Luego de recorrer los 1600 kilómetros que separan al puerto de Mar del Plata del techo de América, el capitán de Navío Guillermo Tibaldi, alcanzó la cima para rendir un emotivo homenaje a los 44 marinos que perdieron la vida en el submarino ARA San Juan.
El 4 de enero, luego de ser recibido por las autoridades de Recursos Naturales de Mendoza, Tibaldi ingresó al Parque Provincial Aconcagua con la cordada “Expedición Homenaje 44” formada por sus amigos, el reconocido Guía AAGM, Teniente Coronel (RE) Ing. Gabriel Cabrera y Alejandro Cruces, montañero.
“El Aconcagua no es fácil. Si bien por la ruta normal no requiere de material técnico de escalada, su altitud, su ambiente sumamente seco y su inestable meteorología hacen al Coloso de America un increíble desafío psico-físico”, señaló quien fuera comandante del ARA San Juan.
Relató además que “he recibido muchísimo cariño manifestado hacia mí y mi causa de recuerdo a los 44 camaradas por cientos de montañistas, guías, campamenteros y porters. El 16 de enero junto a Gabriel Cabrera, concretando su cumbre 49, circunstancialmente el compañero de la Armada, suboficial Principal Horacio Fiore y dos integrantes de la Patrulla de Rescate de la Policía de Mendoza, mis queridos Hugo y Tato, a las 14.40 horas, tras 83 de haber partido del muelle del Submarino San Juan y transitar totalmente a pie “desde su muelle a lo más alto de la Patria”, asomé llorando desconsoladamente a la cumbre de occidente”.
Agregó que “esa madrugada de ventana de buen tiempo que nos regaló el Aconcagua abrazando a los 44, también salió hacia la cumbre mi noble amigo y partícipe muy activo en este homenaje Alejandro Cruces, quien tuvo que desistir su ascenso por seguridad a los 6400 metros, pero eso no quita tener bien presente su valiosa colaboración para que la cordada logre el objetivo”.
La culminación de este gran homenaje, fue resumida por Tibaldi al expresar que “en la cumbre, a 6962 metros de altura, resonó el grito de Presente! A cada uno de los apellidos de los 44 argentinos que ofrendaron sus vidas mientras custodiaban nuestros intereses marítimos” y flameó la bandera nacional que atravesó Argentina desde el Atlántico a Los Andes.
“He tratado de cuidar en los más de 1600 km recorridos, que mi esfuerzo, singular… apreciado… sea interpretado como un tributo que sentía la deuda de ofrecer a la memoria de los 44 y sus familias”, dijo Tibaldi y rememoró que “esta expedición Homenaje era el reino de la fantasía un año atrás, una locura imposible para muchos. Me siento orgulloso y feliz de haberme animado, tan solo a planteármelo, desafiando el fracaso y el ridículo.
Esa bandera con el nombre de los 44 que tuve el honor de flamear en lo más alto de la patria fue acariciada por, me ánimo a decir, miles de manos argentinas de todas las edades y estratos sociales. Miles de historias guardan hoy sus fibras, el manifiesto cariño de la sociedad a sus héroes. Gracias x permitirme ser testigo”.
Queda por delante comenzar y concluir el tercer objetivo de la Expedición Homenaje- “Memorial al SUSJ y sus 44 “, a erigirse en el puerto de Mar del Plata.
