A través de una nota enviada al Presidente del BCRA, Dr. Alejandro Vanoli, la UIA solicitó la renovación del cupo de la LCIP para 2016 con modificaciones que permitirían que más PyMEs accedan al crédito para inversión productiva.
La LCIP ha sido la política de mayor envergadura en materia de financiamiento para la producción, en especial para las PyMEs y las economías regionales, desde su creación. En sus siete tramos de financiamiento, tras su instauración a mediados de 2012, ha permitido el acceso de miles de PyMEs industriales al crédito bancario a tasa fija, con un impacto de más del 2% del PBI.
La solicitud de la UIA, a través de su Departamento de Pequeñas y Medianas Industrias (PyMI), se da en el marco de un estancamiento de la actividad y del empleo industrial de los últimos años, fenómeno más pronunciado en las PyMEs, y de un escenario financiero con tasas de interés más elevadas desde principios de 2014.
En este contexto, resulta fundamental el acceso al crédito bancario a tasas de interés competitivas. De acuerdo a un relevamiento del Centro de Estudios de la UIA (CEU-UIA), el impacto de las tasas de interés sobre las PyMEs durante los últimos dos años ha redundado mayoritariamente en una disminución de la rentabilidad (44%), un aumento en la utilización de capital propio (13%) y un traslado de costos financieros a su cadena de pago cuando esto fue posible (10%), consecuencias que tienden a limitar el crecimiento del volumen de negocios de estas empresas.
El Departamento PyMI de la UIA sugirió en su solicitud de renovación algunas medidas que contribuirían a aumentar la demanda de crédito PyME y a favorecer su recuperación y desempeño en 2016:
– Ampliar el cupo para descuento de cheques sin restricciones de meses y plazos en los cuales las PyMEs pueden descontarlos, manteniendo la proporción actualmente destinada a dichos instrumentos.
– Incluir la posibilidad de financiar exclusivamente capital de trabajo a plazos de entre 6 y 12 meses a tasa fija en similares condiciones a las de inversión productiva.
– Ampliar el plazo de créditos a tasa fija para PyMEs a 5 años, habida cuenta de la baja participación de los créditos de largo plazo en la LCIP.
– Establecer un cupo para PyMEs “primerizas” sin antecedentes de crédito en el sistema financiero con tasa preferencial, en virtud de que aún quedan muchas empresas por poder acceder a esta importante herramienta crediticia.
– Habilitar el acceso a créditos a tasa fija en el marco de la LCIP a las empresas que excedan la facturación dispuesta por la clasificación PyME según Resolución SEPYME 357/2015 hasta un tope de $430 millones de pesos[1] promedio de facturación anual en últimos tres años sin IVA, pudiendo descontar de dicho tope el 50% de sus exportaciones, sin que su aplicación a dichas empresas disminuya el cupo de crédito asignado a las PyMEs.
La implementación de las medidas solicitadas tenderá a potenciar el acceso al crédito para la producción, ampliando el uso de los instrumentos financieros por parte de las PyMEs, que redundarán en un aumento del nivel de actividad y del empleo, favoreciendo a la actividad económica en general.