Tras superar el primer año y medio de gestión, Javier Milei se aproxima al primer test electoral, previsto para el 26 de octubre, día en el que la ciudadanía renovará parcialmente su representación legislativa.
Luego de bajar la inflación y aplicar rigurosas medidas para sostener el superávit fiscal, el gobierno enfrenta turbulencias. Entre las causas se identifican la suba del dólar, la baja capacidad de compra de los salarios y el costo de los servicios públicos, que se traducen en expresiones públicas de sectores descontentos por los alcances del ajuste,
Para abordar estos temas, Ser Industria Radio dialogó con el doctor Orlando Ferreres, presidente de la consultora OJF y Asociados y ex secretario de Coordinación Económica de la Nación.
El especialista analizó el rumbo de la economía e hizo referencia a la situación de la industria y la reducción de la pobreza. También abordó la marcha del RIGI, la importancia del riesgo país y la posible reacción del campo ante la suba de retenciones.
¿Cómo evalúa la marcha de la economía nacional?
En general viene creciendo desde abril del 2024 hasta marzo de este año. Cuando se salió del cepo a los privados, hubo una confusión con el tipo de cambio. Se calculaba que la inflación sería del 4 o 5% y que iba a haber una recesión, pero eso no ocurrió. El tipo de cambio no subió, sino que bajó y la inflación fue normal, inició con 2 puntos. Nos encontramos ahora frente a la perspectiva de junio y julio. No se esperan grandes oscilaciones, junio puede dar menos de 2 puntos.
¿Puede ser un poco más alta que mayo?
Nosotros calculamos 1,7% y puede ser 1,9%. Son cifras bajas comparadas con las que teníamos antes. Creo que esto va a ayudar mucho al gobierno en materia política, porque va a ganar mayor cantidad de representantes en las cámaras de Diputados y Senadores. Eso le viene bien para aprobar leyes que le han costado mucho y algunas que ni ha podido mandar. Va a provocar un cambio importante en la reestructuración macroeconómica del país, que ya se viene haciendo. Desde el punto de vista del gasto público, bajó 30% en 2024 y este año sigue bajando con superávit primario y financiero.
Hay un ordenamiento fuerte…
Por el lado fiscal está bien. El Banco Central ya se acomodó bastante con el préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI) al tesoro que a su vez le compró bonos al Banco Central y quedó con reservas libres. Es cierto que son préstamos y que dentro de 2 o 3 años, hay que pagarlos, pero el nivel de reservas es mucho más sólido. Se espera que baje el riesgo país, que fluctúa alrededor de los 700 puntos y debe llegar a 400. Ahí podremos obtener préstamos de otros fondos que hoy no le permiten comprar bonos de Argentina porque estamos en “frontera”. La denominación no es ni siquiera de Emergentes, es país de frontera, como que está solo. Así es difícil obtener préstamos para fortalecer las reservas que tendrían que tener con mayor facilidad. También tenemos el swap de China, que son unos 18 mil millones de dólares, 5 mil están realizados. Lo del FMI, que es bastante grande y los préstamos del Banco Mundial, BID y la Corporación Andina de Fomento o sea que la mayoría de los resultados se obtienen por préstamos. Por eso se llaman reservas brutas, porque cuando uno las lentea de las deudas o cosas que no pueden usarse, queda muy poco realmente disponible de reservas reales.

Más allá de estos números, un gran sector de la sociedad la pasa mal, porque lo que ingresa al bolsillo, en gran medida, se lo llevan la luz, el gas, transportes… ¿En qué momento se puede equilibrar?
Creo que es difícil equilibrarlo porque en todos lados se gasta bastante en servicios. En Argentina no estábamos acostumbrados y los servicios resultan caros en relación al pasado. Es un cambio de estructura del consumo. A lo mejor el INDEC tendrá que acompañar eso con algún cambio de la estructura, un estudio más profundo de los consumos, pero los servicios van a seguir siendo caros. No se puede esperar un subsidio porque eso significaría un problema fiscal y el gobierno no está dispuesto a ceder en ese aspecto. Creo que es un tema bastante definido.
Ricardo Arriazu dijo que la destrucción va a ser mucho más rápida que la creación y que el Gobierno debería hacer un estudio de equilibrio general para evitar bolsones de pobreza y descontento. ¿Puede haber bolsones de pobreza?
