La industria vitivinícola apuesta a renovar su plan estratégico para la década 2020-2030 y para ello busca acuerdos con países como la India, Estados Unidos o Japón, entre otros. La semana pasada, el Reino Unido confirmó la baja de aranceles para los vinos argentinos. Pese al difícil contexto macroeconómico, el sector se muestra optimista de cara al futuro y avizora un importante crecimiento.

Al respecto, Fernando Morales, presidente de la Cámara Argentina del Mosto y director de Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR), repasó las distintas negociaciones que vienen llevando adelante para aumentar las exportaciones.

En diálogo con Ser Industria Radio explicó que están trabajando para conseguir créditos que permitan a los productores el acceso a nuevas tecnologías, principalmente para la cosecha de la uva y así mejorar la competitividad. 

 ¿Qué significa para el sector la baja de aranceles por parte del Reino Unido?

Desde COVIAR estamos trabajando en la renovación del plan estratégico para la viticultura 2020-2030. Para nosotros la exportación es fundamental para que crezca el sector. Desde principios del año, nos hemos contactado con más de 10 embajadas y Reino Unido fue una de ellas. Como es sabido, están en un proceso de salida de la Unión Europea y a partir del 1 de enero tendrán una ruta propia para el comercio exterior. Estamos tratando de incorporarnos a las posibilidades que nos dan, de generar una comercialización lo más cercana al libre de aranceles que hoy son bastante altos para la vitivinicultura. Empezamos con esta buena noticia que es la reducción en todos los rubros, tanto para vinos fraccionados, a granel, mosto, uva en fresco y pasas. 

El Reino Unido es un importador destacado para el producto…

Hablando de vino fraccionado fue el segundo importador durante el 2019, con un volumen de casi 27 millones de litros. En granel funcionó muy bien, el año pasado se exportaron 16 millones de litros. En el caso del mosto, de la uva en fresco y de la pasa, no hemos tenido volumen, pero es un mercado tan interesante que cualquier reducción de arancel nos va a permitir ser más competitivos y poder empezar a generar un comercio con ellos. Las perspectivas son muy buenas, con esta reducción comenzamos con el pie derecho y las conversaciones que se están manteniendo son muy auspiciosas. 

¿Con qué otros países están negociando?

Estamos avanzando con Japón, donde tienen un sistema general de preferencias que otorga la posibilidad de no aplicar arancel a algunos países, que exportan sus productos durante un tiempo. Hablamos con las autoridades de la embajada. También lo estamos haciendo bajo otro sistema general de preferencias, con Estados Unidos. Con México estamos viendo cómo podemos llegar a la reducción de aranceles, se está conversando y tenemos entendido que el secretario de relaciones internacionales Neme está bastante avanzado en el diálogo. Con Brasil el directorio de COVIAR mantuvo una conversación con el embajador Daniel Scioli, que nos está prestando su ayuda. El problema básicamente es que no podemos exportar graneles y eso afecta mucho al vino y al mosto. Estamos tratando de buscar oportunidades para desarrollar ese comercio que para nosotros es muy importante por tamaño y cercanía. Además de todos los beneficios que tiene por ser socio Mercosur. Al mismo tiempo, Argentina está avanzando en una negociación desde el Mercosur con Corea, India, Canadá. Nosotros como vitivinicultura damos nuestros puntos de vista y explicamos cuál es la oportunidad de avanzar con Mercosur en el desarrollo de estos acuerdos. 

A principio de año, COVIAR manifestó que se perdieron exportaciones por 3 mil millones de dólares en los últimos ocho años. ¿Se está trabajando con el Gobierno para revertir esta situación?

