En un sector históricamente vinculado al consumo intensivo de recursos y a la generación de emisiones, Cruz del Sur busca posicionarse como un actor de cambio. La empresa logística, con presencia en todo el país, integra la sostenibilidad a su estrategia de negocios y lo hace a partir de políticas que combinan eficiencia operativa, responsabilidad social y cuidado ambiental.
“En Cruz del Sur integramos la sostenibilidad ambiental a nuestra operación logística a través de acciones concretas y medibles que buscan minimizar nuestro impacto y generar valor positivo para el entorno”, afirmó Matías Sánchez, responsable de Sustentabilidad Corporativa de la compañía, en el marco de las entrevistas sobre “Industria y Desarrollos Sostenible” que realiza serindustria.com.ar.
En este sentido, uno de los ejes centrales de la estrategia es la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. La empresa optimiza sus rutas de transporte e impulsa el programa Bosques CDS, destinado a compensar la huella de carbono con plantación de árboles en predios propios y en áreas de recuperación ambiental.
La política no se limita al transporte. “Impulsamos iniciativas de economía circular, dando nueva vida a materiales que anteriormente se desechaban. Hoy reutilizamos y reciclamos pallets, film, telgopor y geles refrigerantes, transformando residuos en recursos”, detalló Sánchez.
En 2024, los números reflejaron el alcance de la estrategia: 25.481 pallets recuperados, 9.795 kg de film reciclados, 8.305 kg de cartón y 28.987 kg de papel de impresión.
Evaluación y monitoreo ambiental
La compañía realiza mediciones periódicas de su huella de carbono y controles de consumos energéticos y de insumos logísticos. El objetivo es claro: minimizar el impacto y anticipar medidas correctivas. “Realizamos monitoreos ambientales periódicos para evaluar y mitigar el impacto de la operación”, puntualizó el ejecutivo.
El uso racional de recursos naturales también ocupa un lugar destacado. El sistema interno de gestión promueve la eficiencia energética, el ahorro de agua y la reducción de desperdicios.
La sostenibilidad corporativa no es un área aislada, sino parte de la estructura de decisión. “Contamos con un Comité de Alta Dirección que integra criterios sociales, ambientales y de gobernanza en la toma de decisiones”, explicó Sánchez. Desde su área, trabaja de manera transversal con todas las unidades de negocio para que la estrategia tenga impacto en cada nivel de la organización.
El transporte carretero sigue siendo una de las actividades con mayor huella ambiental. “El principal desafío ha sido adaptar una operación logística compleja y de alcance nacional a criterios sostenibles, en un contexto donde la actividad de transporte genera impactos inevitables”, reconoció.
Por eso la respuesta de la empresa combina tres pilares: compensación de emisiones, inversión tecnológica para optimizar rutas y una estrategia de sensibilización interna que busca que cada área incorpore prácticas sostenibles.
Empleados y vínculo con la comunidad
El involucramiento de los colaboradores resulta clave. “Los colaboradores somos protagonistas de la estrategia de sostenibilidad. Participamos activamente en campañas de reciclaje y en proyectos sociales que reutilizan insumos logísticos para mejorar viviendas y equipar espacios comunitarios”, afirmó Sánchez.
Asimismo, entre las iniciativas más destacadas figuran las alianzas con la Fundación Garrahan, el Banco de Alimentos de Buenos Aires y la Cruz Roja Argentina. El aporte va desde transporte de donaciones hasta apoyo logístico en emergencias climáticas.
La logística sostenible que impulsa Cruz del Sur está vinculada a la ética de su equipo directivo. “La sostenibilidad está profundamente ligada a los valores que guían a su equipo de liderazgo: la responsabilidad, la visión a largo plazo y el compromiso con el desarrollo colectivo”, subrayó Sánchez.
La proyección para los próximos diez años es ambiciosa: operaciones más eficientes y bajas en emisiones, un modelo consolidado de economía circular y una red de alianzas comunitarias cada vez más sólida. “El objetivo es que la logística sea motor de desarrollo responsable, contribuyendo a un país más conectado, competitivo y sustentable”, concluyó.