Prefectura Naval Argentina informó que la lancha rápida CG 195 ya fue botada en Israel y en breve se sumará a su flota. De este modo la nave quedará al servicio de la Autoridad Marítima Nacional para desplegar tareas de seguridad y control de las aguas y fronteras marítimas y fluvianles argentinas.
El nombre asignado al nuevo guardacostas será Guaranì y es la primera de cuatro embarcaciones que adquirió el ministerio de Seguridad de la Nación para la Prefectura.
Realizada en el astillero Israel Shipyards, tendrá como destino el patrullaje en las aguas del norte del país.
La noticia se da en un contexto de creciente polémica en torno a la ley de Promoción de la Industria Naval, aprobada por el Congreso Nacional en el cierre del período legislativo de 2017. Antes de su promulgación el presidente Mauricio Macri vetó los artículos que creaban el fondo de financiamiento de la actividad, decisión que prácticamente le quitó el sentido a la norma.
Argentina posee alta calidad de ingenieros navales para diseñar este tipo de naves, obreros navales calificados y astilleros en condiciones de construirlas, capacidades que al menos en esta oportunidad no fueron consideradas por el gobierno nacional.
Las autoridades tampoco ponen el foco en la importancia que tendría invertir en la industria naval argentina, actividad que potencia a otras industrias y genera trabajo genuino, cuando la economía nacional atraviesa un período de incertidumbre y desocupación.