El presidente del Foro de Intereses Marítimos (FOIM), Juan Chimento, sostuvo que en Argentina fue el propio Estado quien tomó la decisión de no tener más marina mercante ni flota para dragado y balizamiento. 

Durante el Foro Internacional “La Hidrovía en Bajante, Futuro 2030”, organizado por Ser Industria y Paraguay Fluvial & Logística, el especialista señaló que “para un país la marina mercante significa asegurar y facilitar su comercio interno y externo”. 

En el caso del transporte fluvial recordó que “Argentina tenía hace 100 años, la flota más grande de Sudamérica, la de Nicolás Mihanovich”, pero con el correr del tiempo “el Estado argentino creó su propia flota fluvial que tenía mucha importancia para el transporte de pasajeros y de todo tipo de carga”.

Al repasar la historia, contó que Argentina “en 1941 crea la flota marítima a raíz de los buques parados en los puertos que no podían navegar por cuestiones de guerra. Ahí nació lo que luego fue Empresas Líneas Marítimas Argentinas (ELMA)” y agregó que “al poco tiempo nos dimos cuenta que los barcos y barcazas que teníamos eran viejos, mandamos funcionarios a Estados Unidos a ver como manejaban el transporte fluvial. Había que hacer barcazas y remolcadores de empuje. Después todo se fue deteriorando y el Estado se retiró. En los 90 se abandonó completamente la bandera argentina en el río y en el mar. Se acabó nuestra marina mercante”.

El experto explicó que, en la última década del siglo 20, el país “decidió un modelo de transporte que hoy está en estrés, el río Paraná y el Paraguay también lo están”. Esto se debe a que en los 90´se decidió que el buque busque la carga y no que la carga bajara hacia un buque. “También debe a cuento el reflejo del modelo del Mississippi, ahí no entra el buque al interior a buscar la carga, sino que baja a los puertos de Baton Rouge pero tiene un sistema ferroviario fenomenal que nosotros no tenemos”, dijo.

En otro pasaje de su disertación, afirmó que la posibilidad de recuperar la marina mercante es uno de los temas que aborda el FOIM. Al respecto, contó que con ELMA “íbamos a todas partes del mundo, pero como siempre pasa cuando el Estado mete mano, se queda en el olvido y no se renueva como lo hacen otros. Lo mismo pasó con la flota de dragado y balizamiento argentina, no existe por abandono. La decisión fue no tener más y lo mismo pasó con la marina mercante. Hay distintas razones, por las cuales pasó esto, algunas se pueden justificar y otras son injustificables”. 

Asimismo, sentenció que “del transporte de ultramar creo que nos tenemos que olvidar porque ningún barco viene vacío y los barcos son más grandes que los panamax”. 

Sobre el comercio exterior señaló que Argentina tiene la problemática de que las exportaciones e importaciones de graneles son con un tráfico tramp libre y el de productos industrializados son de contenedores, actividad que está globalizada y concentrada en pocas navieras importantes. 

La falta de información en el sector fue otro de los puntos sobre los que habló Chimento. “Hay empresas, cámaras que ni siquiera tienen página web para saber quiénes son o qué flota tienen. Hay que ser una especie de espía de la guerra fría para saber algo. Eso dificulta que los gobiernos crean en esas entidades”, dijo. 

En ese sentido apuntó a “la opacidad del sector, la no credibilidad de los actores, la no renovación de dirigencia y la falta de transparencia” y remarcó que “nadie conoce cuánto cuesta un flete metro cúbico llevado de tal lado a tal lado. Nadie conoce públicamente cuánto cuesta llevar un contenedor de tal lado a tal lado en Argentina, pero sabemos cuánto cuesta desde Shanghai a Santos o Estados Unidos. Entonces falta información, eso conduce a errores y los errores conducen a desconfianza y la desconfianza conduce a que no haya normas”.

El titular del FOIM adelantó que realizarán un estudio para saber de quiénes son las cargas. También enfatizó en modificar los costos fiscales y las leyes laborales. “En Argentina hay un régimen de 1 a 1, un día se trabaja y un día se descansa. Por lo tanto, lo que cobra es por diez días de trabajo”, concluyó.