Puertos verdes, el cambio cultural que definirá quién queda dentro o fuera del mercado

Martín Rousseaux y Fabián Suárez alertan que sin un plan nacional, Argentina corre el riesgo de quedar rezagado.

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25 agosto, 2025

El cambio climático ha dejado de ser una amenaza futura y se ha convertido en una realidad tangible que impacta de manera directa en la infraestructura, la economía y la vida social. Las ciudades costeras, las zonas industriales y, especialmente, los puertos, se encuentran en primera línea frente a estos desafíos.

La transformación hacia Puertos Verdes es una necesidad estratégica que busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, proteger la biodiversidad marina y garantizar la sostenibilidad portuaria, alineando la actividad portuaria con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.

Esta transición no solo tiene implicancias ambientales, sino también económicas y sociales, ya que impacta en la competitividad de las navieras, la salud de las comunidades locales y la capacidad del país para integrarse en cadenas logísticas globales que exigen estándares más estrictos de sostenibilidad.

Para comprender más sobre este tema, serindustria.com.ar diálogo con Martín Rousseaux, especialista en Puertos Verdes y Medición de Huella de Carbono y Fabián Suárez, Responsable de Sustentabilidad en el Puerto de Comodoro Rivadavia, provincia de Chubut, que explicaron cómo los terminales portuarios pueden adaptarse a esta nueva realidad.

¿Qué es un Puerto Verde?

Para definirlo, el ingeniero y especialista Martín Rousseaux, afirmó que no solo se trata de un puerto con energías renovables o gestión de residuos, sino que tiene un significado más amplio, que alinea todas sus operaciones con los ODS, combinando infraestructura, innovación, protección ambiental y colaboración internacional.

“El concepto de Puerto Verde es justamente un terminal portuario donde se comienza a alinear todo respecto de los objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas. Busca la alineación con el ODS 9, que es toda la parte de infraestructura e innovación; el ODS 13, que apunta a cuidar el clima, principalmente las emisiones de gases contaminantes y de efecto invernadero; el ODS 14, relacionado con la protección del agua y el ODS 17, que impulsa alianzas globales”, señaló.

El especialista Martín Rousseaux analizó el estado de los puertos argentinos en materia de sustentabilidad.

Rousseaux detalló que los Puertos Verdes buscan controlar no solo las emisiones de los buques, sino también minimizar el impacto sobre las ciudades cercanas. Las emisiones incluyen óxidos de nitrógeno y azufre, material particulado y otros compuestos que afectan la salud y acidifican el agua, generando consecuencias ambientales graves.

“El objetivo de un Puerto Verde es que sea sustentable desde la operación de los buques hasta la gestión de residuos y el control del ruido, buscando que la energía consumida provenga de fuentes renovables. Es fundamental que exista interacción entre buque, puerto y sociedad”, aseguró. Asimismo, destacó la importancia de los sistemas de captura de carbono a bordo de los buques y la necesidad de infraestructura portuaria adecuada para recibir estos residuos y convertirlos en procesos seguros.

Experiencia del Puerto de Comodoro Rivadavia

Por su parte, Fabián Suárez compartió detalles sobre cómo el puerto ubicado en la provincia de Chubut implementa estrategias de sostenibilidad ambiental y mitigación de impactos climáticos.

“Tenemos un plan ambiental y de sostenibilidad que aborda distintos aspectos que Martín venía mencionando. Por un lado, el monitoreo ambiental del agua, sedimentos y biodiversidad marina. Esto comenzó cuando dragamos el puerto hace un año, tras recopilar datos ambientales durante varios años previos y hoy seguimos con un control estricto”, explicó.

Suárez destacó que el puerto ha trabajado en la adaptación al cambio climático mediante la instalación de un observatorio oceanográfico y boyas que registran información sobre marejadas y eventos oceánicos extremos, permitiendo planificar infraestructuras seguras y eficientes basadas en datos locales confiables.

Otra de las iniciativas fue la adhesión a la Asociación de Ciudades Puerto (AIVP). Desde entonces orientan el accionar del Puerto con una mirada puesta en la ciudad, acompañando sus transformaciones y al mismo tiempo, adaptándose a la agenda global de la AIVP vinculada a los ODS de las Naciones Unidas.

Respecto a la mitigación, el Puerto de Comodoro Rivadavia ha iniciado un programa de generación distribuida de energía fotovoltaica en sus edificios administrativos, con planes de extender esta energía a los muelles y entregar excedentes a la red eléctrica, cumpliendo regulaciones y acuerdos con los concesionarios. Afirmó que esta estrategia no solo reduce costos y emisiones, sino que también prepara al puerto para cumplir con estándares internacionales y regulaciones futuras.

Fabián Suárez se refirió a las medidas de sostenibilidad implementadas en el puerto de Comodoro Rivadavia.

Ventajas geográficas y desafíos específicos

Rousseaux afirmó que la ubicación geográfica de un puerto influye directamente en su capacidad de transformación hacia un modelo sostenible. Los ubicados sobre aguas de mar, como Comodoro Rivadavia, pueden aprovechar recursos renovables como la energía eólica, mientras que los puertos de río tienen limitaciones geográficas y dependen más de la disposición segura de residuos y de la gestión eficiente de efluentes. Otro desafío crítico es el impacto del ruido portuario sobre la vida marina y las comunidades cercanas, un aspecto que requiere mediciones constantes y gestión ambiental especializada para minimizar efectos negativos.

