En una entrevista en el programa Ser Industria en Radio Rocha, Calvete se refirió sobre el costo de los productos de consumo familiar: “después de las PASO hubo un traslado a precios parcial que seguramente se verá reflejado también en septiembre, de entre un 12 al 18%. En el caso de los commodities, prácticamente es lineal. Aceites, harina y demás insumos están dolarizados o son bienes que tienen una transabilidad global y sin ninguna duda, afecta al precio final de góndola. Si a esto le sumamos la incertidumbre del congelamiento del combustible, repercute en la expectativa inflacionaria”.
En otro orden, se refirió al alcance de los típicos “colchones de precios” que suelen aplicarse en el comercio ante los rebrotes inflacionarios. “Esto se observa en todos los rubros de la economía”, aseguró el investigador. “Las crisis generan expectativas e impactan en el costo de reposición. Esto distorsiona precios y por lo general se hace una sobreestimación del nivel de inflación, sobre todo desde aquellos sectores que forman parte de una cadena de valor, están una posición dominante en el mercado, manejan insumos y obviamente tienen capacidad de stockeo”.
Otro de los aspectos abordados, se vinculó a la quita del IVA a los alimentos decretada por el gobierno nacional. “Es una medida que se tomó de manera muy expeditiva para atenuar el impacto de la devaluación. Para que sea realmente eficiente y trazabilizable, hay que esperar. El DNU habla de que este impuesto no llegue al consumidor final, pero hay muchísimos actores intermedios y todos cargan el IVA, hasta el penúltimo eslabón que es el punto de venta hacia el consumidor final, quien no lo puede trasladar. Esto genera un desfinanciamiento que no puede recuperarse”.
En el mismo sentido dijo que “desde INDECOM analizamos que, desde comerciantes y pequeños mayoristas, hubo remarcaciones en función de lo que les genera este desfinanciamiento. Por eso muchos hicieron un colchón para preservarse. El DNU es una medida que pese a tener el interés de cuidar el bolsillo tuvo un efecto inflacionario por un error desde la secretaria de Comercio y su implementación. Por eso le sugerimos al ministro Sica que la quita se aplique desde origen en la industria, en mayoristas, en un porfolio de 2000 productos básicos. Hablamos con varias cámaras y concluimos que lo mejor sería que se descuente sólo a aquellas operaciones bancarizadas. Sería un buen estímulo para la bancarización, porque Argentina es el país de Latinoamérica con más informalidad y menos operaciones bancarizadas. Serviría para bancarizar a mucha gente. Obviamente, también habría que hablar de las comisiones de los bancos”.
Seguidamente sobre la respuesta del ministro, agregó que “nosotros lo planteamos, pero la decisión política es del gobierno. Considero que hay cierta impericia entre las decisiones que se toma el estado y las grandes cámaras, en lo que a alimentos se refiere y eso generó por lo menos dos o tres puntos de inflación”.