“No hay que hacer una grieta, sino pensar de qué manera se puede mejorar el Mercosur”

30 marzo, 2021

Al hacer un balance sobre los 30 años del Mercado Común del Sur (Mercosur) y analizar su futuro, el secretario de Comercio Exterior de la Asociación de Industriales de la Provincia de Buenos Aires (ADIBA) y asesor de empresas, Pablo Parola, consideró que “si bien el bloque no cumplió con las expectativas que despertó en sus inicios, ahora se podría dar un escenario favorable por la alta demanda de productos alimenticios que requerirá el mundo pos pandemia”. 

En diálogo con Ser Industria Radio, el especialista analizó las diferencias internas dentro del Mercosur, que subieron la temperatura por la discusión entre Alberto Fernández y Luis Lacalle Pou y resaltó la necesidad de trabajar en medidas que permitan mejorar la competitividad del bloque que integran de forma plena Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay.  

¿Cuál es la importancia del Mercosur en la actualidad?

Podemos decir que el Mercosur ha tenido una importancia muy relevante en sus inicios en los años 90. Ha sido una fuente de negocios importantes para la región. En estos 30 años, se ha perdido el rumbo, no hemos logrado darle el dinamismo que se pretende. No se adaptó a los nuevos tiempos. Su importancia ha quedado un poco relegada, pero sigue siendo un órgano de gran y vital valor para las exportaciones con valor agregado, principalmente industrial de nuestro país.

¿Qué es lo mejor que produce este organismo?

En medio de todas las polémicas que estamos viendo, la fundación del Mercosur trajo algunos beneficios. Principalmente, transformar en una zona de paz lo que era una región donde Brasil desconfiaba de Argentina y había algunas crisis. Durante sus inicios el bloque permitió impulsar de manera exponencial el comercio interregional. En ese marco se han logrado acuerdos exitosos en sectores como el automotriz o el trigo, que se sostienen. 

Raúl Alfonsín y José Sarney creadores del Mercosur.

Las diferencias ideológicas y el Covid, ¿han separado o unido a los Presidentes del Mercosur?

Si bien estamos en un momento donde hay algunas discusiones ideológicas, hay optimismo en cuanto a que estamos discutiendo cómo mejorar el Mercosur. Eso es interesante porque se están planteando diferentes miradas para lograr que nuestros países exporten más. Es una buena oportunidad teniendo en cuenta el mundo pos Covid y la posibilidad de alta demanda de alimentos que es lo que produce el Mercosur. Después, hay cuestiones que se deben negociar internamente en el bloque, que son las que nos podrían dar esperanzas. Ahora, si no se discuten los temas de fondo, que hacen a la interna del bloque, podemos decir que no sería tan esperanzador. 

¿Es positivo integrar el Mercosur o conviene hacer negocios fuera del bloque?

Tenemos que tener en cuenta desde dónde se para el presidente de Uruguay para opinar y defender los intereses de su país. Argentina es su tercer socio comercial, después de China y Brasil. Al no tener una producción industrial fuerte, como tenemos nosotros y Brasil, la postura de Uruguay podría ser “tengo cuota para vender más y mejor a China u a otros países, entonces si voy por otro camino podría incrementar o negociar de alguna otra manera”.

También hay que tener en cuenta que las principales exportaciones industriales de los miembros del Mercosur se realizan entre ellos. Es decir, un gran porcentaje de lo que se produce industrialmente Argentina va a Brasil. Uruguay le exporta valor agregado a Brasil y Argentina, mientras que a China manda principalmente materias primas. Así podemos entender mejor la postura de Lacalle Pou. Al mismo tiempo hay que decir que el Mercosur es un bloque cerrado con el mundo, que tiene muy pocos, casi inexistentes acuerdos comerciales. 

Desde los sectores más liberales se pondera el manejo del comercio exterior de Chile…

El modelo chileno es lo contrario, de mucha más apertura. Pero no hay que hacer una grieta, sino pensar de qué manera se puede mejorar el Mercosur. Hacerlo más competitivo, teniendo en cuenta algunas de las cuestiones que se pusieron sobre la mesa, como puede ser qué hacemos hacia afuera, flexibilizar o no, eliminar el arancel externo común. Hay que ir hacia un camino intermedio, como está proponiendo Brasil, en donde de alguna manera podamos tener un Mercosur, con una mirada hacia mejores acuerdos. Estamos enfrentándonos a un mundo complejo con incertidumbre, pos pandemia, en donde tomar decisiones aceleradas, pensando en un potencial negocio, no es lo aconsejable.

