Por Andrés Rivarola- Lo aseguró Gerardo Díaz Beltrán, presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) durante el acto por el Día de la Industria que contó con la presencia de diputados y dirigentes del Gobierno.Durante su discurso, solicitó una transferencia del sistema financiero al productivo luego de que se conociera que en cinco meses los bancos ya ganaron $166.932 millones en concepto de intereses, mientras que las subas en las tasas de interés de mercado impulsaron un aumento preocupante en los costos financieros.
“Imposible enfrentar una tasa del 60%”, indicó el presidente de CAME, y agregó: “Sin tasas diferenciales para las Pymes el empleo y la producción se paralizan”. Ante la insistencia del gobierno por aumentar las ventas de los productos argentinos en el exterior Beltrán consideró “bájennos las tasas, reactiven el mercado interno y vamos a exportar”.
Las tasas de financiamiento de las pequeñas y medianas empresas fueron el centro de las demandas, puesto que crecieron sustancialmente en los últimos meses, alcanzando niveles incompatibles con la rentabilidad actual.
Además, se suma que hay pocos créditos accesibles en el mercado para financiar capital de trabajo, compras de maquinarias, insumos o nuevas inversiones que mejoren la competitividad de la empresa, la exportación y el aprovechamiento de las nuevas condiciones que presenta el mercado.
En cuanto al reciente anuncio del Gobierno sobre el aumento temporal de las retenciones, desde CAME expresaron que al ser acompañado de una baja de gasto es un esfuerzo compartido, de esta forma, parecería ser una medida razonable. Aunque debería venir acompañada de la obligación de que el complejo agroexportador liquide divisas en un plazo perentorio.
Durante el evento se recordó las propuestas hechas por CAME ante el ministro Dante Sica: bajar de 29% a 21% la tasa por los créditos subsidiados para descontar cheques; Ampliar el destino de esa línea (21%) y poner a disposición de las Pymes créditos blandos para financiar capital de trabajo, comprar insumos, maquinaria, y financiar exportaciones; Eliminar los límites de monto para participar de la línea; Poner cupos, en esas líneas de crédito, por tamaño de empresas; Triplicar los fondos a través del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) para financiar inversiones Pymes (En 2017 se desembolsaron algo más de $13 mil millones a través de esa entidad en líneas como Primer Crédito Pyme, exportaciones, e inversión productiva con tasas muy convenientes. Pero ese monto equivale a apenas el 2,7% del stock total actual de financiamiento, en manos de las Pymes).
Asimismo mostraron las propuestas para ampliar el caudal de financiamiento a la empresa: utilizar parte de los encajes bancarios para financiar a través de la banca pública y privada a las Pymes, a una tasa anual no mayor a 21%; Factura electrónica: poner en marcha de forma urgente la factura electrónica que permite descontarla como si fuera un cheque y abrir un nuevo canal de financiamiento; Devolver a las empresas los saldos técnicos acumulados en la AFIP actualizados por la misma tasa que ese organismo cobra por deudas atrasadas.
También plantearon propuestas para sanear los pasivos financieros de las Pymes: Ofrecer una línea a través del BICE a tasas máximas de 20%-21% para cancelar deudas de las Pymes con los bancos que aplican tasas superiores al 50% anual; Acuerdo con el Sistema Financiero: Renegociar las deudas con las pymes, dándoles un periodo de gracia de tres meses y bonificando desde el Estado Nacional parte de la tasa de interés; Poner topes máximos al CFT que cobran los bancos por créditos personales, descubiertos, descuentos de documento y créditos productivos; Suspender todos los embargos de la AFIP a las Pymes hasta diciembre; Reformular la actual moratoria con tasas viables (no mayor al 21% anual) y pagables para las Pymes; Eliminar impuestos sobre intereses punitorios; Bajar de 25% a 5% el primer anticipo de ganancias.