La profundización a 50 pies será la obra más importante en la historia de Puerto Quequén desde su construcción en 1911. Posibilitará a la estación marítima operar los 365 días del año sin restricciones provocadas por el clima.
Mañana se firmará el contrato de préstamo entre el Banco Macro, el Banco Inversión y Comercio Exterior (BICE), la empresa Jan De Nul y el Consorcio de Gestión del Puerto de Quequén que financiará en alrededor de 40 millones de dólares.
Desde el Consorcio que preside Arturo Rojas, manifestaron que “junto a la previsibilidad que otorga un contrato de mantenimiento de profundidades por los próximos ocho años, posibilitará, según los estudios de mercado realizados, el crecimiento de la actividad portuaria en más de un 30 % en los próximos cinco años, llevando el promedio de operación anual de seis millones a 7.8 millones de toneladas anuales operadas”.
Al respecto, Rojas sostuvo que “a partir de la suscripción del préstamo, se iniciará la movilización de los equipos de dragado desde Brasil y Ecuador y se pondrá en marcha la mayor obra de infraestructura portuaria pública del país en el año 2019, con una duración cercana a los cinco meses”.
Asimismo, la empresa belga Jan de Nul, aportó la financiación mediante un programa de crédito a cargo de los bancos Macro y Bice.
Vale recordar que en febrero de 2012, el Consorcio de Gestión de Puerto Quequén había desarrollado una herramienta de la autofinanciación: el Fideicomiso para la Profundización.
Este fondo se vio conformado con recursos generados por la cadena agroexportadora con el cargo de un dólar por tonelada operada, y la operatoria de la estación marítima, con la afectación de las tasas de vías navegables, arrendamiento y servicios a las cargas.
Beneficios
Desde Puerto Quequén comunicaron que con esta obra se llevará la profundidad del canal exterior y el interior portuario a 15,24 metros.
Además de la elevación de los estándares de navegación y seguridad náutica posibilitará a la estación marítima minimizar al extremo el cierre de puerto por restricciones climáticas.
El principal beneficio deriva de la posibilidad de operación de buques de mayor tamaño y el aumento del aprovechamiento de sus bodegas, con el consecuente ahorro en el costo de transporte marítimo.
A su vez, tendrá una repercusión real en los precios percibidos por los productores por sus mercaderías; la generación de más y mejor empleo de manera directa e indirecta; y el estímulo para un mayor número de empresas de incrementar su participación en el puerto y la región con más inversiones.
También significará una reducción del costo de flete de las mercaderías exportadas de 120 millones para los próximos 8 años y un beneficio de precio real para el sector primario de 80 millones de dólares para el mismo período.
El efecto multiplicador en la economía local se da por un incremento del 30% en los servicios directos a las cargas (transporte, almacenamiento acondicionamiento) y en los indirectos por incremento de volumen en la cadena de valor.
La rentabilidad social del proyecto, según estudios de la UNICEN, es del orden del 84%, es decir que el conjunto de la sociedad recibe un beneficio de esa magnitud en relación con la inversión necesaria para la realización de la obra.