La participación de mujeres en carreras vinculadas al sector minero en Chile atraviesa un momento clave. Así lo demuestra el estudio “Panorama Educacional TP Minero: Análisis de la Oferta Formativa Técnico-Profesional y Superior vinculada a la minería”, realizado por la Alianza CCM-Eleva, que revela un crecimiento significativo en la matrícula femenina, tanto en la Educación Media Técnico-Profesional (EMTP) como en la Educación Superior.
En 2024, la presencia de mujeres en programas de educación superior relacionados con la minería alcanzó el 17,8%, rompiendo una década de estancamiento que mantenía la participación entre el 14% y el 15%. El salto en números absolutos es contundente: de 3.500 estudiantes en 2022 a más de 7.000 este año.
Alejandro Villela, jefe de la División Técnico Profesional de la Subsecretaría de Educación Superior, valoró el impacto de las políticas públicas recientes. “Desde 2024 (admisión 2025) se establece como política pública el impulso para la incorporación de mujeres a carreras STEM en el sistema universitario y, desde este año (admisión 2026) dicha política incluye al mundo TP”, explicó. También indicó que la nueva regulación por gratuidad permite que las instituciones crezcan hasta un 3,6% si ese aumento está vinculado a la matrícula femenina en áreas STEM. “Con ello se espera que a la brevedad el porcentaje de mujeres tituladas en carreras mineras o afines a la minería se incremente de manera significativa”, sostuvo.
El informe analiza once especialidades de la EMTP relacionadas directamente con la minería y seis áreas formativas de la educación superior que contribuyen a la cadena de valor principal del sector minero. A partir de este panorama, identifica dinámicas clave y desafíos persistentes para el desarrollo del capital humano minero.
Uno de los movimientos observados es la disminución general de la matrícula en la EMTP vinculada a la minería, que se redujo en 1.800 estudiantes en los últimos dos años. No obstante, esa caída contrasta con un aumento registrado en la Macrozona Norte Minera, una región que concentra buena parte de la actividad extractiva en Chile. Para Vladimir Glasinovic, director del Programa Eleva, esto sugiere “una concentración de la demanda educativa en territorios estratégicos para la industria”.
En el caso de la educación superior en minería, el crecimiento es sostenido. Sólo en 2024, la matrícula de primer año en programas relacionados con la minería alcanzó los 40.000 estudiantes. Natalia Morales, gerenta del Consejo de Competencias Mineras de la Alianza CCM-Eleva, destacó el rol de instituciones como INACAP, DUOC UC y AIEP, que lideran en número de matriculados. “Este crecimiento también se manifiesta con fuerza en la Macrozona Norte, reforzando su protagonismo”, apuntó.
Respecto de la titulación oportuna en la EMTP, el informe muestra signos de recuperación tras la pandemia. A nivel nacional, el indicador se ubica en 71,7%, aunque aún se observan rezagos en la Macrozona Norte, donde alcanza apenas un 63,1%. También se evidencian diferencias según género. “Este indicador aún muestra una brecha persistente entre hombres y mujeres, excepto en la especialidad de Química, donde las mujeres superan a sus pares masculinos”, afirmó Glasinovic.
Las trayectorias educativas de egresados de carreras mineras también son parte del análisis. El 73% de quienes finalizan especialidades mineras en la EMTP continúa estudios superiores en áreas afines, lo que confirma una fuerte afinidad entre ambos niveles educativos. Sin embargo, persiste una brecha de género: mientras el 80% de los hombres sigue vinculado al ámbito minero, sólo el 39% de las mujeres opta por ese camino.
Otro dato que resalta el estudio es el peso creciente de los programas de Mantenimiento en educación superior, que concentraron el 59% de las titulaciones del área minera en 2023. Esta tendencia también se acentúa en la Macrozona Norte, reflejando las necesidades concretas de la industria.
Aunque el avance es evidente, el informe no elude los desafíos pendientes. Natalia Morales señaló que “por una parte, se vuelve prioritario ampliar la oferta formativa y aumentar la matrícula en la Macrozona Norte, y por otra, resulta fundamental consolidar la recuperación de la titulación oportuna, asegurando que más estudiantes completen sus trayectorias formativas, especialmente en contextos y grupos donde aún persisten brechas significativas”.
Con un enfoque integral, el estudio de la Alianza CCM-Eleva se posiciona como una herramienta clave para comprender cómo la educación técnico-profesional en minería acompaña —y condiciona— el futuro de la minería chilena. La mayor inclusión de mujeres en carreras mineras y la concentración regional de la demanda educativa no sólo marcan una nueva etapa, sino que también plantean una hoja de ruta para los próximos años.