La cotización del dólar rozó los 4 reales por unidad, como reflejo de las preocupaciones por la situación fiscal de Brasil, la eventual pérdida de la confianza del país en el mercado internacional y el temor a una suba de tasas en Estados Unidos, en una jornada en la que nuevos datos oficiales reafirmaron la profundización de la caída en el nivel de actividad.
El dólar se vendió al cierre a 3,9797 reales, 0,87 por ciento más alto que la sesión anterior. Esta cifra podría haber sido superior si el Banco Central no hubiera intervenido en el mercado, tal como había anunciado el viernes.
“La intervención del Banco Central ayuda pero no hace milagros”, definió el superintendente de cambio de la corredora TOV, Reginaldo Siaca, quien estimó que la moneda estará en 4 reales en un muy corto plazo, según reportó la agencia de noticias Brasil 247.
La autoridad monetaria anunció en la noche del viernes que hoy volcaría al mercado hasta 3 mil millones de dólares con compromiso de recompra, pero los inversores adoptaron posturas más defensivas desde el inicio de la sesión, en la que la máxima del divisa estadounidense fue de 3,9857 reales.
El viernes, el precio del dólar subió 1,96 por ciento, influenciado por rumores sobre una posible rebaja de la nota crediticia de Brasil el fin de semana por parte de la calificadora de riesgo Moody’s, que de concretarse, consolida el proceso de pérdida de grado de inversión, comenzado por otra agencia, Standard & Poor’s la semana pasada.
La sensibilidad del mercado cambiario brasileño es reflejo, sobre todo, de la situación fiscal del país, en una semana en la que se espera que el Congreso adopte importantes medidas de ajuste para corregir la crisis de la economía, que hoy se plasmó en nuevos datos oficiales.
El Banco Central difundió esta mañana el Indice de Actividad Económica (IBC-Br), que mide de manera mensual el desempeño de tres sectores (industria, pecuaria y servicios) y sirve de referencia para el mercado y el Comité de Política Monetaria durante el período en que no se conocen los datos del Producto Interno Bruto (PIB), divulgados en forma trimestral y calculados a partir de la suma de todos los bienes y servicios producidos en el país.
Según el IBC-Br, la economía brasileña se contrajo 0,02 por ciento en julio respecto del mes anterior, y 2,71 por ciento en lo que va del año, en comparación con el mismo periodo de 2014.
“Esperamos que la economía continúe enfrentando vientos contrarios del ajuste fiscal (…) en curso, tasas de interés más elevadas, condiciones cada vez más exigentes de crédito, rápido debilitamiento del mercado de trabajo, mayores niveles de cierre en sectores industriales importantes, tarifas públicas e impuestos más altos”, proyectó el economista jefe para América Latina de Goldman Sachs, Alberto Ramos, en declaraciones al diario Extra, según divulgó la agencia de noticias DPA.
De los tres sectores que monitorea el IBC-Br, el industrial es el de peor desempeño, con un retroceso intermensual de 1,5 por ciento en julio y de 5,3 por ciento interanual, según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), divulgados a comienzos de mes.
El comercio, en tanto, sufrió en julio la sexta caída consecutiva en las ventas minoristas, con una baja de uno por ciento respecto a junio, de 3,5 por ciento en comparación con el mismo mes de 2014 y de 2,4 por ciento en los primeros siete meses de este año.
El resultado de los indicadores económicos llevó a que las proyecciones semanales de economistas consultados por el Banco Central, reunidas en el informe Focus, fueran más pesimistas en la edición de hoy.
La previsión de retracción económica para este año aumentó de 2,55 a 2,7 por ciento. Para 2016, esa previsión pasó de 0,60 a 0,80 por ciento.
También fue revisada al alza la perspectiva de inflación, que pasó en una semana de 9,28 a 9,34 por ciento para este año, lo que aleja al indicador cada vez más de la meta oficial de 4,5 por ciento anual.
Al ya intranquilo clima por factores locales, el alza del dólar en San Pablo estuvo fogoneado también por declaraciones del presidente de la Reserva Federal de San Francisco, John Williams, a favor de un alza en las tasas de interés en Estados Unidos.
Las tasas más altas en Estados Unidos pueden atraer a ese mercado capitales que en la actualidad están invertidos en países como Brasil.