Como consecuencia del profundo escenario recesivo que domina a la economía argentina desde enero, muchas actividades productivas enfrentan un panorama francamente complicado.
En ese contexto, Luis Manini, vicepresidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA), afirmó que hay preocupación porque “la caída es tremenda”. En diálogo con Ser Industria Radio, aseguró que “hay industrias que están quizá por debajo del 40%”.
Durante otro pasaje y requerida su opinión sobre el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI), contenido en la Ley de Bases aprobada en Diputados, opinó que “es un grave error”. Consideró que “es una competencia desleal con empresas que ya están radicadas en Argentina”.
¿Cuál es el nivel de actividad que registra el sector?
Vemos una caída muy importante, bajas interanuales en algunos casos más fuertes que otros, obviamente todas relacionadas con el consumo. La variación interanual promedio de nuestro sector, la industria metalmecánica, disminuyó 17,7%. También nos preocupa la rapidez de esta caída, que en el último mes registró casi el 3%.
¿Cómo repercute a nivel de las PyMEs y el empleo?
El 99% de ADIMRA es un universo PyME. Si se comparan los datos de caída de actividad versus los datos de caída de empleo, te das cuenta que el empleo, apenas retrocedió medio por ciento interanual. Quiere decir que, como se sostiene correctamente, las PyMEs son el principal dador de empleo en la Argentina y lo sostiene hasta las últimas instancias. Formar un trabajador, un empleado, un técnico, un ingeniero, En una PyME es laborioso, costoso y nadie quiere perder los recursos humanos. El sector hace un esfuerzo importante por mantener el empleo. Pero esto tampoco es infinito, todo tiene un límite.
¿A qué distancia está el límite?
Eso es muy dispar, dependiendo de los sectores y las expectativas. Obviamente que todo está relacionado con el consumo. La caída es tremenda. Hay sectores, hablando siempre de promedios, donde se cayó el 25%. Esto significa que hay industrias que están quizá por debajo del 40%. Por ejemplo, en carrocería y remolque, la reducción interanual es del 25%; bienes de capital, que son las máquinas, 18%, equipos médicos 17%, autopartes 12%…
¿Qué incidencia tienen el mercado interno y el externo?
La industria metalúrgica llegó a exportar unos US$7 mil millones. Hoy debe estar por debajo de los US$3.500 millones. En sus cadenas tiene sectores muy relacionados con la inversión, por ejemplo, en minería, gas y petróleo, energéticas. Otros sectores, como toda la línea blanca, están muy relacionados al consumo. También está la maquinaria agrícola, que viene de sufrir una importante retracción debido a la gran sequía del año pasado que castigó fuertemente sus ventas. Hoy, con una mejora importante de las condiciones del agro, no logra repuntar y sigue con caídas importantes. Es un escenario complejo.
¿Mantienen diálogo con el gobierno?
Nosotros interactuamos con todos los gobiernos, todo lo posible, dado que confiamos mucho en la articulación público-privada y les hicimos llegar nuestra preocupación. Las autoridades sostienen que esperan un rebote económico, pero nosotros vemos que la caída es importante. Pensemos que cuando una PyME cierra, es muy difícil que vuelva a abrir. Toda aquella persona que abandona el sector industrial, es muy difícil que vuelva a integrarlo. Lo prioritario es el mantenimiento de la actividad y del empleo.
¿Hay PyMEs que cerraron?
Tenemos información de algunos despidos y suspensiones, pero no de cierres. Sí vemos que el proceso de deterioro es muy acelerado y eso preocupa. Porque en otras recesiones, otras crisis por las que ha pasado nuestro sector, los procesos se daban con una dinámica más lenta.
¿Qué opinan del Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones?
Nos preocupa porque, si bien está claro que Argentina necesita inversiones fuertes, es un país que tiene una dotación de recursos naturales muy importante, a nivel global. No sólo en lo agropecuario, sino también en minería, gas y petróleo. Entendemos que esos recursos naturales deben ser una palanca para el desarrollo. Y cuando vos planteás regímenes que favorezcan la inversión, con casi ningún requerimiento en cuanto a la participación de la sociedad argentina en esos proyectos, realmente preocupa. Argentina es un país de mediana industrialización, con cadenas de valor muy desarrolladas. Por ejemplo, en petróleo y gas y si vienen inversiones de este tipo, que puedan traer todo su equipamiento sin pagar ningún arancel, ningún impuesto, es muy difícil que la cadena de valor nacional pueda participar. Con lo cual, lo que podría ser una posibilidad, una palanca para el desarrollo, no lo va a ser y vamos a ver pasar los proyectos y procesos sin ninguna participación de la industria nacional, sin crecimiento, sin creación del empleo.