Además, los puertos enfrentan desafíos derivados de la heterogeneidad de los buques que reciben. Cada embarcación puede provenir de diferentes regiones del mundo, con distintas regulaciones, tecnologías y cultura operativa. Esto obliga a los puertos a desarrollar sistemas de adaptación y estandarización de procesos, para garantizar que todas las operaciones cumplan con los estándares de sostenibilidad y seguridad.

La normativa internacional es un factor determinante para la implementación de Puertos Verdes. La OMI regula principalmente los buques, estableciendo estándares para controlar emisiones y gestionar residuos. Rousseaux señaló que aunque la OMI concentra su acción en el buque, las regulaciones europeas generan un efecto cascada sobre los puertos, obligándolos a adaptar sus instalaciones y fuentes de energía para cumplir con la reducción de emisiones y la transición a combustibles más limpios.

Suárez destacó que estas normas no solo son técnicas, sino que implican un cambio cultural dentro del puerto y la comunidad marítima. “A veces los buques están más preparados que algunos puertos o ciudades y la gestión de residuos debe encadenarse con la ciudad y con la autoridad marítima para que los esfuerzos sean efectivos”, explicó.

Financiamiento y presión del mercado

Uno de los factores que acelera la transformación hacia puertos sostenibles es la presión del mercado y los criterios de inversión. Rousseaux explicó que bancos y navieras evalúan la sostenibilidad ambiental antes de otorgar financiamiento o contratar servicios. “Si no hay iniciativas claras de descarbonización, control de microplásticos o reducción de gases de efecto invernadero, un préstamo puede ser restringido, y una naviera con política verde no se conecta a un puerto que no cumpla esos estándares”, afirmó.

Suárez agregó que el desarrollo de energías renovables, especialmente la eólica y fotovoltaica, es esencial. Además, resaltó que la región de Comodoro Rivadavia posee un enorme potencial para generar energía limpia y exportar combustibles alternativos, como el amoníaco verde, conectando así la infraestructura portuaria con oportunidades económicas y sostenibles.

La transición hacia Puertos Verdes también implica un cambio profundo en los combustibles marítimos. Rousseaux indicó que para 2050 no se contempla el uso de combustibles fósiles a bordo de los buques. Surgen opciones como hidrógeno, amoníaco y metanol, que requieren coordinación entre sociedad, puerto y buque para garantizar seguridad, eficiencia y trazabilidad.

En ese sentido, Suárez destacó que la generación distribuida de energía y el uso de combustibles alternativos permiten reducir significativamente la huella de carbono, posicionando al puerto como un nodo estratégico en la transición energética global.

Casos para considerar

Los ejemplos internacionales muestran cómo la adopción de estándares y tecnologías puede transformar un puerto tradicional en un Puerto Verde. En Chile, la ISO 50001 permite una gestión energética eficiente, la microgeneración de energía y la optimización de la operación de contenedores refrigerados.

Panamá avanza en la sostenibilidad.

Mientras que en Panamá, los buques apagan motores en zonas de fondeo mediante boyas eléctricas y se prioriza la entrada de embarcaciones con combustible dual. En el puerto chileno de Chacabuco con el que Comodoro promueve un Corredor Bioceánico, la llegada de un remolcador eléctrico marcó un hito en la reducción de la huella de carbono y demuestra la viabilidad de la transición hacia puertos sostenibles. Honduras es otro caso donde hay un Plan de Acción Nacional promovido para descarbonizar y avanzar en la transición energética y ambiental.

Rousseaux señaló que a veces no se necesitan grandes inversiones, sino regulaciones inteligentes y restricciones que incentiven la transformación.

La necesidad de un cambio

El cambio cultural dentro de los puertos y las empresas vinculadas es crucial. Rousseaux explicó que existen compañías que promueven activamente la sostenibilidad y otras que solo actúan ante presión externa o exigencia de clientes. “Muchas veces es el cliente quien fuerza el cambio. El que no se adapta, queda afuera del mercado”, aseguró.

Por su parte, Suárez coincidió y agregó que los efectos del cambio climático, evidentes en eventos extremos recientes, hacen que la transformación portuaria sea inevitable, no opcional. La predisposición al cambio existe, pero requiere coordinación entre distintos actores y estamentos del Estado para generar resultados sostenibles y perdurables.

Según los expertos, los primeros pasos hacia un Puerto Verde incluyen un diagnóstico integral, establecer objetivos claros y desarrollar un plan nacional que supere las iniciativas aisladas.

La generación distribuida de energías renovables, la gestión integral de residuos y efluentes, la eficiencia energética y la adopción de nuevas tecnologías son esenciales para avanzar.

Rousseaux y Suárez coincidieron en que la combinación de tecnología, regulaciones y cultura organizacional permitirá a los puertos argentinos cumplir con los ODS y mantenerse competitivos, mientras contribuyen a la descarbonización del transporte marítimo y la mitigación del cambio climático.

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