El CAREM “posiciona a Argentina como un actor clave en la exportación de tecnología nuclear”

La presidenta de la CNEA habló con Ser Industria Radio.

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17 noviembre, 2023

Aunque no figure entre las economías más avanzadas, Argentina despliega desarrollos notables en el ámbito nuclear, una faceta que asombra a otras naciones del mundo y permite pensar en un escenario tecnológico internacional en el que se puede ser protagonista. Más allá de la percepción común, el país alberga un potencial que va supera la crisis política, económica y social que arrastra a lo largo de la historia.

En el contexto de un mundo que buscaba nuevas fuentes de energía, en 1950, durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón, se estableció la Comisión Nacional de Energía Atómica en Argentina (CNEA). La visión inicial, aunque no acertada en el desarrollo de reactores de fusión, fue estratégica al reconocer la importancia de la energía nuclear. Aunque el camino hacia la fusión aún no se ha logrado, el país ha avanzado significativamente en la formación de expertos y en la creación de capacidades a lo largo de los años.

“Por primera vez estamos desarrollando un reactor de potencias, capaz de generar energía eléctrica como los de las grandes centrales nucleares”, expresó a Ser Industria Radio, Adriana Serquis, presidenta de la CNEA.

El Instituto Balseiro ha sido un protagonista central en esta historia, dando lugar al surgimiento de proyectos y empresas notables en el ecosistema nuclear argentino, tales como INVAP, CONUAR, ENSI y DIOXITEK.

INVAP, una de las destacadas, ganó licitaciones internacionales en países como Países Bajos, Australia y Egipto, consolidando la posición argentina en la construcción de reactores de investigación.

Dos caras de la energía nuclear

Existen dos categorías principales de reactores: los de investigación y los de potencia. Los primeros, como el RA-3 en el Centro Atómico Ezeiza, se centran en el aprendizaje continuo y la producción, por ejemplo, de radioisótopos para la medicina nuclear. INVAP también construyó el RA-6 en Bariloche, destinado a la investigación en medicina, pruebas de combustibles nucleares y otras aplicaciones, como la irradiación de semiconductores para la industria y análisis por activación neutrónica para el medio ambiente y diversas áreas cruciales, a menudo pasadas por alto.

Argentina da un paso importante al desarrollar reactores de potencia, capaces de generar energía eléctrica al estilo de las grandes centrales nucleares. Proyectos emblemáticos como Atucha-1, Atucha-2 y Embalse, ahora bajo la órbita de NA-SA tras dejar la CNEA, señalan un nuevo enfoque en la generación de electricidad a través de la energía nuclear.

Proyecto CAREM: energía con proyección global

En este contexto, el proyecto CAREM (Central Argentina de Elementos Modulares) destaca como un reactor de potencia situándose como uno de los más avanzados a nivel mundial. Esta iniciativa posiciona a Argentina como un actor clave en la exportación de tecnología nuclear, contribuyendo así a su crecimiento económico y a su presencia destacada en el escenario internacional.

“El CAREM es un reactor modular pequeño. Es uno de los primeros que va a probar algunos conceptos como que todas las partes importantes del reactor están dentro de lo que llamamos el recipiente de presión, lo cual lo hace más seguro. Por otro lado, al ser pequeño y modular, uno lo puede ir construyendo de a poco, no como una gran central que necesita una gran inversión de entrada y adaptándolo a las necesidades de generación de energía eléctrica en un determinado lugar.Todas esas características hacen a los reactores modulares pequeños como muy atractivos a nivel mundial”, explicó Serquis.

Además la construcción de este reactor permite el desarrollar la industria local. Al respecto, la presidenta de la CNEA indicó que “este proyecto ya tuvo más de mil contratos con diferentes tipos de empresas y tiene un 70% de integración nacional. Todavía hay ciertas partes que no podemos desarrollar nosotros, pero el 70% es un montón en un proyecto muy grande como este, que en particular es el primero de su clase”.

“También estamos apoyando a las PyMEs para que de a poco vayan clasificándose en los niveles de calidad que requieren un componente nuclear”, afirmó.