¿Este Mercosur cerrado realmente está protegiendo al sector industrial o le está quitando la posibilidad de ser competitivo e insertarse en el mundo?

Con el arancel externo común para una empresa brasilera es más conveniente importar de Argentina. Hay beneficios para comercializar industrialmente bienes dentro del bloque. Ahora, eso nos hace achancharnos un poco. Es decir, no estamos compitiendo con el exterior.  Lo que debemos hacer es apuntar y apuntalar la competitividad de nuestros países, instalar una agenda de desarrollo común que se adapte a los nuevos temas de agenda, como los medioambientales, cuestiones vinculadas a la tecnología y demás. A la vez, eso nos va a hacer poder competir en el mundo. Si hoy queremos exportar a la Unión Europea (UE) y no tenemos ciertas certificaciones, en cuanto a lo medioambiental, no lo vamos a poder hacer, por más que nos dejen ingresar los productos o tengamos una preferencia arancelaria. Hay que seguir trabajando hacia dentro del Mercosur. 

¿Qué deudas debe saldar el bloque para confirmar la voluntad que se manifestó en su fundación?

Cuando hablamos de Mercosur pareciera que fluye el comercio interno y eso no pasa. Por eso es clave eliminar las trabas al comercio intrazona, existen muchas barreras. Hay que lograr que sea de una manera sencilla, como pasa en la Unión Europea. Todavía tenemos algunas desconfianzas entre los países del bloque. Hay que saldarlas para potenciarlo, aprovechar el mercado que tenemos y seguir trabajando en la mejora de la infraestructura logística para tener mayor integración. También tenemos que perfeccionar lo que es una unión aduanera e ir hacia una confluencia macroeconómica que es una de las deudas pendientes. Se habla mucho de volver a una zona libre comercio, pero eso está atado a estas otras cuestiones.

Otra deuda es tener en cuenta medidas ambientales, algo que se exige cada vez más cuando se buscan acuerdos comerciales. En el tratado con la UE lo vemos claramente. Tiene una mirada crítica sobre lo que está ocurriendo en Brasil y vemos que es un punto central en la negociación. Quedad una gran tarea por hacer. Sin dudas hay que repensar el bloque, adaptarlo a los tiempos modernos y a las necesidades de los distintos países.

Alberto Fernández en la última reunión de Presidentes del Mercosur.

¿Qué oportunidades le puede abrir a Argentina ejercer la presidencia pro témpore?

Hemos desaprovechado la posibilidad de establecer una agenda de largo plazo, que sea correlativa con quien tome la presidencia. El Presidente hizo algunos anuncios, pero hemos desaprovechado, en un contexto de crisis y pandemia, la oportunidad de ver cómo generamos mayor ingreso de divisas, cómo desarrollamos mejor nuestras industrias.  Eso no se ha visto planteado en la Cumbre de Presidentes. Sin dudas, tenemos mucho que aportar. Como vimos, hay tres posturas tendientes a dinamizar, a flexibilizar y una más vinculada al cuidado de la industria nacional, de los empleos, con lo cual creo que hay que ver cómo siguen las próximas reuniones. Repito, se ha desaprovechado una oportunidad de establecer una agenda a mediano y largo plazo. 

En un escenario hipotético ¿qué pasaría si Argentina abandona el Mercosur?

Es algo que difícilmente pase, lleva diferentes mecanismos. Pero lo primero que tenemos que pensar es que, como país, exportamos industria dentro del Mercosur. Perderíamos las preferencias arancelarias con los diferentes países a los que hoy les estamos vendiendo. Brasil nos compra más del 60% de la producción y dentro del Mercosur representa casi el 80% de nuestras exportaciones. Es el vínculo, que dio origen al bloque y no lo podemos perder. Si pasara ese hipotético caso tendríamos que tener la mirada puesta en lograr acuerdos inteligentes que permitan defender la estructura productiva que tenemos y alinear algunas cuestiones adaptadas a las nuevas tecnologías. Podría tener un impacto directo en los empleos por el modo en que están estructuradas nuestras exportaciones industriales. Es decir, al resto del mundo, comercializamos productos primarios y con el Mercosur industriales.

Entonces, si bien el campo le da mucho valor agregado a su producción, correríamos el riesgo de exportar más comodities a países asiáticos. También perderíamos las cuotas de preferencias de valor agregado o las de trigo como las que tenemos con Brasil, uno de los principales compradores del mundo.

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