La industria naval muestra su potencia con ejemplos concretos

15 septiembre, 2016

La empresa Antares Naviera bautizó su nuevo remolcador “Querandí”, un barco de 28 metros de eslora con 5.000 caballos de potencia y una fuerza de tiro de 60 toneladas, construido íntegramente en el astillero argentino SPI, de Mar del Plata.

El nombre que se le dio al nuevo buque es el de los Querandíes, una de las tribus que habitaban las costas de los ríos Paraná y de La Plata, que son precisamente las aguas que el remolcador surcará. Estos indios eran robustos, fuertes y ágiles, todas estas características que Antares busco para su remolcador.

En un acto realizado en el Yacht Club de Puerto Madero, las autoridades de la empresa, encabezadas por su presidente Federico Irrgang y su CEO Martin Brau estuvieron acompañados por Daniel Salvador, vicegobernador de la provincia de Buenos Aires, el intendente de Punta Alta, Marcelo Uset, el Director de Protección Ambiental de la Prefectura Naval Argentina, PG Luis Zecchini, el Secretario General del SAON, Juan Speroni, el Presidente del Centro de Maquinistas Navales, Horacio Domínguez, el presidente de la ABIN Miguel Ángel Sánchez y la titular del astillero SPI, Sandra Cipolla., entre otros.

El único orador del encuentro fue Martín Brau, CEO de Antares Naviera, quien resaltó la decisión empresaria de animarse a construir en Argentina, en un contexto político complicado a fines de 2014, para lograr este remolcador.

“Esa unidad no es una más de nuestra flota, es distinta, rompió con todos nuestros paradigmas, es la prueba fehaciente de que es posible realizar remolcadores de altísima calidad, con los más exigentes estándares internacionales, en astilleros argentinos y que no es necesario importarlos. Es también el primer remolcador pensado y diseñado para operar en terminales de LNG, a la potencia de tiro necesaria para mover a los grandes buques se le ha adicionado la capacidad de lucha contra el fuego, un requisito internacional en las operaciones de LNG y fue incorporado a este remolcador”, resaltó el directivo.

El CEO de Antares tuvo palabras elogiosas para con el astillero SPI, constructor del barco.

“Encontramos un astillero de gran calidad. Esperemos que se den las condiciones para poder seguir construyendo en el país, generando así un círculo virtuoso y poder contribuir al desarrollo de nuestra empresa, de la industria naval, de la comunidad y del gran país en el que vivimos”, resaltó Martín Brau.

Reconocimiento

La titular de SPI, Sandra Cipolla entregó en el acto una placa conmemorativa a Antares Naviera agradeciendo la decisión de confiar en un astillero argentino para la construcción de esta nave.

“Queremos agradecer a nuestro cliente, Antares Naviera, por confiar en nosotros y en nuestro país a la hora de decidir dónde invertir. Agradecer también a nuestros obreros navales, ingenieros y a todo el personal de nuestro astillero que directa e indirectamente formo parte de esta construcción que le dio vida al Querandí y que hoy fue bautizado. Este es el segundo remolcador que construimos, una vez más ratificamos nuestras capacidades y que en la Argentina se puede. Esperamos que las políticas que se tomen consideren esto favorablemente para que podamos generar sustentabilidad a mediano y largo plazo a nuestro astillero y a las fuentes de trabajo que nuestra industria genera. Entendemos que junto a empresas comprometidas con el desarrollo y profesionalismo como lo es Antares Naviera SA, podemos colaborar con el crecimiento de nuestro país”, resaltó Sandra Cipolla.

Finalmente Miguel Angel Sanchez, titular de la Asociación Bonaerense de la Industria Naval felicitó a su asociado, Astillero SPI, y a la empresa Antares Naviera “porque juntos han demostrado cuanto se puede hacer cuando hay capacidades y decisiones compartidas. Estos hechos valen más que mil palabras. Nuestro único discurso son los obreros navales trabajando, los ingenieros diseñando y proyectando, los talleres y proveedores como partes del proceso de productivo, los astilleros argentinos reparando y construyendo embarcaciones competitivamente, y los armadores satisfechos e invirtiendo en el país. Esta lógica, tan simple como concreta, también debe ser comprendida por la clase política de una buena vez. El Querandí, como cada embarcación que se construye o se está construyendo en Argentina demuestra con hechos que la industria naval nacional existe y que es parte de las soluciones que los argentinos exigen, merecen y necesitan hoy”.

Fuente: El Cronista

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