Por Camilo Urquizu- La primera semana de septiembre los precios de combustible tuvieron un aumento en sintonía con todos los desajustes económicos de las últimas semanas.
YPF que posee el 55% de las participaciones en el mercado del combustible, procedió a comienzo de septiembre a un aumento de 2,5% para la nafta súper; 2,3% para la Infinia (Premium); 1,7% para el diésel, y 1,4 para la Infinia Diésel en Capital Federal. Pero fue Shell quien dominó la suba aumentando un 10% más la nafta súper en comparación con el aumento de YPF.
Pero para este mes ya estaba estipulado que comenzara a regir la suba del impuesto a la transferencia de los combustibles (ITC) que fija la AFIP y que YPF tributa directamente a su precios. El incremento incluye el traslado a precios del alza de los biocombustibles, una de las materias primas con las que se hacen las naftas, cuyo valor lo fija el ministro de Energía, Javier Iguacel.
Desde que el congelamiento del precio de los combustibles anunciado por el ex ministro de Energía Juan José Aranguren que contemplaba dos meses y duro apenas la mitad, el precio del combustible tuvo un aumento el primero de julio de 1,7% debido a la modificación del impuesto a la transferencia de los combustibles (ITC) dispuesto por la AFIP. Le siguió el aumento de julio de un 5%, cuando se había acordado que los incrementos en los surtidores fuera de un 3%. Ese mismo mes volvió aumentar un 5,4% la nafta Premium.
Desde que asumió Mauricio Macri sólo la nafta tuvo un aumento de 123,1%. Queda pendiente el quinto aumento del segundo semestre, que se dará en gasoil en los próximos días, según anunció el Gobierno hoy un incremento del 17% en el precio de la adquisición del biodiesel, componente del gasoil, pero que no incidirá en la nafta, ya que en su caso el componente utilizado es bioetanol.