En el contexto de un país en el que la inflación del primer mes del año es igual o incluso superior a la que anualmente registran los países limítrofes, la petrolera nacional subió nuevamente el valor de sus naftas.
Pocos días después que las cámaras de logística y transporte de cargas expresaran su preocupación por la incidencia del alza del combustible, YPF volvió a elevar entre 1,1% y 1,4% sus precios en el Área Metropolitana de Buenos Aires y las principales capitales provinciales. El ajuste, se dijo, fue para reducir la brecha de precios con las competidoras que en las últimas remarcaciones elevaron un poco más sus productos, situación que incrementó la demanda de YPF, que concentra más del 55% del mercado.
La novedad se hizo pública mediante los estacioneros y posteriormente la compañía comunicó que las modificaciones “tanto a la suba como a la baja que se reflejaron en el día de hoy responden a un reordenamiento del último aumento, que busca achicar la brecha de precios con la competencia y reducir la diferencia entre capitales e interiores de algunas provincias”.
“No se movieron precios en los corredores Norte y General Paz de CABA. Al mismo tiempo, se bajaron precios en los productos en dónde la brecha entre las ciudades del interior y la capital de provincia era mayor al 2%”, agregaron desde YPF.
Sin dar detalles sobre los aumentos, se informó que en Mendoza los precios retrocedieron entre 0,3% y 04%, en Córdoba, Santa Fe y Santa Cruz un 1,2%, en Neuquén entre 1% y 1,2%, en Rio Negro 1,2% y en Entre Ríos entre 0,1% y 0,7%, aunque allí también hubo subas de precios.
La realidad es que los consumidores deben afrontar un nuevo aumento, con las inevitables consecuencias de un nuevo impulso que los combustibles darán a los costos logísticos y los productos de consumo masivo.