Coincido con Arriazu en ese sentido y habría que clasificar a las industrias o a las actividades en tres categorías. Empresas que son eficientes, que no hay que hacer nada; empresas que pueden ser eficientes, según cómo sea el tipo de cambio y empresas que, según cómo sea el tipo de cambio, no serían eficientes. A estas últimas debería darle crédito para que puedan cambiar de sector y seguir funcionando. Es la idea que manejamos la mayoría de los economistas y sería bueno que para evitar esos bolsones de pobreza que vienen acentuándose, porque es muy dispersa la distribución de la riqueza. Algunos pueden comprar 25% más de autos cero kilómetro y otros no pueden llegar a fin de mes. Hay una dispersión muy grande. Creo que hay que resolver ese problema ya mismo, esperamos que el Gobierno tome las medidas correspondientes.
¿El ajuste lo está pagando la casta o el conjunto de la sociedad?
Creo que un poco todos, pero la casta es la que más paga. Después, la disminución de la inflación del 25, 30% al 1,5 o 1,7%, produjo una disminución muy grande de la cantidad de pobres. Unas 10 millones de personas dejaron de ser pobres e inclusive podía haber bajado a 31%, serían 12 millones las que dejaron la pobreza. Eso no quiere decir que ese 31% no haya que atenderlo. Hay que dedicarle tiempo y tratar de resolver ese problema porque puede ser una clave para las elecciones. Milei y su gente están tratando de ganar en 2025 para posicionarse hacia el 2027.
¿De qué manera podría impulsarse la generación de empleo en un esquema de salarios limitados y recesión?
El Gobierno habla muy poco de productividad e inversión. Está creciendo la inversión, pero no representa mucho del producto bruto. Si la miramos en moneda constante, representa alrededor del 20% del producto, es un número bajo. Medida en moneda corriente, es aún menor. Creo que tiene que poner hincapié en las inversiones. Se está haciendo la licitación para siete áreas de carreteras para que las pueda comprar el sector privado y después transferirlas, con el paso del tiempo, al sector público. Hay que apurar un poco la marcha para capturar a toda esa gente que trabaja en la construcción o en las rutas y que puedan estar mejor que antes. Creo que es un tema fundamental, amén de que se puedan hacer otras obras públicas que puedan dar buenos resultados para el país.
La semana pasada alarmó la suba del dólar y hubo una declaración inquietante del JP Morgan. ¿Cómo lo evalúa?
El precio del dólar fluctúa de acuerdo a la flotación dentro de unas bandas de novecientos y pico a $1400. Ahora se produjo un movimiento importante de ese tipo de cambio y algo impacta porque hay pass through hacia la inflación de todas esas devaluaciones, para la importación y la exportación. Un impacto va a tener pero no va a superar el 2%. Por más que esta devaluación es una forma de cambio del sistema cambiario, se hace de manera gradual para que no impacte tanto en los precios. Creo que eso está bien. Nosotros tenemos como paridad teórica de equilibrio, o sea, que es la que balancearía bien el balance en cuenta corriente del balance de pagos, $1815 por dólar y el valor del tipo de cambio oficial está en $1250, alejado de este valor. Pero cuando lo calculamos no había superávit fiscal, primario ni financiero. No son comparables exactamente con la situación actual y por lo tanto no puede ser una guía como para salir en la oscuridad del tipo de cambio, que no se sabe bien cuál va a ser en el futuro. Tendríamos que tener algún valor para que pueda llegarse al equilibrio del balance de cuenta corriente, tanto de las exportaciones como de las importaciones y también incluido el turismo que está muy hacia la salida del país. Desde el directorio de Aeropuertos, que integro, puedo percibir la cantidad de gente que sale como una cantidad enorme. Lo ideal sería que hubiera entrada de capital, de gente al país y que saliera menos.
Luego de la modificación de las retenciones, ¿el campo guardará la producción en silobolsas?
