El comportamiento regional “refleja la desaceleración de la demanda interna y el empeoramiento de los condiciones de comercio causado por la caída de los precios de las materias primas”, señala el Informe sobre las Inversiones en el Mundo 2016.
En particular, añade, los flujos de IED a Brasil, principal receptor de la región, cayeron 12% el año pasado, a 65 mil millones de dólares.
“La caída de los precios de las materias primas también afectó significativamente los flujos hacia Bolivia, Chile, Colombia y Perú”, señala la Unctad.
Advierte luego que la inversión externa hacia la región puede desacelerarse aún más este año “si las condiciones macroeconómicas difíciles persisten”.
En 2015, el valor de los proyectos anunciados en nuevas instalaciones cayó 17% respecto del año anterior, debido a una disminución de 86% en la industria extractiva, y también se registraron valores inferiores en los proyectos anunciados del sector servicios.
La Unctad señala, como contrapartida, que las depreciaciones de las monedas nacionales en la región “podrán motivar adquisiciones de activos”.
De hecho, las fusiones transfronterizas y adquisiciones registraron “un aumento fuerte en el primer trimestre de 2016, gracias a mayores ventas en Brasil, Chile y Colombia”.
Contra la tendencia del Sur, en América Central los flujos de IED aumentaron 14%, a 42 mil millones de dólares, gracias a los flujos dinámicos hacia México y la industria manufacturera en toda la subregión.
Sobre las tendencias globales, la Unctad alertó contra el “exceso de optimismo”, ya que el aumento “da la esperanza de que la inversión internacional está por fin regresando a una senda de crecimiento sostenible”, pero “aún no estamos fuera de peligro”, dijo el secretario general del organismo, Mukhisa Kituyi.
Un aumento en las fusiones transfronterizas y adquisiciones, de 432 millones de dólares en 2014 a 721 mil millones en 2015, fue el principal factor detrás de la recuperación mundial.
Las adquisiciones debieron a importantes reconfiguraciones corporativas por parte de las empresas multinacionales, incluyendo el cambio de sede por razones estratégicas o relacionadas con ‘reversiones’ corporativas (tax inversión)”, señala el informe.
El estudio demuestra que Asia en desarrollo se mantuvo cómo la mayor región receptora de IED en el mundo, en tanto que los flujos hacia los países en transición a economías de mercado en Europa del Sureste y la Comunidad de Estados Independientes (CEI) decayeron en forma significativa.
Las entradas de inversión externa directa en los países desarrollados casi se duplicó el año pasado, hasta 962 mil millones de dólares, acota la Unctad.
Como resultado, la participación de esos destinos saltó de 41% en 2014 al 55% en 2015, lo cual cambió la tendencia de los últimos cinco años “en los que las economías en desarrollo y en transición se habían convertido en los principales receptores de IED mundial”.
El fuerte crecimiento de las entradas se registró en Europa, así como en Estados Unidos, donde la inversión casi se cuadruplicó, aunque desde un nivel históricamente bajo en 2014.
Respecto de las tendencias de la IED, la Unctad señala que se vieron afectadas por las reversiones corporativas particularmente en los Estados Unidos y Europa.
“Varios mega acuerdos -explica el informe- dieron como resultado la transferencia del domicilio fiscal de las empresas multinacionales a jurisdicciones que ofrecen tasas de impuestos corporativos más bajas y sin impuesto sobre los ingresos globales”.
Si no se tienen en cuenta estas reconfiguraciones corporativas a gran escala, el aumento de los flujos mundiales de IED es más moderado, de alrededor del 15%.