Argentina continúa fortaleciendo su perfil como potencia energética y en este marco, Pampa Energía solicitó una adhesión al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI). La compañía busca avanzar con un proyecto de infraestructura por US$426 millones en Rincón de Aranda, un yacimiento de shale oil en la formación de Vaca Muerta.
La iniciativa contempla la construcción y operación de una Planta Central de Tratamiento, oleoductos y gasoductos, además de plantas de procesamiento y estaciones de bombeo, con el objetivo de captar y transportar la producción de petróleo y gas natural del extenso yacimiento de 240 km².
El CEO de la empresa, Gustavo Mariani, afirmó que esta infraestructura es clave para fortalecer su operación en Vaca Muerta y permitir la conexión eficiente con los sistemas de transporte troncal existentes. La inversión forma parte de un plan mayor, en el que la compañía destinará US$1.500 millones para multiplicar por diez su producción en la zona, alcanzando los 50.000 barriles diarios.
Expansión
El pedido de adhesión al RIGI se da en un contexto de expansión de la actividad energética en Argentina, que en 2025 alcanzó récords históricos en producción de hidrocarburos y consolidó su papel como proveedor estratégico en la región. La producción de gas natural y petróleo continúa creciendo, impulsada por el desarrollo no convencional en Vaca Muerta y la expansión de la infraestructura de transporte, como oleoductos y gasoductos.
El RIGI fue clave para atraer inversiones en el sector, con varios proyectos en marcha, incluyendo el Oleoducto Vaca Muerta Sur y exportaciones de GNL. La solicitud de Pampa energiza aún más este proceso, reforzando el compromiso de la compañía con el desarrollo de Vaca Muerta y el fortalecimiento del perfil energético del país.
La previsibilidad y los incentivos del RIGI representan una oportunidad para que Argentina siga consolidándose como un actor estratégico en la región, con inversiones que generan empleo, desarrollo y crecimiento sostenido en el sector energético.