Entonces el RIGI es negativo…
El RIGI, tal como está planteado hasta ahora, no solamente favorece la inversión, sino que también favorece el flujo. Las ventajas van a estar operativas durante los 30 años que dure la inversión. Eso también nos preocupa porque, de alguna manera, el RIGI es una competencia desleal con empresas que ya están radicadas en Argentina. Imaginemos una fábrica de heladeras que está en Santa Fe, en Córdoba… Mediante el RIGI ponen otra fábrica de heladeras que durante 30 años va a poder traer la chapa, los motores, los cables, sin pagar aranceles ni impuestos. La asimetría que producen inversiones de este tipo con respecto a las empresas ya instaladas es muy grande. Creo que hay que plantearlo en otros términos y así lo hemos sugerido tanto al gobierno como a los diputados y senadores. Seguiremos con esa política de dar a conocer nuestro pensamiento, ante lo que entendemos que es un grave error.
Un diputado alertó que no verificarán el origen del dinero que se invierta. ¿Eso preocupa al empresario argentino?
Todo aquello que resienta la soberanía o que resienta las normas de convivencia es peligroso. Nosotros nos enfocamos más en el interés específico de nuestro sector y estamos viendo cómo va a quedar afuera. Después, como ciudadanos, estamos preocupados de que esas cosas ocurran.
Milei hablaba de bajar impuestos, pero hasta ahora sólo hubo subas de servicios. ¿Cómo lo vive la industria?
Nosotros tenemos una relación muy cercana con la UOM y durante todo el año hemos monitoreado y trabajado en paritarias que prácticamente le han empatado a la inflación. Pero entendemos que el aumento de costos en Argentina está siendo muy alto, inclusive en dólares, con lo cual repercute en nuestra capacidad de exportar. Entendemos que nuestra sociedad se precariza, no consume, no se educa. Y necesitamos trabajadores y empleados que estén bien socialmente, que puedan estudiar, progresar, capacitarse. Y no nos olvidemos que gran parte del PBI argentino se debe al mercado interno, con lo cual un resentimiento en los ingresos y el aumento del costo de vida repercute en forma muy directa.
¿Cómo ven el achicamiento de la brecha cambiaria?
Es bueno que haya una brecha chica. Nos preocupa el aumento de costos en dólares que tienen nuestros productos. Pertenezco al sector de bienes de capital. Todas las máquinas que fabricamos las hacemos en competencia feroz con todo el mundo. Tenemos que estar actualizados tecnológicamente con buenos niveles de productividad. Y si vendés una máquina a US$100, no podés ir mañana a un mercado y decirle, ahora cuesta US$120. Eso no existe en el mundo y es un poco lo que está pasando en Argentina. Las materias primas están subiendo en dólares. Si bien ahora hay algunos acomodamientos, a la baja, nos abastecemos de materias primas e insumos a valores mucho más altos que Brasil, ni hablar en China o Europa. Eso nos saca de competitividad.
¿Ahora es más fácil importar insumos?
El tema de los pagos mejoró, pero no está resuelto el tema de cómo pagar la deuda. Muchos proveedores nos han financiado a lo largo de todo el año pasado y este año. Las PyMEs no han podido cancelar mayormente esas deudas. Hoy, siendo PyME, podemos pagar a 30 días, pero se cuentan desde que se nacionaliza la mercadería. El proveedor tiene que confiar, subir tus insumos en un barco, que lleguen y que le paguemos a los 30 días. Como eso no siempre sucede, se termina pagando un importante sobrecosto porque aquellos proveedores que aceptan esas condiciones de pago lo hacen valer y aumentan los precios. Eso también nos saca de competitividad.
¿Ven posible que llegue el rebote de la economía cerca del inicio del segundo semestre?
No podría decírtelo, creo que va a ser difícil. El gas y el petróleo, que van a traccionar, porque es uno de los sectores que menos caída ha tenido. Va a depender de cómo se ordene la macroeconomía y se recompongan los ingresos y la inversión. No podemos olvidar que la obra pública está prácticamente detenida y hay mucha incertidumbre en nuestros clientes de cuándo y cómo disparar las inversiones.
