Mientras la producción de acero crudo en el mes de enero fue de 329.500 toneladas, 11,3% inferior a la del mes de diciembre y 14,6% abajo interanual, apareció una fuerte preocupación en el sector siderúrgico, ya no por China, sino por la recesión de Brasil y las potenciales importaciones de este país.
Fuentes de las empresas nucleadas en la Cámara Argentina del Acero señalaron que “en el sector productivo del acero se acrecienta la preocupación por la caída de la actividad económica y la devaluación de la moneda de Brasil, principal socio comercial de la Argentina”. Como es sabido, Brasil es un mercado de gran importancia para las exportaciones. Aunque el comercio bilateral con el mayor socio registra otra luz amarilla: se teme que al igual que entre los años 1998-2001, “los excedentes productivos brasileños se exporten a la Argentina con el consiguiente impacto sobre la producción y el empleo doméstico”, señaló la Cámara del Acero. En los primeros dos meses del año, el fenómeno de China concitó la protesta y la movilización de trabajadores en la Unión Europea, por la creciente cantidad de despidos.
A ello, se suma la amenaza brasileña, escenario que ha provocado la reacción de compañías de la escala del Grupo Techint. Para esta semana, la Comisión Europea en Bruselas será visitada nuevamente por empresas del bloque contra el posible reconocimiento de China como economía de mercado (el otorgamiento del MES, por sus siglas en inglés: Market Economy Status). En tanto, el Ejecutivo estudia aplicar barreras arancelarias como mecanismo de protección.