Luego del cierre de alianzas en la provincia de Buenos Aires, se intensifica el clima que llevará a la ciudadanía a expresarse en las elecciones de medio término. El 7 de septiembre se librará la batalla bonaerense, poco más de un mes antes de la contienda nacional.
Frente a esta perspectiva, el consultor político Carlos Fara analizó la influencia sobre el electorado de la baja de la inflación, el superávit fiscal y el veto anunciado por el Presidente Milei a las leyes sancionadas por el Congreso la semana pasada. Consultado por Ser Industria Radio, sostuvo que el gobierno “está jugando con fuego”, dado que se trata de cuestiones de gran sensibilidad popular.
Asimismo, consideró que la unidad de los sectores justicialistas era predecible dado que “ir divididos era entregarle un triunfo al gobierno nacional y sus aliados” y agregó que “hay espacio para terceras opciones”. Fara estima que el factor económico será “”absolutamente central para los votantes” y que “la baja de la inflación tiene un impacto psicológico favorable para el gobierno”, que llegaría a las urnas con viento a favor.
¿Cómo está la figura presidencial en la percepción de la opinión pública?
Está en una etapa más complicada que la que estuvo el año pasado. La aprobación presidencial se fue deteriorando, es una tendencia constante del primer semestre y empieza a generar interrogantes sobre el resultado electoral de octubre. Esto no significa que el gobierno vaya a perder la elección porque en general tiene viento a favor. Además, en las elecciones siempre se trata de optar entre distintas alternativas, aún cuando se pudiese no estar del todo de acuerdo con sus decisiones. De todas formas, las alternativas son menos atractivas, particularmente el kirchnerismo. Todo esto está produciendo interrogantes respecto a qué podría significar en términos de si se abre o no un apoyo a una tercera vertiente. Primero veremos qué sucede el 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires. Se inscribieron algunos frentes de centro. Pero está claro que el clima está generando ruidos en la imagen del gobierno.
¿Cómo analizás la unidad sellada en el justicialismo? ¿Mejora su oferta?
Era lo más probable. Ir divididos era entregarle un triunfo al gobierno nacional y sus aliados. Igualmente, no resuelve todo, porque resta ver cuán atractivas son las candidaturas y cómo se desarrolla la campaña. Empezó a circular un primer spot de “Fuerza Patria”, antes era Unión por la Patria, que tiene que ver con un ataque al gobierno, al ajuste de Milei y no pone sobre la mesa el slogan o la consigna “Cristina Libre”. Tiene sentido, porque Cristina Libre, daría menor atracción que tratar de recoger heridos del ajuste del gobierno. Así como Cristina ha logrado mucha centralidad a partir de su detención, también es absolutamente cierto que sigue faltando una estrategia, una propuesta alternativa atractiva para captar votantes independientes, más allá del fastidio que pudiesen recolectar sobre el ajuste del gobierno.
La “avenida del centro” conformada por dirigentes que estaban en JxC, ¿tiene viabilidad o se polarizará la votación?
La pregunta del millón es en qué porcentaje va a polarizarse en la elección. Si se va a polarizar en el 90%, no hay mucha discusión, pero es muy diferente si se polariza el 70%. De hecho, en cinco de las siete elecciones que tuvimos en las provincias, el promedio de polarización fue el 63% o sea que por lo menos el 37% de la gente votó otra cosa. Y si solamente tomáramos como ejemplo lo que pasó en la Ciudad de Buenos Aires, kirchnerismo versus libertad, juntó el 56% de los votos, el otro 44% votó alguna otra cosa. Se va a polarizar en el sentido de haber dos grandes actores, pero hay espacio para que existan terceras opciones, no me cabe duda. Depende de qué propuesta hagan y si los candidatos son atractivos. En provincia de Buenos Aires, probablemente esté la candidatura de Manes, pensando en octubre y luego la de María Eugenia Talerico, que fue vicedirectora de la UIF en el gobierno de Mauricio Macri. Son dos opciones intermedias, que tienen posibilidades, no de ganar, pero si de existir y mirar hacia 2027.
¿Milei podría radicalizar aún más su discurso en campaña?
Es lo más probable, porque en realidad lo que quiere, también en sociedad con el kirchnerismo implícitamente, es tratar de obligar a la sociedad que se pronuncie en un esquema de blanco y negro. Y el Presidente va a tratar de forzar la situación. Un poco lo hizo la semana pasada cuando dijo “todos los gobernadores son culpables de que la Argentina pueda perder el superávit fiscal”. Un poco por personalidad, otro poco por estrategia, sería raro que no intente hacer eso. Me resulta muy difícil, por cómo uno lo ve, que tome un tono más moderado o menos beligerante que pudiese captar votantes desencantados de su gobierno.
La “batalla cultural” que plantea el gobierno con énfasis, ¿le suma votos?
No, las batallas culturales del gobierno son absolutamente intrascendentes para la gran mayoría de la opinión pública. Lo que tiene que ver con igualdad de género, la discusión sobre el golpe del 76, todos los tópicos que el Presidente mencionó en el famoso discurso de Davos, no les resultan importantes a la sociedad y además, son capítulos cerrados. En Argentina hay matrimonio igualitario, ley de aborto, es una sociedad que está esperando que Milei dé respuesta sobre cómo se termina de salir de la crisis económica, sobre este tipo de cuestiones.
¿La ciudadanía valora el equilibrio fiscal o vota pensando con el bolsillo, que está bastante deteriorado para muchos argentinos?
La baja de la inflación tiene un impacto psicológico favorable para el gobierno. Se suman una cierta estabilidad de precios y un dólar bastante más quieto. La cabeza está ahí, en lo económico, mayormente. Al mismo tiempo, es un arma de doble filo, en el sentido que hay una parte de la población, sobre todo gente que votó a Juntos por el Cambio en el 2023, que empieza a estar preocupada por el parate en la actividad económica, ingresos que no se recuperan, comercios que cierran, temor a perder el empleo. Lo económico va a ser absolutamente central. Creo que para el gobierno, teniendo viento a favor respecto a la elección nacional,lo que está dando vueltas tiene que ver con la gente que no esté bien, sino esperanzada con el bombo. Me parece que es la idea, no tiene tanto que ver con una cuestión ideológica, sino con una cuestión de expectativa y que el gobierno hasta acá ha logrado mostrar algunos resultados. Es una expectativa favorable para el momento electoral.
Milei vetará las leyes de aumento de jubilaciones, moratoria previsional y discapacitados. ¿Son decisiones antipáticas que le pueden restar votos?
Creo que el gobierno va a tener que ser muy delicado, porque son temas de sensibilidad popular. Ya hay una primera señal en contra del gobierno respecto al tema de los fondos por las inundaciones de Bahía Blanca. Me parece que está jugando con fuego. La gente ve el resultado, el equilibrio fiscal es un medio para lograr una baja de inflación. Si la sociedad se siente muy apretada, el equilibrio fiscal, en la percepción popular, queda más de lado. El tema es que vuelva a tener una economía más o menos estable para poder administrarse, planificar, etc. Son temas controversiales, la gran mayoría de la sociedad está preocupada por el tema jubilatorio y cuando Milei vete, va a estar pagando algún costo.