Creo que van a retener en silobolsas lo que puedan. Si hay necesidad, van a tener que vender, pero el silobolsa representa lo que antes reclamamos de la Junta Nacional de Granos, que haya más silos para almacenar la producción de trigo, maíz, sorgo, soja, etcétera, y que se puedan vender en cualquier momento. Con los silobolsas lo hace el propio productor en su campo y vende según las necesidades que tenga, es un avance importante para que el campo pueda manejar su negocio como una operación financiera más. Me parece que está bien y que es lo correcto. Ahora el Gobierno aumentó las retenciones a la soja y el maíz otra vez a 33 para el caso de la soja y eso no va a ayudar mucho a la liquidación de este producto. Lo que quedó hasta el 30 de junio va a ser un límite para julio y los meses que vienen, donde seguramente se liquidará menos.

¿En qué medida influye el clima electoral en la confianza de la población, en un país que atraviesa un cambio muy fuerte?
La gente sufre, pero confía en el gobierno. Sabemos que va a costar bastante, que es difícil, lo estamos viviendo muy mal, pero tenemos la esperanza de que este Gobierno nos saque de esta situación tan catastrófica. Es un poco lo que razona el votante y creo que Milei va a tener buena respuesta de la población. Las elecciones de octubre van a reforzar el Congreso. Para el 2027 se va a requerir una definición mayor de política económica y quién queda al mando de toda la situación económica. Va a ser una elección sumamente importante y me parece que el gobierno va a hacer lo imposible por ganar. Todavía no hay indicios muy claros de esa situación, pero el gobierno quiere tener La Libertad Avanza en todas las provincias y en la Capital Federal también, de manera tal que va a tener un partido nacional que lo apoye.
Hace un año se lanzó el RIGI y le queda un año más. ¿Qué análisis hace al respecto?
Hay algunos proyectos que se están analizando pero el RIGI no tuvo un éxito contundente. Creo que hubiera hecho falta un valor un poco menor para que pudiera haber proyectos que lleguen a funcionar. Este es para US$200 millones o más, tiene algunas ventajas impositivas y laborales, pero me parece que no está dando los resultados que esperaba el gobierno. Se nota en la inversión que subió, pero no tanto. Me parece que está bien, pero falta más para lograr los incentivos que el gobierno está requiriendo. Y creo que la inversión pública sería un tema al que hay que volver, por más que sabemos que siempre está cuestionada desde el punto de vista de la corrupción.
¿Cómo ve la situación que se generó en el juicio contra YPF?
Es un error del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Kicillof. El Gobierno se quedó con el 51% y complicó mucho la situación de YPF. La empresa se repuso pero sigue pendiente ese juicio que está dando un número, yo diría excesivamente alto para compensar esa situación que no se pudo cumplir en aquel momento. Creo que eso se va a ir arreglando de a poco.
¿Qué paralelismo y diferencias tiene este momento con la convertibilidad de los 90?
Casualmente estuve con Cavallo, discutiendo esos puntos y en general es distinto porque este es un programa de ahorro del gasto público que no existía en la convertibilidad, donde había déficit fiscal de 10.000, 12.000 millones, que se financiaba, cuando estaba Roque Fernández de ministro de Economía, con préstamos de los bancos. Cuando le dije a Roque que me parecía que tenía que cambiar un poco el sentido, me dijo, “mirá esa pila del libros de los bancos que me dicen todos que hay que comprar de Argentina. ¿Qué puedo hacer?”. Un poco se dejó transformar la economía y se quedó durmiendo por la re- reelección que después no se pudo realizar. Se perdió una etapa de transformaciones importantes que podrían haberse hecho. Cuando estuvimos a cargo, porque el ministro Roig que era de Bunge y Born murió a los siete días de haber asumido, quedé a cargo de la hiperinflación que dio 46,5 millones % anual, publicado oficialmente por el INDEC. Movernos en esa etapa fue difícil y tener que tomar decisiones en esas circunstancias fue muy complicado, apenas me dejaba dormir.
¿Ve la posibilidad de volver a un proyecto o plan parecido?
Es difícil porque tenemos una inflación baja. Ahora hay que encontrar un modelo que permita saber dónde hay que tocar, dónde hay que mover los aros para que el motor funcione. Me parece que es fundamental que el gobierno tenga un modelo de la economía real y vea qué es lo que tienen que mover para que puedan andar las cosas. Me parece que es fundamental darse cuenta de esta expectativa y hacerlo cuanto antes.