Si y tuvimos una muy buena noticia durante el mes de octubre, que fue el aumento de los reintegros al 7 % de casi todos los rubros vitivinícolas en forma pareja, excepto la pasa de uva. En el caso del mosto, el reintegro era de 3.25% y ahora es de 7% lo cual nos va a permitir ser mucho más competitivos y si bien este año las exportaciones de sector están creciendo en tasa de doble dígito, con este aumento de los reintegros vamos a crecer mucho más. Pensando en el año próximo, esperamos que la pandemia normalice y con eso aumente el caudal de comercialización. Creo que vamos a tener buenos resultados si el marco macroeconómico medianamente se mantiene. Ojalá mejore, pero más o menos en las condiciones de hoy creo que la vitivinicultura pegará un lindo salto en los próximos años. 

La pandemia los encontró cosechando. ¿Cómo lo afrontaron?

La cosecha arranca a mediados de febrero aproximadamente y termina a principios de abril. La declaración de cuarentena fue el 20 de marzo, así que nos encontró en plena faena, con toda la incertidumbre que eso acarreaba, al principio no entendiendo muy bien hasta donde nos podría afectar el fenómeno. Por suerte las áreas vitivinícolas en términos de caso Covid fueron muy poco afectadas y permitió desarrollar el trabajo normalmente. Las autoridades provinciales de San Juan y Mendoza están trabajando en protocolos sanitarios para la próxima cosecha. También el Sindicato de Vitivinícolas se ha puesto de acuerdo con el ministerio de Trabajo para generar opciones. El costo de mano de obra sobre el valor del kilo de uva representa más o menos el 70%, por lo tanto, es clave esté en la cantidad suficiente.

Garantizar estas medidas son necesarias para que se activen el trabajo en la región y para el comercio exterior del país…

Es fundamental. Los stocks de vinos están bajos respecto de otros años y esto ha tenido que ver con que se desarrolló bien el mercado interno. Este año hay un buen consumo y un buen despacho de comercio exterior. Sumados el mercado interno como el comercio externo, el crecimiento respecto a 2019 está dando cerca del 20%. Esto generalmente trae como consecuencia que los stocks bajen por lo cual se necesita realmente de todos los recursos para poder tener una buena cosecha y con eso volver a equilibrar el mercado. 

¿En el último tiempo la producción de vinos se fue extendiendo por el territorio argentino?

Sí, por suerte. Incluso a COVIAR se ha incorporado la provincia de Tucumán. Ya estaban participando las del sur, Neuquén, Río Negro… Salta es un participante histórico dentro de la vitivinicultura. Hace muy poco se sumó un representante de Córdoba, una plaza que está tratando de desarrollar un pequeño polo vitivinícola. Se está haciendo una actividad muy plural, con un alcance nacional muy grande y hay mucho interés por vinos que tengan distintas características. La vitivinicultura tiene que ser bien plural porque parte de su atractivo son los distintos matices que le otorgan al vino las regiones, los climas, etcétera.

 ¿El sector está implementando nuevas tecnologías para la producción?

COVIAR desarrollo un recurso para los pequeños y medianos productores, para que puedan hacer todo el cálculo de costo. Es un software que corre a través de un teléfono. Obviamente la alimentación de los datos la tiene que generar el propio productor, pero es un algoritmo que le permite calcular en función de los costos que va teniendo, cuál es el costo total de explotación por hectárea y en función de saberlo permite determinar precios, entender dónde puede generar eficiencias. Por otro lado, también se está trabajando mucho en conseguir créditos para mejorar todo lo que es la capacidad tecnológica del trabajo en finca, lo que es cosecha mecanizada. Si queremos ser competitivos vamos a tener que ir corriendo hacia ese lugar. Por suerte los nuevos viñedos y los que producen uvas de mayor valor han ido hacia el trabajo mecanizado que permite una reducción de costos y una mejora de la cantidad de kilos por hectárea. El sector está trabajando mucho y un pendiente que tenemos y queremos desarrollar es la comercialización digital. Pensamos que ahí hay una gran oportunidad para abaratar costos de intermediación que vayan en beneficio del bodeguero, del productor y nos permita mayor cobertura con la vitivinicultura en general.