorprendido por el nivel de los encuentros y la participación de las operadoras, que brindaron la oportunidad de conocer el estado de los proyectos y cómo integrarse a ellos”, explicó Brkusic.
El director del GAPP subrayó que esta instancia no solo abre oportunidades comerciales inmediatas, sino que también construye relaciones de mediano plazo, fundamentales para el desarrollo de proveedores locales que buscan consolidarse en un mercado competitivo.
Competencia con proveedores chinos
Uno de los temas que genera preocupación en el sector es el ingreso de productos chinos. Según Brkusic, Argentina no está hoy en el centro de atención de los fabricantes asiáticos, aunque algunas operadoras comenzaron a evaluar esa alternativa.
“Argentina no está en el foco principal de los proveedores chinos, pero hay operadoras que comenzaron a estimar costos con ellos. Eso genera inquietud sobre el impacto en la industria local cuando aumente la actividad”, señaló.

El directivo reconoció que los precios de los productos chinos son tentadores, en parte porque cuentan con subsidios estatales que facilitan su financiamiento. Sin embargo, advirtió que el diferencial de los proveedores argentinos radica en el servicio. “Los productos chinos de buena calidad, con certificaciones, no están tan lejos en precios. Pero el servicio argentino es fundamental. Hace más de diez años que nuestros proveedores están dando soporte a Vaca Muerta. Eso marca la diferencia”, sostuvo.
Brkusic también se refirió a la apertura de importaciones de maquinaria usada y al Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI), sobre el cual señaló que “se dispuso que solo el 20% de las compras fueran de origen argentino, sin discriminar servicios o maquinaria. Eso se cumple fácilmente con servicios, sin fomentar la incorporación de tecnología local. Creemos que debería considerarse de forma más sólida el desarrollo de proveedores nacionales”.
Para el ejecutivo, estas medidas reducen el margen de crecimiento de la industria local, que en los últimos años invirtió en tecnología para responder a las necesidades de los proyectos no convencionales.
La lección de Noruega y el contraste con Angola
Brkusic recordó que existen antecedentes internacionales que sirven como ejemplo para pensar el futuro de la industria energética argentina. Sostuvo que “hay una nota que circula hace años que refleja dos modelos. Uno es el de Angola, donde el desarrollo de la industria petrolera no generó un entramado de proveedores locales sólido”.
“El otro es el de Noruega, que no solo impulsó la producción de hidrocarburos y creó el famoso Fondo Soberano, sino que también construyó un ecosistema de empresas que hoy exportan tecnología a todo el mundo”, explicó.

En este sentido, sostuvo que Argentina tiene la posibilidad de replicar la experiencia noruega porque “creemos que lo mismo puede suceder en Argentina si se apoya a los proveedores nacionales. El país puede desarrollar materiales, equipamiento y servicios vinculados a la actividad no convencional y generar capacidades exportadoras”.
La coyuntura macroeconómica también condiciona al sector energético. Según Brkusic, la falta de acceso al crédito y al capital de trabajo limita el desarrollo de proyectos. “La turbulencia de los últimos meses impacta. La falta de consistencia para acceder a financiamiento es un riesgo. Muchas empresas enfrentan dificultades y algunas han tenido que suspender actividades en la cuenca neuquina”.
Remarcó que el debate sobre competitividad no debe reducirse al costo laboral, sino que debe incluir factores estructurales.“No se trata solo de carga tributaria o costos laborales. Hay que resolver cuestiones estructurales que condicionan el desarrollo. Las reformas de base son indispensables si queremos que los proyectos de Vaca Muerta tengan un efecto multiplicador en la economía argentina”, consideró.
A pesar de los desafíos, Brkusic se mostró optimista respecto al mediano plazo y señaló que “estamos más cerca del inicio de una nueva etapa. Vaca Muerta Sur ya tiene un 30% de avance y proyectos como la construcción del gasoducto para el GNL avanzan. Creemos que en poco tiempo estaremos en otro escenario”.