En tiempos de fuertes cambios sobre la economía nacional, el presidente de la Asociación Argentina de Fabricantes de Máquinas y Herramientas y Afines (AAFMHA), Jorge Guzzi, señaló “la industria argentina está cubierta por maquinarias nacionales”.
Durante su participación en Ser Industria Radio, el empresario se refirió también a los efectos de la apertura de importaciones. Sostuvo que todavía no impactó demasiado “pero estamos convencidos que será aún mayor”. En ese sentido, indicó que el impacto no es mayor porque “el mercado está muy retraído”.
Asimismo, hizo referencia al desarrollo de sectores específicos de la producción, a la necesidad de las reformas tributaria y laboral y de la adopción de medidas que impulsen y protejan la actividad industrial.
¿Qué tipo de máquinas para elaborar manufacturas se producen en el país?
Aquí prácticamente se producen todo tipo de máquinas y herramientas. Desde máquinas de arranque de viruta, tipo torno, fresas, hasta máquinas mucho más tecnológicas como cortadoras de láser, impresoras 3D… Es una amplia gama y podríamos decir que la industria argentina está cubierta por maquinarias nacionales.
¿Para producirlas requieren muchos insumos importados?
Todas las máquinas que se producen en el país o la gran mayoría requieren de algún insumo importado. Argentina, lamentablemente, no tiene una fuerte industria de insumos y a raíz de un tema de globalización, que se viene dando hace varios años, se concentraron las producciones de determinados tipos de componentes eléctricos y electrónicos. Eso hace que se requiera de producto importado.
Transitamos el segundo año del gobierno de Milei. ¿Cuál es la situación del sector en términos de actividad e inversión?
Los cambios que estamos sufriendo en la economía afectan directamente al sector metalúrgico, particularmente al nuestro. La inversión está en una pequeña recuperación con respecto al año 2024, que fue lo peor, pero todavía no estamos ni siquiera cerca de los niveles del año 2022. La caída fue muy grande, estamos empezando a recuperar, pero es muy inestable. Algún sector tiene un mes bueno y al mes siguiente caen sus ventas La recuperación es muy poca.

¿El 2024 fue peor que el 2020, el de la pandemia?
No, obviamente al 2020 no lo consideramos, fue totalmente anormal, fuera de toda lógica. No lo podemos considerar como una comparativa de la actividad económica.
¿Cómo impactó la apertura de la importación en la actividad?
Todavía no impactó demasiado, pero estamos convencidos que será aún mayor. Todavía no hay un gran impacto porque la economía no está funcionando, el mercado está muy retraído, entonces todavía no se nota esa invasión de producto importado. Pero estamos muy complicados frente a esa situación, es indiscutible. Somos competitivos pero no podemos competir porque el famoso o tan nombrado costo argentino nos deja fuera de mercado.
¿Qué reformas se necesitan?
Puntualmente se requiere una gran reforma impositiva a nivel nacional, de las provincias y los municipios. Nosotros y toda la economía argentina tiene triplicadas las cargas impositivas. Eso recarga muchísimo el costo. También necesitamos una reforma laboral para que crezca el empleo, que se mantiene estático desde hace décadas.
Bajó la inflación pero nos hunde en una larga recesión. ¿Cómo puede resolverse esta situación?
Es la pregunta del millón. Sinceramente, no creo que sepamos si existe o no una fórmula para resolverlo. Argentina es un país muy difícil con respecto a estos fenómenos, es netamente dependiente del dólar, cosa que en otras economías no sucede. Venimos mal desde hace muchos años, desde varios gobiernos, en una pendiente descendente. Se agravó muchísimo en los últimos años y nada ayudó. La pandemia, la guerra, los desajustes de las economías de otros gobiernos, los cambios que está haciendo este gobierno. Todo impacta nuestro bolsillo.
Hay quienes dicen, “prefiero que haya inflación, pero que el mercado esté en movimiento…”
Hay opiniones de todo tipo. Hoy se puede prever. Uno puede sentarse y plantear la negociación de una maquinaria que requiere cuatro o cinco meses de producción. No es el escenario ideal, pero estamos mucho mejor que hace dos años cuando no podíamos confirmar una venta ni conseguir los insumos. Pero la demanda es muy escasa. Ninguna de las dos situaciones son agradables.
La minería, el petróleo, el gas se están activando. ¿Qué vínculos existen entre los fabricantes de máquinas y estas industrias?
El vínculo es netamente directo. Toda la industria metalmecánica requiere de servicios que brinda nuestro sector, así sean de mantenimiento y provisión de equipos. La minería requiere una serie de provisiones y mantenimiento de equipos que utilizan nuestros servicios. Para el petróleo es exactamente lo mismo. En el caso de la agroindustria es mucho más directo. El equipamiento de máquinas agrícolas es una actividad netamente metalúrgica, así como la automotriz.

Por ese lado los productos tienen salida…
Sí ahí es donde estamos teniendo una actividad un poco creciente, por supuesto, compitiendo con lo importado y es donde nos encontramos en desventaja.
¿Qué desafíos enfrentan en términos de financiamiento y de recursos humanos?
Son dos temas críticos. Por los desajustes de nuestra economía no hay una oferta de financiamiento tan aceptable en los valores, los costos, para inversiones industriales. Lo demuestra, por ejemplo, la última Expoagro, donde hubo una intervención del Banco Galicia y el Banco Nación, que ofrecieron líneas de crédito bastante aceptables y se utilizaron mucho. El financiamiento es fundamental, se necesita. Pero todavía no tenemos la oferta necesaria para que la industria se reactive a través del financiamiento. En materia de recursos humanos estamos peor. Tenemos un gravísimo problema, la tecnología evoluciona permanentemente y cada vez conseguimos menos gente capacitada. Nuestra Cámara tiene un Instituto de Formación, el IFT, que era el famoso Instituto de Formación Vasco Argentino. Allí dictamos cursos de todo tipo para nuestra industria. Funciona excelente. Las empresas necesitamos de esos servicios para capacitar nuestra gente, porque si salimos a buscar al mercado un operario de torno o de centro de mecanizado o un programador se dificulta. No hay.
¿Cuál es el tema, no hay interés en los jóvenes?
Hubo años de desindustrialización. Pasamos una época en la que se desarticularon prácticamente todas las escuelas industriales. Después se retomaron, se reinició la educación industrial. Pero todo eso requiere mucho incentivo para la formación. Lamentablemente no tenemos gente capacitada y la gente que se está jubilando no se está reponiendo.
¿Qué política pública se debe aplicar para potenciar la industria y fomentar las exportaciones?
Para el desarrollo y la protección de la industria nacional, hace falta una política industrialista que hoy no estamos viendo. Se necesita algún tipo de protección para determinados sectores que compiten directamente con China. Para las exportaciones hace falta más incentivo y alguna articulación, alguna forma de compensar costos para estar competitivos. Tenemos la tecnología, la calidad de los equipamientos, la capacidad humana… Nos falta tener la disponibilidad de líneas de crédito flexibles. Todo lo que hablamos se termina de conjugar en esto. Nosotros trabajamos en esto todos los días y la realidad es que la industria tiene que ser parte de la solución del problema del país.