La gran oportunidad para mejorar: ¿podemos aprovechar el Covid-19?*

20 agosto, 2020

Algo ha quedado claro en estos últimos meses: la explosión del comercio electrónico y del delivery que lo acompaña en el marco de la pandemia. La logística y los procesos de la supply chain ponen en evidencia los puntos a reforzar para armar las que serán las nuevas cadenas productivas y la forma de generar valor.

Cualquiera de los componentes, por ejemplo, en los electrodomésticos, autos, ferrocarriles, y los controles de las máquinas que modernizan nuestra agricultura, viajan miles de kilómetros hasta que finalmente son utilizados.

Estamos ante una enorme enseñanza y una gran oportunidad. Por una vez necesitamos desesperadamente como sociedad y como país, darnos la oportunidad de probar algo nuevo, de pensar diferente. Podemos profundizar en la importancia clave que tiene la gestión integrada de los inventarios y fortalecer las cadenas de valor con procesos consistentes y sólidos que reflejen la calidad y la innovación que somos capaces de producir.

La importancia de la supply chain destaca hoy desde todos los ángulos posibles y de manera superlativa. Ha saltado en los últimos años de estar ubicada en el “back-office” de las empresas y ser considerada como algo meramente operativo a ser una parte imprescindible en sus estrategias. 

La pandemia es la oportunidad de pensar de nuevo en la necesidad de trabajar integradamente con la logística, renovarla y apoyar en ella a las cadenas de valor. 

Estamos ante una oportunidad inédita tanto a nivel macroeconómico como microeconómico. No hay sector de la economía que no sea convocado por esta nueva forma de plantear la estrategia.

Es el momento de plantear la estrategia productiva que se apoya en los dos pilares fundamentales para Argentina, medidos por su capacidad demostrada de generar divisas con exportaciones, como son la agricultura y las empresas de conocimiento. Además, son el futuro. 

El agro, porque somos naturalmente una fábrica increíble de alimentos y siempre va a haber clientes que necesiten comer. Y también Ias empresas de conocimiento, que en apenas cuatro años se posicionaron segundas en la generación de dólares de exportación.

Un proyecto así de integrador moviliza y alinea una gran cantidad de sub-cadenas de valor, genera desarrollo sostenido en todo el país, promueve una verdadera inserción de las universidades, y potencia a la formación técnica y profesional como verdaderos movilizadores sociales en todos los sectores de la economía. 

Una oportunidad así ayuda a economizar esfuerzos y a no desperdiciar tiempo ni energías.

Encauzando y Movilizando Energías

La Argentina tiene talentos humanos de primer nivel. El problema es que muchas veces no los aprovechamos o los encauzamos en los proyectos equivocados y carentes de foco.

Un proyecto de país integrador moviliza la ingeniería en todas sus ramas, y también a la educación primaria, a la secundaria y a la técnica-profesional. Además, aporta sentido y urgencia al desarrollo de caminos, puertos, aeropuertos, ramales ferroviarios, oleoductos, gasoductos, caminos, autopistas, y conexiones a través de pasos fronterizos, para poder llegar rápidamente a todas las poblaciones del interior. También favorece el desarrollo de mejores hospitales y escuelas. 

Hay que destacar que no cuesta demasiado poner en marcha la generación de empresas de conocimiento que no necesitan estar ubicadas en las grandes ciudades, sino en aquellos lugares que mejores incentivos impositivos ofrezcan, que brinden un mejor costo de vida, que tengan buenas vías de comunicación, que posean escuelas y faciliten receptividad a la migración de familias. 

Las empresas de conocimiento y la producción agropecuaria enseguida tienen efecto derrame donde quiera que ejerzan su actividad.

¿Podemos reflexionar con profundidad en la cantidad de beneficios que generan para todas las capas de la sociedad y para la economía en general ponernos en marcha para sacar al país de su postración fomentando decididamente a estos dos sectores?

Objetivos microeconómicos

Atada a esta visión estratégica y realista va la inmediata posibilidad de alinear a las miles de Pymes de nuestra sociedad y transformarlas en motor de crecimiento. La financiación es clave, pero más importante es las ganas de trabajar, de contar con reglas de juego claras y duraderas porque cuando eso se da, sabemos por experiencias tantas veces comprobadas que la gente no le quita el hombro al esfuerzo.

Japón salió adelante y se convirtió en el coloso mundial luego de la Segunda Guerra aplicando técnicas tan simples como las 5S. No hay duda que se puede comenzar ya. Estamos sin duda en el gran momento para disparar el cambio.

Las supply chains tienen la llave para encaminar estos esfuerzos. Se trata no sólo de armar cadenas de valor sino de integrar esfuerzos porque todos somos necesarios. 

Argentina como sociedad, y en medio de la crisis económica que la azota tiene, repito, una oportunidad de oro para pensar esta vez las cosas de una manera muy distinta.

Doblarse pero no quebrarse

La humildad es la actitud correcta. La pandemia está poniendo en evidencia lo importante que es aprovechar la oportunidad. El mundo hace muchas décadas que  comenzó a apostar por la tecnología y el desarrollo humano. La realidad que contemplamos hoy se ha venido cocinando a fuego lento durante muchísimo tiempo y con mucho esfuerzo y trabajo sostenido.

A partir de ahora, los cambios que veremos serán:

  • Mayor regionalización

  • Acortamiento de las cadenas de valor (las actuales son muy largas e implican muchos riesgos)

  • Desarrollo de nuevos proveedores geográficamente más cercanos, pero operativamente muy sólidos

  • Más oportunidades para las comunidades locales

  • No habrá un paso atrás en la globalización, pero se apoyará en principios más realistas.

Las fallas que tenemos a nivel macroeconómico y micro económico son fallas de management y de visión estratégica. 

La inflación tan persistente durante tantas décadas nos ha llevado a quitar catorce ceros a nuestra moneda. Hoy, si quisiéramos, le podríamos quitar dos más. Pero ese camino no nos ha llevado a ningún lugar.

Hoy hay que articular el camino de la mejora continua a nivel macro y micro. No queda un minuto más para perder. 

La clave pasa por los sectores que generan divisas rápidamente, por la planificación y programación productiva y por dar respuestas sólidas y comprometidas desde la educación.

Seguro que podemos hacerlo. Es el momento. Millones de argentinos estamos esperando señales claras para una vez más poner el hombro, como tantas veces antes, con verdadera generosidad y abnegación.

El concepto del Riesgo

No somos afectos a pensar en posibles eventos alternativos. Planteamos los resultados de nuestras acciones como si todo se fuera a cumplirse indefectiblemente tal como lo planeamos. Tanto en los escenarios macroeconómicos como en los microeconómicos que parecieran estar totalmente bajo control.

La historia de nuestro país y la de las personas que lo habitamos, se encarga de demostrar que gestionar bien consiste en prever resultados diferentes a los planeados y diseñar planes alternativos. No es una muestra de sensatez dejar que la” caja negra” termine resolviendo los problemas cuando se presenten.

*Por Ignacio Sánchez Chiappe, Ingeniero, director del IEEC (www.ieec.edu.ar)

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