El remolcador “Ranquel” ha finalizado con éxito sus labores de mantenimiento y reparación en el astillero Tandanor. Este proceso involucró una serie de tareas llevadas a cabo por diferentes áreas especializadas, garantizando así la óptima condición y funcionamiento del buque.
El área de Carenado se encargó de realizar un exhaustivo tratamiento de superficie en las secciones viva y muerta del casco, utilizando técnicas de barrido profundizado WJ4 y WJ2 respectivamente. Posteriormente, se aplicó un esquema de pintura anticorrosiva, sellador y antifouling en la sección viva, mientras que en la sección muerta se utilizó poliuretano para garantizar una protección duradera.
La limpieza y supervisión de los tanques de combustible estuvo a cargo de la Prefectura Naval Argentina, asegurando así los más altos estándares de seguridad. Asimismo, se llevaron a cabo tareas de limpieza y mantenimiento en las cajas de cadenas y se procedió al pintado y marcado de las cadenas de anclas.
En el departamento de Mecánica se realizaron importantes intervenciones, incluyendo el reemplazo de las hélices de paso fijo, el mantenimiento de los sellos de los ejes porta hélices y de la bomba de agua del motor principal de babor. Además, se efectuó el mantenimiento de las válvulas de casco, asegurando un óptimo funcionamiento del sistema.
El área de Cobrería llevó a cabo la renovación de la parte inferior del mástil de popa, así como la apertura y limpieza de los compresores de aire acondicionado, contribuyendo al confort y seguridad de la tripulación. Por otro lado, el departamento de Calderería construyó el guardacabos de estribor, reforzando la estructura del remolcador.
Finalmente, el departamento de Calidad desempeñó un papel crucial en el proceso, realizando sondajes de espesor del casco, calibrado de las cadenas de anclas y ensayos no destructivos en el eje porta hélice, garantizando así la integridad estructural y operativa del buque.