Con más de 1.400 trabajadores directos entre sus plantas del sur y el norte provincial, la empresa agroexportadora Vicentín sigue siendo protagonista central en la economía santafesina. Aunque su nombre evoca a uno de los mayores escándalos financieros del país, hoy se abre paso una posible reactivación gracias al empuje del gremio y a una nueva cosecha récord que trae esperanza al sector.
Desde San Lorenzo, el secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA), Daniel Succi, repasó la situación para Ser Industria Radio. Asimismo, vale remarcar que Vicentín es una importante fuente laboral indirecta para muchas personas que se encuentran en esa ciudad cercana a Rosario, pero también en Avellaneda y Reconquista.
El nombre de la empresa ganó notoriedad pública apenas asumido el gobierno de Alberto Fernández, cuando se intentó intervenirla. “En esos momentos fue cuando se descubrió esta maniobra fraudulenta”, sostuvo el dirigente. Agregó que “si hubiera ganado Mauricio Macri, esto quedaba debajo de la alfombra”. A la vez, cuestionó al exmandatario peronista por no avanzar con más decisión, “la tibieza de Alberto Fernández, en no intervenir la empresa en su momento… dejó que las cosas vayan por otros caminos y le tuvo miedo a ‘todos somos Vicentín’”.

Cinco años después, el panorama sigue siendo tenso, pero con algunos brotes de reactivación. “Gracias a Dios, estamos tratando de ver cómo sale adelante Vicentín”, dijo Succi. Esa recuperación tiene al sindicato como actor decisivo. “El gremio, ante la desesperación de ver que se podían perder los puestos de trabajo, tuvo que gestionar y empezar a armar mesas de diálogo y consensos”, explicó.
Succi también apunta al gobernador Maximiliano Pullaro. “Levantamos un poco la voz al gobernador para que se metiera… nunca me respondió, pero las mesas se armaron”. A raíz de esa presión, ocho empresas comenzaron a aportar materia prima para que la planta vuelva a funcionar. “Fuimos gestionando y conseguimos que hoy están poniendo semilla en Vicentín”. afirmó.
En San Lorenzo, actualmente trabajan 1.050 personas, y otras 400 en Avellaneda. “Ahí fue donde nació Vicentín, la empresa madre… donde las mismos cuatro cabezas de Vicentín que hicieron todas las jodas están presos”, subrayó Succi. Para él, “lo que existe es físicamente la empresa, pero no el apellido o el nombre Vicentín”.
Salarios atrasados
Uno de los principales desafíos sigue siendo el pago de salarios atrasados. “Todavía está complicado. Recién el viernes 6 de junio cobramos el 40% del salario del mes de mayo”, denunció. Aunque antes dudaban de las promesas de pago, ahora ve un cambio porque “la planta funcionando ya es otra cosa… lo más importante era poner en marcha la parte de soja, porque con el girasol y el maíz del norte no alcanzaba”.

Con la empresa intervenida y una administración controlada por el juez Lorenzini, el sindicato también asumió tareas propias de los ejecutivos. “El sindicato a la cabeza gestionó hasta que en forma conjunta con el ministerio de Trabajo… trabajamos juntos con el juez Lorenzini siempre tratando de ver de qué manera traíamos socios para poner semillas y empezar a trabajar”.
Sobre la gestión previa, no dudó y sostuvo que los directivos de “Vicentín no solamente se robó 1.500 millones de dólares… a partir del primero de septiembre del 2024, se volvió a robar otros 60 millones de dólares”. Incluso, la planta estuvo cerca de quedar a oscuras porque “hace 20 días estuvimos a punto de que nos corten la luz de parte de Camesa”, recuerda.
Expectativas
En plena campaña agrícola, el contexto externo parece traer buenos vientos. “Estamos en un año donde las empresas van a ver sus ganancias muy favorables. Y creo que también por eso han apostado a meterle semilla a Vicentín”, declaró Succi. La calidad de la semilla también juega a favor ya que “hay una buena cosecha en cantidad… pero también en calidad”.
En un sector donde compradores internacionales –como China o India– son actores clave, el potencial es enorme. “Si se hacen las cosas responsablemente desde la empresa, es un trabajo que va a tener que crecer año a año”, afirmó Succi. Por ahora, valora el rol de los interventores “por el momento, están trabajando muy bien, de una forma muy transparente”.
Sobre los cuestionamientos a los “costos laborales”, Succi fuecategórico. “Estamos hablando que estas empresas producen 100.000 millones de dólares en bruto… el salario del trabajador no llega ni al 0.2%”, indica. En ese sentido, apunta que el problema no es el costo laboral, sino el saqueo “no es que no tienen, estos tipos se la robaron todas”.
Remarcó que “no olvidamos nuestra tarea, que pasa por defender los derechos de los trabajadores actuales y también de los que pasaron antes, los jubilados, que merecen vivir bien”. Sostuvo que “los que están arriba, tendrían que ponerse la mano en el corazón y darle respuestas a este sector”.
Para el gremio, el objetivo no es solo mantener los puestos actuales. También pelean por el futuro porque “no olvidarse que tenemos una pelea por delante que es defender los derechos de los trabajadores, los derechos de los viejos trabajadores, los jubilados… los que les toca estar allá arriba se tendrían que poner una manito en el corazón”.
Mientras la marca Vicentín se diluye, en sus instalaciones sobrevive una red de trabajadores, gremialistas y nuevos socios que intentan levantar los restos de una de las empresas más grandes del agro argentino. La historia todavía está en desarrollo, pero la lucha por mantener viva la industria aceitera santafesina continúa.