El comercio exterior argentino cerró julio de 2025 con el nivel más alto desde octubre de 2022. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), el total del intercambio comercial argentino ascendió a US$ 14.465 millones, con un crecimiento interanual de 12,0%. El saldo fue nuevamente positivo, aunque menor al del mismo mes del año anterior, lo que refleja el impacto de las crecientes importaciones.
Las exportaciones argentinas totalizaron US$ 7.727 millones, lo que significó una mejora de 7,5% respecto a julio de 2024. El incremento estuvo impulsado por una suba de 6,2% en las cantidades exportadas y de 1,3% en los precios.
Entre los grandes rubros, los productos primarios mostraron el mayor dinamismo: crecieron 22,8% interanual (+US$ 386 millones), con un alza de 19,1% en las cantidades y de 3,0% en los precios. Dentro de este grupo se destacaron las semillas y frutos oleaginosos, con un aumento de US$ 355 millones en las ventas externas.
Las manufacturas de origen agropecuario también mostraron un resultado positivo: subieron 5,3% (+US$ 149 millones), gracias al incremento de 7,1% en las cantidades, aunque los precios cayeron 1,7%. El subrubro más dinámico fue el de grasas y aceites, que aumentó US$ 240 millones interanual.

En contraste, las manufacturas de origen industrial avanzaron solo 4,7% (+US$ 88 millones), un resultado que respondió a un incremento de 9,6% en los precios mientras que las cantidades se redujeron 4,6%.
El desempeño más débil estuvo en el rubro de combustibles y energía, que cayó 9,7% interanual (-US$ 82 millones). Esta baja se debió a un descenso de 13,2% en los precios internacionales, a pesar de que las cantidades exportadas crecieron 4,0%.
En términos generales, las series desestacionalizadas mostraron un crecimiento de 3,1% frente a junio, mientras que la tendencia-ciclo avanzó 0,8%.
Importaciones con fuerte impulso
Las importaciones argentinas sumaron US$ 6.738 millones, con un aumento interanual de 17,7%. El avance se explicó por un salto de 23,2% en las cantidades, que compensó la caída de 4,1% en los precios.
Dentro de los usos económicos, las compras de vehículos automotores de pasajeros fueron las más destacadas: crecieron 135,3% (+US$ 296 millones) y alcanzaron su valor más alto desde mayo de 2018. El incremento respondió a un aumento de 146,4% en las cantidades, pese a que los precios cayeron 4,3%.
Los bienes de capital registraron una suba de 51,9% (+US$ 432 millones), impulsada por un incremento de 42,7% en las cantidades y de 6,5% en los precios. En este rubro, el subgrupo de equipos de transporte industriales fue el más dinámico (+US$ 208 millones).
Los bienes de consumo avanzaron 47,6% (+US$ 309 millones), mientras que las piezas y accesorios para bienes de capital aumentaron 19,4% (+US$ 207 millones).
En contraste, se redujeron las compras de combustibles y lubricantes (-25,1% interanual, -US$ 184 millones) y de bienes intermedios (-5,6% interanual, -US$ 122 millones).
En comparación con junio, las importaciones mostraron una leve suba desestacionalizada de 0,1%, aunque la tendencia-ciclo cayó 0,7%.
El saldo de la balanza comercial fue positivo en US$ 988 millones, lo que implicó el vigésimo mes consecutivo de superávit. Sin embargo, el resultado representó una caída de US$ 470 millones respecto a julio de 2024.
El índice de términos del intercambio registró una mejora de 5,6% interanual, reflejando precios relativos más favorables para las exportaciones. Según el INDEC, si hubieran prevalecido los precios de julio de 2024, el superávit habría sido de US$ 602 millones, por lo que se estima una ganancia de US$ 429 millones en los términos de intercambio.
Principales socios comerciales
El Mercosur fue el bloque con mayor nivel de intercambio en julio, con un total de US$ 3.272 millones. Sin embargo, el resultado fue deficitario para Argentina, con un saldo negativo de US$ 698 millones.
Las exportaciones al bloque alcanzaron US$ 1.287 millones, lo que significó una caída interanual de 9,9%, debido a menores ventas de manufacturas de origen industrial. Dentro de este grupo, Brasil concentró el 77,2% de los despachos, seguido por Uruguay (10,1%), Paraguay (9,6%) y Venezuela (3,1%).
Las importaciones desde el Mercosur sumaron US$ 1.985 millones, con un crecimiento de 20,3%. Brasil explicó el 82,6% de esas compras, seguido por Paraguay (14,1%) y Uruguay (3,2%). Entre los productos más importados se destacaron los porotos de soja, los vehículos automóviles y los tractores para semirremolques, que totalizaron US$ 633 millones.
En el plano de los superávits, los mayores resultados positivos se dieron con el Resto de ALADI (+US$ 707 millones), India (+US$ 438 millones) y Medio Oriente (+US$ 309 millones). En cambio, además del Mercosur, los déficits más importantes se observaron con China (-US$ 491 millones) y la Unión Europea (-US$ 125 millones).
Acumulado enero-julio: más exportaciones pero mayor presión importadora
En los primeros siete meses de 2025, las exportaciones argentinas sumaron US$ 47.468 millones, con una suba interanual de 4,6%. Los productos primarios aportaron US$ 12.232 millones (+25,8%), las manufacturas de origen agropecuario llegaron a US$ 16.672 millones (+7,2%), y las manufacturas de origen industrial sumaron US$ 12.457 millones (+1,0%).
Por su parte, las importaciones acumuladas alcanzaron US$ 43.718 millones, con un incremento interanual de 31,7%. Se destacaron los vehículos automotores de pasajeros (+133,0%), los bienes de consumo (+68,9%), y los bienes de capital (+30,8%).
Como resultado, el saldo comercial del período enero-julio fue superavitario en US$ 3.750 millones, aunque significativamente menor al del mismo lapso de 2024, cuando se ubicaba en US$ 12.201 millones.
Los datos de julio muestran que el intercambio comercial argentino mantiene un sesgo positivo en términos de saldo, pero con una tendencia de creciente presión de las importaciones sobre las exportaciones. Si bien la mejora en los términos del intercambio favorece los ingresos por ventas externas, la dinámica de las compras de bienes de capital, consumo e insumos plantea un desafío para la sostenibilidad del superávit en lo que resta de 2025.