Alianza con Brasil

Argentina posee la capacidad de enriquecer uranio, aunque esto se limita actualmente a nivel experimental. Esta distinción sitúa al país en un selecto grupo de naciones con la habilidad estratégica de interactuar significativamente en este ámbito. Sin embargo, Serquis subrayó que aún no se cuenta con la capacidad de enriquecer uranio a nivel comercial, al menos por el momento. En contraste, Brasil y  otros países tienen esta capacidad, lo que lleva a Argentina a importar el pequeño porcentaje necesario.

“Nos interesaría avanzar en un acuerdo que nos permita, en conjunto con Brasil, que la Argentina pueda proveerse de este uranio enriquecido, pero vamos avanzando de a poco porque es un tema sensible, que tiene que pasar bajo ciertas órbitas de saber que siempre el uso que se hace de estos materiales es para usos pacíficos”, remarcó Serqis.

Argentina y Brasil comparten una relación histórica de más de 30 años en el marco de la ABACC, la Asociación Brasileña-Argentina de Contabilidad y Control del Material Nuclear. Esta alianza ha demostrado al mundo la capacidad de ambos países para controlarse mutuamente, evitando la proliferación de materiales nucleares con fines no pacíficos.

Serquis subrayó la importancia de continuar avanzando en las alianzas comerciales entre Argentina y Brasil, buscando beneficios mutuos. El país vecino no cuenta con la capacidad de producir radioisótopos, por lo tanto Argentina pronto podría tener la posibilidad de exportar estos materiales. A su vez, la presidenta de la CNEA enfatizó que cuanto más se incremente este diálogo, más fácil será llegar a un acuerdo para asegurar el suministro crucial de uranio enriquecido para proyectos como el Carem.

Energía nuclear como base de la transición

La transición energética se vislumbra como la oportunidad de que la gran mayoría de los países del mundo den inicio a una matriz energética más amigable con el entorno, más sostenible. A nivel global, aproximadamente el 80% de la energía eléctrica aún proviene de fuentes que utilizan combustibles fósiles, ya sea el perjudicial carbón, petróleo y gas, que es menos contaminante.

En el caso de Argentina, su una matriz prácticamente excluye el carbón y privilegia el uso de gas, al tiempo que se abre paso a las energías renovables como alternativa para configurar una matriz de energía eléctrica exenta de emisiones de gases de efecto invernadero, principales responsables del cambio climático. El mundo, con creciente inquietud, busca reducir las emisiones de CO2 y enfrentar los desafíos medioambientales.

Sin embargo, las energías renovables plantean un desafío. “El problema de las renovables es que son intermitentes y eso requiere resolver problemas tecnológicos, como el de acumular la energía. Una de las soluciones complementarias es tener energía nuclear, que es constante y se la puede utilizar como base. Además debemos ser sustentables, también desde el punto de vista económico”.

El hidrógeno se presenta como una de las soluciones más viables. “Estamos explorando con el proyecto CAREM la posibilidad de generar hidrógeno rosa que es el que se logra con energía nuclear. Creo que todas son complementarias, ninguna hay que dejarla de lado y nuestro país tiene posibilidades en todas ellas”, concluyó Serquis.

Recursos humanos

La importancia de sumar capacidades a proyectos claves dentro de la CNEA ha llevado a la institución a obtener permisos especiales para la incorporación de más de 200 personas en un proyecto particular, respaldado por la secretaría de Energía y el ministerio de Economía.

Sin embargo, Serquis señaló que “ cuesta conseguir personal calificado. Contar con más personal calificado nos va a permitir ir creciendo en áreas realmente estratégicas y de mucho interés, no solo para nuestro país, sino para la región”.

El proceso de formación de personal en el ámbito nuclear implica una serie de pasos complejos, desde la obtención de permisos especiales hasta la calificación y la obtención de licencias de operación otorgadas por la autoridad regulatoria nuclear. Este entramado resalta la complejidad del sistema que rodea la formación de profesionales en este campo.

Para abordar este desafío, Serquis manifestó que están estableciendo nuevos convenios con universidades nacionales, como el acuerdo con la Universidad Nacional de Hurlingham en el área de metalurgia. La intención es ampliar la base de personal capacitado, aunque se reconoce que no es posible formar todos los profesionales requeridos en los propios institutos. Por esta razón, se busca colaboración con otras instituciones educativas, como la Universidad Tecnológica Nacional.

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