La inteligencia artificial (IA) se considera la cuarta revolución industrial, que genera cambios profundos en la sociedad. Por ello, es importante y trascendental regular su uso. En otras regiones, se han desarrollado marcos legales para encauzar esta herramienta, aprovechar sus ventajas y beneficios, y evitar que sus efectos negativos superen a los positivos. Algunos señalan que la IA podría desplazar muchos procesos realizados por la mente humana, por lo que es crucial prepararse para este escenario.
En este contexto, más allá de la legislación de la Unión Europea (UE), que ha entrado en vigencia con sus dos primeros capítulos, las organizaciones han promovido una primera etapa de alfabetización sobre la IA. En nuestra región, se han buscado iniciativas similares, pero aún no se han fortalecido los lineamientos necesarios para una regulación clara que beneficie a nuestros países.
Para 2025, la UE busca consolidar su regulación en materia de IA, implementando progresivamente los capítulos restantes, reconociendo sus beneficios demostrados en innovación tecnológica, eficiencia y productividad. El Foro Económico Mundial proyecta que, para 2040, la IA podría cubrir el 40% de los procesos de programación para la automatización.
En América Latina
América Latina comienza a dar los primeros pasos en materia de inteligencia artificial, posiblemente llegando tarde, como ocurrió con las anteriores revoluciones industriales. Apenas ahora tomamos conciencia del impacto y las implicaciones futuras de la IA.
Argentina, Brasil, Colombia, México, Chile y Uruguay figuran entre los países que buscan regular la IA, pese a la percepción ciudadana de que este avance generaría mayores desigualdades sociales. Esta inquietud es quizá prematura, pues el uso de la IA podría traer grandes beneficios a los sectores productivos.
En Perú
En el Perú, la primera norma relacionada con la inteligencia artificial es la Ley N° 31814, promulgada por el Ejecutivo. Esta ley busca promover la IA para el desarrollo económico y social del país, articulando la tecnología a través de una buena gobernanza del internet, un desarrollo ético y un uso limitado en ciertos casos para proteger la privacidad de los usuarios, entre otros principios.
Actualmente, el Perú muestra mayor preocupación por la regulación de la inteligencia artificial, lo que implica una serie de reformas iniciadas con la norma mencionada y que se extenderán a ámbitos como la educación, el comercio y la gestión pública.
Si bien la regulación de la inteligencia artificial se inicia en el Perú y otros países, es importante que bloques comerciales como la Alianza del Pacífico y el Mercosur den mayor importancia al uso de la IA en el comercio y la industria portuaria, un ámbito aún poco regulado en la región. El puerto de Chancay, que emplea I.A en su operatividad, podría marcar la pauta para otros puertos regionales, ya que no debemos llegar más tarde a esta revolución industrial.