El presidente de la Federación de Almaceneros de la provincia de Buenos Aires (FABA) y vice presidente de la Confederación General Almacenera, Fernando Savore, apuntó contra los negocios mayoristas y aseguró que se convirtieron en competencia del sector que representa. En ese sentido, señaló que “rompieron un ecosistema comercial”.
Consultado por Ser Industria Radio, sobre la marcha del programa “Precios Justos”, sostuvo que en general estas iniciativas de carácter nacional, tienen falencias porque se diseñan pensando solamente en el AMBA y entre otros temas, no contemplan los costos logísticos.
Dijo además que en los almacenes de barrio se nota claramente la pérdida del poder de compra de los clientes, ya que a mitad se caen las ventas. También se refirió a las dificultades que atraviesan algunos comercios del rubro debido a la constante suba de precios de los productos y al valor de la canasta navideña.
¿Cómo observa la marcha de Precios Justos?
Hace dos meses tuvimos una reunión con el secretario de Comercio, donde nos explicó el formato del programa. Nosotros le planteamos la necesidad de mantener una reunión con los mayoristas, ya que el 80% de la mercadería que está dentro del programa se la compramos a ellos. Entonces, por un lado tenemos el precio al que debemos vender pero por el otro lado tenemos que saber el precio que hay que pagar. Por lo que estuvimos viendo, en la lista están los precios que nos ponen los mayoristas que son los mismos que nosotros deberíamos cobrarle a nuestros clientes y algunos con unos saltos importantes. Por ejemplo, un aceite de girasol de litro y medio, en Precios Justos dice que hay que venderlo a $418. El tema que nosotros lo pagamos $799 porque hay un subsidio que se le está dando al hipermercado y se supone que el otro 50% debería venir al comercio de proximidad, pero a nosotros no nos llega. No sabemos quién se queda en el medio con esa rentabilidad.
¿La misma preocupación se refleja en todo el país?
Es un programa de carácter nacional. A veces se hace un formato de programa y parece que se piensa en el AMBA, no por fuera y menos en la provincias. Allí la situación es más complicada en función de los valores por el tema de la logística, que tiene un costo. Por otro lado, lo que escuchábamos el planteo de que no iba a aumentar la mercadería más de un 4%. Durante el último mes, hubo un tanto de amesetamiento de algunas empresas, no tuvimos cambios de precios. Pero comenzó diciembre y parece que otra vez las listas nos empiezan a llover. Es más, hemos enviado distintas listas de empresas importantes, inclusive de una empresa de gaseosa, la más importante, donde el mes pasado ya no respetaba el acuerdo porque aumentaron un 8%. Este mes nuevamente volvieron a aumentar un 8. Así nos pasó con un montón de productos, no es que la mercadería dejó de aumentar. A la harina le sacaron el subsidio aparentemente, porque el precio del cambio del paquete de harina sea de tres o cuatro ceros, leudante, de pizza, todas, aumentaron más de un 20%. Obviamente, si aumenta la harina, después llegan unos cambios tremendos de precios en galletitas, que este mes subieron entre un 8%y un 10% y viene una lista nueva. En productos de limpieza es tremendo. En higiene personal, estuve en un mayorista haciendo reposición y encontré un champú que yo lo estaba vendiendo casi 150 pesos más barato. El cambio de precios es tremendamente agresivo en productos de higiene personal. Pero, si buscás, descubrís que son cuatro o cinco los dueños de los productos de higiene personal y limpieza de los argentinos.
¿Los productos que integran Precios Justos se encuentran en los supermercados?
Los clientes nos comentan que cuesta encontrarlos. Ahora, si las empresas se comprometieron a tener un formato por cuatro meses, cuando tenemos una inflación de un 7%, la verdad es que no sabemos cuántas empresas van a cumplir. O empezamos de nuevo con el ninguneo de la mercadería, el retaceo, el cambio de formato del producto. Hace unos meses el aceite se llamaba “oleico” y tenía otro artículo; a la yerba le habían puesto “flex”: el pan lactal, en vez de 600 gramos venía de 550 gramos y es otro artículo. Cada vez que cambian el código, es un salto de valor importante. No sabemos cómo va a funcionar este programa. Uno siempre tiene fe que las cosas salgan bien. Por un lado, vemos que el gobierno promueve este tipo de formatos para que los precios queden estables, pero después el combustible cambia el precio, el peaje cambia el precio… Eso afecta la logística y el precio del consumidor final.
En la comercialización de alimentos, ¿cuánto representa lo que pasa en almacenes y locales de cercanía?
Cuando tuvimos la reunión de la Mesa del Hambre en la Casa Rosada, junto al Presidente de la Nación, el gerente de la Asociación Supermercados Unidos (ASU) dijo que los hipermercados son el 30% de la comercialización de alimentos en el país. O sea que el otro 70% son los almacenes, autoservicios, autoservicios orientales, cadenas regionales y supermercados familiares. Lo que pasa es que siempre se va a encontrar al hipermercado en el barrio más coqueto, pero nunca en un barrio humilde.
