Desde Carmen de Patagones, al sur de la provincia de Buenos Aires, Néstor Roche despliega una intensa tarea por la defensa y promoción de la pesca artesanal. Su pasión y compromiso lo llevó a presidir la Unión Argentina de Pescadores Artesanales (UAPA), pero su labor atraviesa nuestras fronteras.
Por eso integra la comisión directiva de la Unión Latinoamericana de Pescadores Artesanales (ULAPA), es asesor regional del Foro Mundial de la Alimentación y también es parte de la Red Iberoamericana de Pesca Artesanal de Pequeña Escala y la FiTI, ONG de incumbencia mundial para el ordenamiento y la transparencia pesquera.
Pocos días después de participar en el Congreso Internacional de Pesca a Pequeña Escala realizado en Valparaíso, Chile, Roche dialogó con Ser Industria Radio. Hizo una radiografía del sector que representa y también de lo que ocurre con la pesca argentina. Destacó que ““es muy difícil competir contra el empleo precarizado y la producción subsidiada” e hizo referencia a lo que ocurre en la milla 201.
También consideró los motivos por los que los argentinos, teniendo tantas posibilidades de desarrollo en el generoso mar, vivimos dándole la espalda.
¿Qué conclusiones le dejó el encuentro de Chile?
Fue un Congreso importante para consolidar en Valparaíso la secretaría de la BBNJ, organismo de las Naciones Unidas basado en un acuerdo sobre la conservación y el uso sostenido de la diversidad biológica marina en Alta Mar. Esta organización cubre los vacíos legales existentes más allá de las jurisdicciones nacionales, que son lugares de muy buena abundancia de biodiversidad pero de limitada gobernanza. Chile pidió ser sede junto a Bélgica y requiere el consentimiento de 60 países. Ya hay 27 que han hecho esta presentación. Siempre es importante tener cerca una sede de Naciones Unidas para la biodiversidad y la protección.

¿Qué implica la pesca artesanal en Argentina?
Argentina es un país pobre en cantidad de pescadores artesanales con respecto a otros. Pero eso está muy ligado a la socioeconomía del país. Nosotros tenemos un país que está prácticamente de espaldas al mar. Hacia el interior tenemos una producción muy abundante y próspera donde la población no precisa meterse al agua para sobrevivir. Lo contrario ocurre en países con economías limitadas como Ecuador que tiene 450,000 pescadores artesanales, Perú, Chile… Los países del Pacífico no tienen pampas ni nuestra producción agroganadera.
¿La pesca artesanal incluye a quienes pescan en mar, ríos y lagunas?
Esta pesca se hace en cada espejo de agua donde haya peces, salvo las lagunas protegidas para la pesca deportiva. Generalmente, cuando hablamos de pesca a pequeña escala nos referimos a los 4.000 km de costa de mar que tenemos en Argentina sobre la parte continental. Pero no nos olvidemos que somos un país bicontinental. Si consideramos las islas y la Antártida tenemos más de 9.000 kilómetros de costa. Pero es en las costas atlánticas donde se hace la pesca artesanal más antigua y relevante.
¿Los barcos amarillos que se ven en los puertos de Mar del Plata o Quequén son parte del sector?
Sí, hay un tema que lleva a discusión porque se dice que la pesca artesanal eran los barcos amarillos tradicionales de Mar de Plata que también se ven en Samborombón. Pero la pesca ha ido mutando y hoy gran parte de la flota es con trackers, los barquitos de plásticos más pequeños, más rápidos, con menos gente para manejarlos y la misma capacidad de captura que uno de los amarillos de madera.
¿Cuántos trabajadores están involucrados en esta actividad?
La pesca artesanal está muy ligada a la economía del país. Cuando la situación económica está difícil, hay una cantidad importante de pescadores que tornan al mar para sacar sus pescaditos, procesarlos, venderlos en el barrio. No hay un número establecido de personas que ejercen la actividad.
¿Qué especies capturan?
En la zona sur, se especializan en el langostino, cuando se abren las campañas de captura. Eso se exporta casi en su totalidad, a través de pequeños puertos o muelles. Donde no tienen esa posibilidad, lo comercializan en los pueblos más cercanos.
En muchas playas de Brasil, Uruguay o Chile, la pesca artesanal está muy presente…
En nuestro país no hay ayuda de parte del gobierno que exprese la intención de que la actividad permanezca, que los pescadores prosperen y salgan adelante. La pesca en pequeña escala no llega al 2% de la captura nacional. Acá la vista está puntualizada en otro lado. Hay pescadores artesanales y embarcaciones con permisos vencidos… En Argentina el artesanal no pesca los 12 meses del año, sino una cierta cantidad de tiempo y después se tiene que dedicar a otra cosa hasta que regrese la temporada de pesca.

¿Es necesaria una ley para darle un marco sostenible?
Por supuesto. La pesca artesanal se desarrolla dentro de las 12 millas costeras y es jurisdicción de cada una de las provincias. Todas, excepto Buenos Aires, tienen legislación propia. Nosotros la impulsamos varias veces pero, por una u otra razón no logramos que se apruebe.
¿Es posible que sea más conveniente importar pescado que salir a pescar?
Cuando tenemos libre importación, estamos compitiendo con gente que recurre a mano de obra precarizada, especialmente fuera de la milla 201, que ronda prácticamente la semiesclavitud. También es muy difícil competir con el empleo precarizado y la producción subsidiada en países como China.
¿Las personas que suben al barco en Argentina tienen buenos salarios?
Se basa en convenios que hacen generalmente los gremios y las empresas. No estoy al día de lo que sucede en las flotas de gran escala, pero sé que tienen grandes conflictos porque quieren mantener un salario que saca de competencia a las empresas. Es una discusión presente.
¿Está en debate la precarización laboral?
Toda lo que sucede fuera de la milla 201 es tema de debate. A eso se lo llama pesca ilegal no declarada y no reglamentada, hay discusiones permanentes. Fuera de la milla 201, el mar es de todos. Entonces, ahí ¿quién le dice a otro cómo, cuándo y cuánto pescar? Nosotros decimos que en la milla 201 nos están robando, pero en realidad no es ilegal pescar allí, simplemente no está reglamentada. Pero ¿cómo le llamamos al pez que se cría y desarrolla en jurisdicción argentina y es capturado cuando va a la villa 201? Hay un vacío legal internacional que todavía se está discutiendo.