La comunidad de Benito Juárez, ciudad de 20 mil habitantes situada a 400 kilómetros de la Capital argentina, resiste con movilizaciones el cierre de la planta textil VF, parte de la histórica Charrúa que llegó a emplear a 700 personas cuatro décadas atrás.
Hace más de 60 años, Jacobo Charrúa puso en marcha su empresa familiar en Benito Juárez, dedicada al rubro textil. Desde allí se produjeron prendas para marcas reconocidas en el mercado, como Wrangler, UFO y Wados, entre otras. La importancia de este emprendimiento para la población juarense, no sólo tenía relación con las 700 personas que trabajaban en la planta sino también con el movimiento generado por aquellos que se acercaban a comprar por mayor y menor sus productos.
Gustavo “Toto” Lorenzo, concejal del FPV- PJ, expresa diariamente su compromiso con la sociedad de Benito Juárez y es uno de los dirigentes que se mantiene movilizado en torno a la preservación de las fuentes laborales del distrito.
“Nosotros tenemos en claro que nuestras marchas no son contra los empresarios –aclara-, porque entendemos que sus decisiones son consecuencia de la política económica que eligió el gobierno nacional. Fuerte carga impositiva, tarifas de servicios caras, importaciones, timba financiera, altas tasas bancarias, conforman un conjunto de medidas que me permiten afirmar que estamos viviendo un industricidio”, aseguró.
Lorenzo cuenta que “la historia de la empresa familiar está muy arraigada en nuestra gente, superó distintas crisis, se achicó por el avance tecnológico… Con el paso del tiempo se fue vendiendo y hace unos años se dividió en la multinacional VF Corporation y AMESUD de capitales coreanos. VF dejaría en la calle a 45 personas, han manifestado que pagarán las indemnizaciones correspondientes, pero la otra empresa ocupa a 55 trabajadores que dependen de la producción de VF, ante lo cual el panorama se agrava”.
En las últimas jornadas 800 personas se volcaron a las calles en defensa de la fábrica con el apoyo del intendente Julio Marini. “Sin embargo, desde los estados nacional y provincial no hay respuestas. Esta empresa hace dos años cerró su planta en La Rioja. Nosotros entendemos por qué se van, porque nuestro país tiene una capacidad industrial ociosa del 50 al 60%, desde que asumió el gobierno de Cambiemos. Es una situación difícil, pero no bajaremos los brazos en pos de revertirla”.