El reciente incidente del buque portacontenedores Ever Feat, que fue impactado por fuertes vientos y oleaje intenso frente a la costa de Rio Grande do Sul, Brasil, volvió a dejar en evidencia los riesgos crecientes que enfrenta la logística internacional. Si bien el transporte marítimo continúa siendo el pilar del comercio global, factores como el cambio climático, las demoras operativas y la falta de previsibilidad exigen a las empresas importar con una planificación anticipada cada vez más rigurosa.
Fuentes portuarias indicaron que no hay indicios de mercancías peligrosas involucradas en el siniestro. Tampoco se ha confirmado si alguno de los módulos cayó efectivamente al mar, aunque se considera poco probable. Las tareas de descarga segura de los contenedores colapsados demandarían al menos una semana más, dependiendo de las condiciones climáticas y de la complejidad técnica para movilizarlos sin provocar daños adicionales. Solo una vez finalizado ese proceso, el buque podrá retomar su itinerario hacia sus próximos destinos.
Una de las empresas afectadas por el accidente es VDM Logistic, cuya CEO, Verónica De Marco, compartió su experiencia. “Es una situación extraordinaria. Desde que estoy en el rubro es la primera vez que un temporal nos afecta de esta manera”, aseguró. Aunque casos como este no son frecuentes, sí se han registrado situaciones similares en otros puntos de Sudamérica. “Hace poco también pasó en Callao, Perú”, señaló, lo que confirma que no se trata de un hecho aislado, sino de un fenómeno cada vez más recurrente.
La trazabilidad confirma que el Ever Feat llegó a la terminal Montecón el 29 de julio y dos días después, el 31 de julio, VDM Logistic fue notificada de que uno de sus contenedores, que tiene como destino final la ciudad de Rosario, fue afectado. A partir de ese momento comenzó una etapa de incertidumbre operativa y espera obligada.

“Entendemos que las líneas marítimas y las terminales están haciendo todo lo posible, pero no tenemos un manual de cómo son los procesos que están llevando a cabo como para entender el tiempo sin respuesta”, explicó De Marco. Esta falta de información clara, sumada a la imposibilidad de acceder físicamente a la carga, impide también activar el seguro. “No es que ante el siniestro se realiza la denuncia y el seguro inmediatamente repone el valor de la mercadería”, advirtió. Según indicó, este tipo de trámites suele llevar al menos un mes.
Necesidad de planificación
En este contexto, De Marco destacó la necesidad urgente de reforzar la planificación logística en el comercio exterior. “Ya no alcanza con que la mercadería llegue y tener un mes para venderla. Hoy hay que programar los embarques con dos o tres meses de anticipación respecto a la fecha de venta prevista”, sostuvo. Este margen es clave para mitigar los impactos de eventos inesperados como temporales, retrasos portuarios o reprogramaciones de itinerario.
Además, remarcó la importancia de contratar seguros para cargas internacionales, incluso sabiendo que podrían no cubrir el 100% de las pérdidas. “Importadores, aseguren su mercadería. No embarquen sin contratar un seguro”, recomendó y agregó que el esfuerzo que implica importar en Argentina merece todas las precauciones posibles.
Los plazos logísticos también han cambiado. “Estoy con otros embarques donde los tiempos de salida se van corriendo y los tiempos de tránsito también. Antes vos tenías una ruta Shanghái-Buenos Aires de 35 días. Ahora lo mínimo son 45 o 50 días”, detalló. Estos desfasajes impactan de lleno en la cadena de suministro y exigen una mayor capacidad de adaptación por parte de las empresas.
Si bien la trazabilidad digital permitió confirmar que el contenedor de VDM Logistic se encuentra en Montevideo, esto no acelera los procesos administrativos ni técnicos. “Claramente es una situación extraordinaria para todos”, resumió De Marco, insistiendo en que eventos extremos como este podrían volverse más frecuentes debido al cambio climático y la creciente presión sobre las rutas sudamericanas.
En definitiva, el caso del Ever Feat no solo afecta a empresas puntuales, sino que sirve como ejemplo de los nuevos desafíos que enfrenta el comercio exterior en Argentina y en la región. En un mundo donde el clima, la demanda y los costos están en constante transformación, planificar dejó de ser una recomendación: es la única forma de minimizar riesgos y garantizar la continuidad operativa.