A fines de 2017, representantes del Departamento de Agricultura tailandés visitaron la Argentina para auditar el sistema de control de exportación de cerezas y uvas de mesa, y mantuvieron reuniones con equipos técnicos del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
En esa oportunidad la delegación tailandesa recorrió las zonas de producción de esas frutas, pudo comprobar la implementación del Programa de Erradicación y Control de la Mosca de los Frutos (Procem) y verificar los procedimientos de certificación fitosanitaria.
La comitiva asiática también había auditado establecimientos productivos, plantas de empaque y frigoríficos en las provincias de Río Negro, Mendoza y San Juan, y visitó laboratorios de la red oficial, la bioplanta de producción de insectos estériles, barreras sanitarias y verificó trampas urbanas y en las zonas de producción.
Tailandia es un importante mercado en el sudeste asiático al cual se exportaron 488 millones de dólares en 2018 en productos agroindustriales, principalmente, harina de soja, trigo, cueros y pieles, y productos de la pesca como camarones y langostinos.
Entre enero y julio de 2019, las exportaciones agroindustriales nacionales a ese país alcanzaron los 349 millones dólares, un 3 por ciento más que en igual período del 2018.
Durante 2018, Tailandia importó 867 millones de dólares en frutas frescas y secas, de los cuales 148 millones fueron de uvas frescas y 16 millones de cerezas, lo que significa una gran oportunidad para la Argentina.
Este nuevo mercado se suma a China, que en enero pasado también aprobó el protocolo fitosanitario utilizado en la Argentina, y ya comenzó a recibir envíos de cerezas desde la Patagonia.