¿Los programas de control de precios deben estar enfocados a hipermercados más que en locales de cercanía?
Sí. Evidentemente van a tener que estar enfocados hacia ese lado. Si quieren empezar a escanear precios, que empiezan por mi negocio, no tengo ningún problema. Así, cuando escaneen el aceite que tengo que vender en $1000 y le aparezca $418, vamos a buscar con mi boleta quien es el responsable que se está quedando con la diferencia.
¿Los almacenes no pueden comprar directamente a las fábricas?
No nos venden. Soy hijo de almaceneros, vengo de una generación anterior Mi negocio tiene casi 70 años de vida, llevo 38 en la profesión. Cuando empecé con mi papá, que ya tenía muchos años en el negocio, venía un corredor que tomaba el pedido y a los tres o cuatro días llegaba el camión de la empresa, bajaba la mercadería y mi padre le pagaba. Fue así hasta que aparecieron los señores de los distintos monopolios que empezaban a comprar nuestras históricas empresas argentinas. Cuando eso ocurre, aparecen los distintos mayoristas, con la promesa de que, en principio, los almaceneros íbamos a tener que ir a buscar la mercadería a sus locales. En ese momento, todos los almaceneros tuvieron que comprar camionetas, porque estaban acostumbrados a que la mercadería llegara a sus negocios. Obviamente, los mayoristas se hicieron muy grandes, abarcaron y acapararon todas las empresas, a las que ya nos les interesaba venir a entregar sus productos negocio por negocio. Era más fácil descargar todo en un playón. Los mayoristas empezaron a subir sus márgenes de rentabilidad y hace unos años, los mismos que históricamente crecieron con nosotros, porque eran nuestros proveedores, se convirtieron en nuestra competencia, porque le venden al público. Ellos rompieron un ecosistema comercial.
¿Los avances tecnológicos tampoco sirven para saltar ese eslabón de la cadena?
El formato de todo lo que es el armado de e- commerce, el negocio virtual, publicarlo, lo manejamos y nos está yendo muy bien en todo lo que respecta a la venta. Utilizamos Facebook, donde hay muchos grupos barriales y uno publica mercadería, pone el horario, el teléfono… Con esto hemos capitalizado gente de radios importantes. Pero el tema de poder puntear el mayorista no. porque eso está bloqueado. Por más internet que haya, no nos quiere vender. La empresa y el mayorista le va a encontrar la vuelta para evitar la venta. El mayorista no quiere saber nada con que una empresa se acerque al negocio porque le quita el cliente. La avaricia que tienen los mayoristas es tremenda. Les ha ido bien y me pone feliz porque a todas las empresas que trabajan les tiene que ir bien, pero no pueden tener la avaricia que tienen.
¿En los últimos meses cerraron almacenes?
Han cerrado algunos, me han llamado. El tema es que el que tiene un comercio muy pequeño y no tiene un stock de mercadería, no puede reponer porque a veces ocurre que para hacerlo tiene que poner plata de su bolsillo. Nosotros no estamos para poner plata sobre la mercadería, estamos para ganar plata vendiendo los productos, porque de eso vivimos. En mi caso tengo un negocio de 92 metros cuadrados que está completo de productos, tengo algo de stock. Cuando vienen estos aumentos agresivos, tengo un poco de respaldo con mercadería. Pero hay colegas que tienen todo el stock en su estantería, en sus góndolas. Esos son lo que están en peligro de extinción debido a tantos aumentos, porque venden y después tienen que poner plata de bolsillo para reponer y compran menos. Aguantan hasta que empiezan a tener cada vez menos mercadería. Encima, el mes pasado fue de una caída de ventas que no solamente se dio en el almacén o en el comercio de proximidad, también se dio en el hipermercado. Evidentemente no hay plata, el 15 es fin de mes, te das cuenta en el cambio de conducta del cliente. Lo hemos evaluado. Mi negocio está en un barrio de clase media. Mucha gente se manejaba con la compra mensual, semanal, quincenal, iban al híper y llenaban el changuito. Hoy para eso, estamos hablando de 40 o 50 mil pesos y no cualquiera puede hacerlo. Entonces, mucha gente se maneja con el día a día, vienen a nuestros negocios a comprar lo justo y necesario para el día y “mañana veremos qué hacemos”.
¿Cómo viene la canasta navideña?
Estuve escuchando economistas que daban referencias de la mercadería en función de diciembre del año pasado. Algunos exageraron. Voy todos los días al mayorista y tengo en mi cabeza los precios de 2021. Escuchaba a un economista que decía que un pan dulce de las marcas tradicionales costaba 1200 pesos y no es así. Un pan dulce de marca tradicional está entre los 400 y 600 pesos, pero no más que eso y el año pasado costado 300 pesos, lo mismo pasa con las sidras. La canasta navideña duplicó su valor.